El año pasado las descargas de langostino perforaron el techo de las 100 mil toneladas, un volumen record que podría ser superado en este 2014 si continúa el viento de cola para la pesquería.
Según el registro de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, hasta el pasado 30 de septiembre se habían depositado sobre los muelles 80.362 toneladas; es decir, un 22 por ciento más respecto al mismo período de 2013.
Una de las claves del despegue sigue siendo la faena en aguas nacionales. Con la apertura parcial de la jurisdicción, el 29 de mayo pasado, se acumularon más de 60 mil toneladas, con un pico en agosto de 16.333 toneladas.
De las 80 mil toneladas, los tangoneros congeladores aportaron 54.851; mientras que los costeros, 14.636; los fresqueros, 9.070; y los de rada/ría, 1.785, siempre de acuerdo a los datos preliminares que maneja Pesca.
La producción se volcó principalmente sobre Puerto Madryn (23.076 t.), Puerto Deseado (22.647 t.) y Rawson (22.647 t.). Más atrás, aparecen Caleta Paula (8.156 t.), Comodoro Rivadavia (5.356 t.) y Mar del Plata (2.071 t.), entre otros.
Precios y mercados
La otra clave pasa por el acompañamiento de buenos precios en el mercado. El valor promedio pagado por tonelada, 6.978 dólares en los números de la Dirección de Economía Pesquera sobre base Indec, creció un 10,2 por ciento hasta julio.
A contramano de lo que sucede con otras especies del Mar Argentino, la combinación de factores positivos permitió que los ingresos por exportaciones del marisco crecieran un 38,5 por ciento en los primeros siete meses del año, trepando hasta los 272,1 millones.
Esta “isla” dentro del sector fue precisamente señalada por la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa) como distorsionadora de la estadística general cuando recientemente denunciaran la caída de la actividad en Mar del Plata.
Los principales destinos del langostino siguen siendo España (16.754 t.) e Italia (3.760 t.), acompañados por el pujante mercado asiático que tracciona China (2.503 t.).
Y, al parecer, la demanda seguirá en aumento. Días atrás, los expertos reunidos en Vigo proyectaron que la producción mundial de langostino continuará en alza en los próximos años. Señalaron que para 2030 podría situarse entre los 11 y los 18 millones de toneladas, cuando hoy ronda las ocho millones de toneladas.
En este marco, el langostino patagónico exhibe algunas ventajas comparativas, fundamentalmente su origen salvaje y calidad sanitaria, que lo posicionan para pelear el segmento premium; aunque dependerá también de cómo evolucionen las variables internas.
Los desembarques superan las 80 mil toneladas, con un crecimiento interanual del 22 por ciento. Los buenos precios acompañan la faena en aguas nacionales.
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