Días atrás, el asesor presidencial Federico Sturzenergger, durante una conferencia en Miami (Estados Unidos), se expresó sobre la actividad pesquera argentina, acusó al sector de lobbysta y mostró una visión muy particular en referencia a una actividad que sigue con mucha preocupación, a pesar de haberse eliminado el capítulo de la pesca, del proyecto de Ley Bases.
Una de las miradas con un profundo estudio y conocimiento en la materia es la del Ing. Ernesto Godelman, especialista en Pesquerías Marinas y fundado del Centro Desarrollo y Pesca Sustentable, quien diálogo con PESCARE, desde donde le pedimos su punto de vista al respecto.
“En principio prefiero no cuestionar ningún tipo de intenciones. Puedo asumir que algunas intenciones en las declaraciones del señor Sturzenegger, que en definitiva está planteando un tema importante, que es el tema de la recuperación de la renta pesquera. Y también otro tema que aparentemente le resulta muy importante, supongo que conectado con los lineamientos generales del Gobierno, es el tema de la competitividad, el tema del acceso a la actividad y que la pesca no sea un coto cerrado”, planteó en el comienzo del diálogo Godelman.
“Pareciera que esas son las preocupaciones que atraviesan los puntos de vista de Sturzenegger. Por un lado me da la impresión que en algunos aspectos hay algunas distorsiones, en cuanto a la visión que se tiene del desarrollo histórico de la pesca en Argentina. Yo me imagino que Sturzenegger tendrá que meterse en tantos temas, que no puede ser especialista en todos. Me imagino que alguien a su vez lo asesorará en algunos temas específicos, no lo sé. Sí lo que he notado es que hay una visión un poquito distorsionada de cómo la pesca llega a la situación actual. Pareciera que hay un planteo de exclusividad o una anomalía argentina en cómo se ha ido desarrollando la historia de la pesca, la historia de los derechos de acceso a los recursos pesqueros, y en realidad esa anomalía no es tal, no existe.”
Con una visión global, el presidente de la ONG puntualizó que “esa anomalía no es tal, es un desarrollo muy similar al de prácticamente todos los países con cierta importancia. En la pesca hay una primera etapa de derechos de acceso libre, donde los recursos son libremente accesibles a todo el mundo. Eso es paralelo al desarrollo inicial de las pesquerías, luego en la medida que más actores van ingresando, se va agregando esfuerzo, porque se ve como una actividad rentable.”
“Eso obliga, sobre todo en la etapa en que comienzan a notarse la sobreexplotación de los recursos, a producir ciertos cierres y restricciones. Se crean limitaciones, que a su vez son también derechos Hay todo un desarrollo histórico natural de las pesquerías que, es absolutamente común de Argentina con el resto del mundo. No hay ninguna cosa extraña”, puntualizó en la extensa y rica charla.
“En la conferencia dijo que le asombraba que a nadie en la Argentina le llamara a la atención que los recursos fueran gratis. Ahí hay un desconocimiento un poco de la historia de la pesquerías en todo el mundo, donde han sido gratis históricamente, hasta que a partir de cierto momento, allá por la década del ’70, se comienza a hablar de poner capturas máximas permisibles y en los 80, con otro tipo de límites, de otra clase, incluyendo cuotas, son procesos relativamente nuevos, incluso a nivel mundial, asociados generalmente con situaciones de sobrepesca”.
“En ese momento el administrador de la cosa pública, se da cuenta que algo hay que hacer, porque el valor intrínseco del recurso natural se está perdiendo.”
¿Pero en la Argentina se pesca gratis como dijo el asesor?
A partir de eso años comienzan a plantearse la asignación de derechos, el cobro de cánones y en los ’90 se produce una larga discusión en el Congreso, que culmina con la aprobación de la Ley de Pesca en el año 1997, donde se consagra el tema de las cuotas individuales en algunas pesquerías, y el cobro oficialmente de un derecho de extracción. Reflejando un debate similar que existía en otras partes del mundo, donde en esos lugar y en Argentina era una conceptualización nueva.
“Eso se puso en marcha en el 2001”, rememora Godelman, ya que en aquella ocasión estuvo como funcionario de la Secretaría de Pesca y participó en la puesta en marcha de los aranceles de extracción que era un concepto novedoso por ese tiempo.
“En la Argentina se cobran los derechos de exportación, que es un impuesto prácticamente y no se aplica en ninguna parte del mundo, por lo menos en ninguno de los países pesqueros importantes. Solo hay entre cinco y diez países, donde se cobran derechos de exportación, pero ninguno de esos es un país pesquero, ni tiene la actividad pesquera tan importante como la Argentina. Ninguno de los países que ‘compiten’ con la Argentina se aplica un derecho de exportación, y si lo aplican no va más allá del 1% o 2%. Sumado a esto tenemos que tener en cuenta la brecha cambiaria, que de hecho es otro impuesto. Es un impuesto extra que se cobra a la exportación también. Hay empresas que afirman que en total su carga impositiva sobre el producto sobre el valor exportado oscila entre el 35% y el 40%, evidentemente hay un retorno hacia el Estado muy importante sobre la actividad pesquera”.
El titular de la ONG que se fundó hace más de dos décadas, describió en el mismo sentido que “hay otros impuestos que todas las actividades pagan: el impuesto las ganancias, las retenciones de IVA, hay una serie de impuestos que todas las actividades pagan, pero como esta es una actividad exportadora, tiene los derechos de exportación. Y como además está la brecha cambiaria, que es una carga muy importante, ahora menos, pero todavía sigue siendo una carga distorsionante.”
Continuando sobre su apreciación a los dichos de Federico Sturzenegger, Godelman relató: “cuenta una historia que no sabemos bien de dónde sale, cuál es la fuente. Aparentemente los militares habrían repartido licencias de pesca gratis para ocupar para el Mar Argentino. Es la primera vez que escucho esa interpretación de la historia y no se ajusta a la realidad. El proceso de evolución de las licencias en la Argentina, es exactamente el mismo que en cualquier de los otros países.”
Esto marca que en la Argentina no se pesca gratis.
Hay un concepto instalado a través de la Ley Federal de Pesca, que es un concepto de vanguardia, es el concepto de los derechos de extracción (DUE). Esos derechos se pueden ajustar perfectamente a través del Consejo Federal Pesquero. No hay ningún inhibitorio legal para eso, no hace falta modificar la ley, no hace falta implementar un sistema de licitaciones.
Obviamente se puede generar también un derecho de extracción, que conceptualmente tenga alguna relación con la renta pesquera, no la renta propia del recurso natural.
¿Qué es la renta pesquera desde su óptica?
La renta pesquera, como cualquier recurso natural, es el valor intrínseco previo a su extracción. Es un valor muy difícil de estimar, de cuánto vale una merluza que está nadando en el agua, cuánto vale un langostino que está nadando en el agua, es muy difícil poder estimar ese valor. Sí con alguna metodología se logra estimar ese valor le corresponde al Estado, que es el titular de esos recursos antes de ser pescados.
Hay una intención aparentemente también cobrar una regalía sobre los recursos pesqueros, perfecto, pero hay que ver bien cómo se hace, con qué metodología, y sobre todo que no se cargue la ‘romana’ de tal manera, que una actividad se transforme inviable desde el punto de vista económico.
Todo tipo de imposición tiene que tener una razonabilidad, y tiene que tener una proporcionalidad con la renta de esa actividad. Si se quiere ir más allá de eso, ya estamos hablando de una expropiación. Ese es el cuidado que hay que tener, hay que hacer los estudios económicos correspondientes. No son cosas que se pueden hacer en forma así superficial, o aplicando teorías generales, hay que hacer estudios particulares, y en base a eso, y logrando consensos, se puede lograr.
El consenso es algo que parece ser hoy en día que está presente y que puede continuar, al menos entre los actores del sector, algo en lo que coincide el Ing. Godelman. “Creo que en el sector pesquero hoy hay consenso de que se genere un pago de la renta pesquera, pero siempre y cuando sea algo que tenga razonabilidad, que tengan fundamentación y razonabilidad”.
¿Qué opinión le merece las licitaciones que se habían propuesto?
Me parece que en el famoso tema de las licitaciones, se buscó como la salida rápida, la salida fácil. Teóricamente desde el punto de vista de la teoría económica, hay un recurso natural que es propiedad del Estado, de todos los argentinos, hay una renta, ¿cómo recuperamos esa renta?, lo más fácil, lo más rápido es llamar a licitación de todas las cuotas y el valor lo que se pague por esa licitaciones, va a atender a representar el valor de esos recursos antes de ser pescados.
Esa sería la teoría, ¿y en la práctica?
La pesca no es una actividad virgen, no es que el recurso está ahí y nunca nadie lo pescó y queremos iniciar esa explotación. La pesca ya es una actividad centenaria, con décadas y décadas y décadas de acción, con una cultura, con un capital social, con un montón de familias que viven de eso. El capital que está asociado a bienes fijos, que además asociado con una cultura, un oficio, un conocimiento específico del metier, no se mueve de esa manera.
Hay un montón de gente que desde hace décadas ha invertido en la pesca, que ha apostado por la pesca durante décadas y basados en ciertas reglas del juego, además establecidas desde hace más de 20 años, no le pueden decir, “Ah bueno, si te presentás a una licitación y la perdés, mala suerte, son las leyes de la movilidad del capital de acuerdo a la tasa de retorno». La vida real no funciona así.
Entiendo por lo que no resiste análisis la modificación del Régimen Federal Pesquero, no es necesario ni viable.
Todo régimen legal, puede sufrir aggiornamiento y modificaciones, obviamente el tiempo va pasando, pueden aparecer nuevos temas que no se habían considerado, pero no pareciera que la esencia de cómo está estructurado el sistema, haya que cambiarlo.
Se habían establecido parámetros de distribución de las cuotas, con promedios que hoy han quedado obsoletos. Habría que actualizar un poco los años que se tomen en cuenta, para considerar la historia de captura, con un respeto que tal vez habría que aggiornar, pero en la esencia ya no parece.
No todas las especies, por sus características biológicas, se pueden cuotificar, especie de crecimiento muy rápido, y que hasta ahora no hemos podido encontrar la forma de establecer una Captura Máxima Permisible. ¿Cómo hacemos para cuotificar una especie donde no se puede establecer una captura anual a priori, sino que el sistema de manejo es diferente, como por ejemplo el calamar que se maneja a un criterio llamado de escape, que es una contabilidad inicial del stock. Se va controlando la captura y hay un criterio que es que hay que dejar escapar el 40% de la numerosidad inicial, o dejar en el agua 40.000 toneladas de calamar para el proceso reproductivo y la cohorte siguiente. De acuerdo a esa conceptualización biológica, es imposible establecer una Captura Máxima Permisible, por lo tanto es imposible establecer una cuota, y por lo tanto es algo que no se puede licitar.
En el langostino hay discusiones sobre este mismo punto, y es un recurso súper importante. Al final también las licitaciones tienen un límite biológico importante, y también el valor intrínseco del recurso depende de su estado de salud biológica. Si un recurso está depredado no tiene el mismo valor que si está saludable.