Por sexta temporada consecutiva los desembarques de langostino superan las 70 mil toneladas y por tercera vez la marca se ubicará por encima de las 100 mil, de acuerdo al registro oficial que mide la actividad de las distintas flotas.
Con una mirada un tanto más retrospectiva, se puede advertir que en el período 1991-2014 se declaró un desembarco total de langostino proveniente del área patagónica de 1.032.600 toneladas, siendo más de la mitad (aproximadamente 653.000 t.) registrado en los últimos 9 años.
El tiempo que tardaba un barco en completar la bodega pasó de 30/40 días en la década del noventa hasta 10 días, o menos aún, en los últimos años.
La abundancia de la especie excede a las aguas sureñas; días atrás se manifestó incluso en frente al puerto local. Barcos costeros se toparon con el recurso a dos horas al este de Mar del Plata mientras dirigían sus redes al variado costero.
El escenario está siendo monitoreado desde el Inidep; aunque por ahora con datos precarios debido a la no zarpada de los buques de investigación. Algunos trazos de ese trabajo asoman en el Informe Técnico Oficial 14/15: «La pesquería de langostino, 1991-2014, el aumento sostenido del desembarco total anual declarado a partir de 2006», al que accedió Pescare.com.ar.
“El aumento de la abundancia de langostino registrada en estos últimos años es de tal magnitud que no parece poder explicarse sólo como el resultado de la estrategia actual de explotación”, concluyen sus autores, Daniel Bertuche y Carina Fischach.
Para los especialistas, el hecho de retrasar el inicio de la temporada de pesca hasta que las concentraciones de langostino de tamaño comercial se localicen en aguas de jurisdicción nacional no alcanza para explicar el salto dado por el crustáceo en los últimos años.
Tampoco puede ser explicado por un aumento del esfuerzo total aplicado, ya que sólo se ha producido significativamente en el área de influencia correspondiente a la flota de Rawson.
“De acuerdo con la bibliografía consultada, la disminución de la abundancia de poblaciones de peces ha sido, en algunos ecosistemas, la causa de la aparición de altas e inusuales densidades de invertebrados comercialmente valiosos, que devienen en pesquerías monoespecíficas muy exitosas”, describe el informe.
Para seguir de cerca la evolución de estos eventuales cambios en el medio, los científicos sugieren abordar un enfoque que comprenda a todo el ecosistema, incluyendo a otros invertebrados que también han incrementado su abundancia en el último tiempo, cuestiones ambientales y el análisis de la presión pesquera ejercida sobre otros recursos.
“La instrumentación de este enfoque ecosistémico, al involucrar necesariamente a varias especies bajo presión de pesca y a su contexto ambiental y socioeconómico, debe iniciarse y coordinarse desde una perspectiva superior a la del Programa de Pesquerías de Crustáceos”, definen desde el instituto.