El Subprograma de Pesquería de Crustáceos retomará en las próximas semanas las campañas en la franja costera de Mar del Plata y Mar Chiquita para buscar las razones que impulsaron la fuerte aparición de langostino en esta zona.
El Inidep informó que desde sus dos pequeñas embarcaciones costeras, “Bernie” y “Willie”, los investigadores recopilarán datos para determinar si se han producido cambios con la especie y su ambiente.
Juan de la Garza, jefe del mencionado subprograma, indicó que si el clima acompaña, en los próximos días saldrán los dos trackers con su tripulación: el patrón, dos técnicos de la lancha y dos investigadores.
Intentarán colectar información reproductiva, alimenticia, genética y dinámica poblacional. Entre otras tareas, se miden los ejemplares capturados y se evalúa su estadío reproductivo para calcular las tasas de crecimiento.
También se harán estudios sobre la alimentación del langostino; la dinámica de los huevos y las larvas junto a evaluaciones oceanográficas para conocer las características del contexto.
Además, se evaluarán todas las especies que se capturan incidentalmente, incluso se pesan y se trasladan a los laboratorios para analizar las relaciones ecosistémicas, de acuerdo a explicación técnica dada por el instituto.
Los parámetros obtenidos podrán tener mayor sustento tras un año completo de obtención de datos, lo que permitirá confeccionar una serie de tiempo y una base de datos significativa.
Ha llamado la atención de los especialistas la talla de los ejemplares pescados en el último tiempo: “Encontramos individuos grandes, muy grandes. Tradicionalmente la pesquería local se sustentaba en tamaños comerciales de pequeños a medianos, hasta la categoría L3 (30 a 40 piezas por kilo)”, señalaron.
En 2015, aparecieron langostinos de talla comercial L1 (10 a 20 piezas por kilo), individuos de un largo total mayor a los 22/23 centímetros. Tradicionalmente, estas tallas sólo eran localizadas en el área patagónica. Actualmente abundan también en el litoral bonaerense y en el Golfo San Matías.
El desplazamiento de la especie, vale recordarlo, hizo que barcos costeros se toparan con langostino a dos horas al este de Mar del Plata en octubre del año pasado. En todos los casos, los buques operaban con una red de arrastre con un tipo de malla grande; lejos del ideal utilizado en la faena específica. El detalle amplificó la novedad para la flota local, que llegó a registrar lances de 300 cajones.
Desde sus dos trackers, el instituto recopilará información sobre el recurso y el ambiente. Buscan explicar el fenómeno de abundancia registrado en los últimos meses.
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