Poco más de treinta horas duró la medida de fuerza decretada ayer por el Somu para el sector pesquero. El gremio decidió levantarla este viernes por la tarde: “El paro quedó sin efecto”, le confirmó el secretario general del gremio, Raúl Durdos, a Pescare.com.ar.
Según manifestó el dirigente, tras una reunión virtual hubo un acuerdo con las autoridades portuarias para que los marineros embarcados que presenten síntomas compatibles con coronavirus puedan desembarcar y recibir cuidados en tierra.
“Van a ser aislados y atendidos como corresponde. Puede ser en Madryn o cualquier otro puerto, incluyendo Mar del Plata”, dijo Durdos vía telefónica.
En el puerto local, vale recordarlo, rige un protocolo avalado por los sindicatos, el Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata y Prefectura para actuar en circunstancias como esas, donde además se le da intervención a personal sanitario.
Ayer, el Somu había denunciado que trece embarcaciones esperaban en la rada exterior de Madryn ser recibidos en muelle en el contexto de una espera que se extiende en el tiempo.
Foco de la protesta
Para el Somu, es “inadmisible” que los trabajadores transiten una eventual cuarentena en el mar, por lo que había decidido, para sorpresa de armadores y de gremios colegas, profundizar la protesta mediante un paro nacional. La medida no encontró eco
La intención de paralizar la zarpada de algunos barcos en Madryn fue resistida. Tampoco fue respaldada por Simape, Siconara, Asociación de Capitanes y Centro de Patrones. Esas organizaciones rápidamente tomaron distancia y no se plegaron.
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“El paro del Somu es inapropiado para la situación que atravesamos”, manifestaron desde diversos gremios
“Creemos que el paro es inapropiado para la situación que atravesamos todos los argentinos”, habían manifestado mediante un comunicado. Así, en términos prácticos, la huelga no se sintió en los muelles. Durante las últimas horas, la actividad fue normal en todo el litoral marítimo.
En el sector creen que el Somu pretendió encender una luz de alerta a raíz de la proliferación de contagios; aunque al mismo tiempo las mismas voces apuntan el riesgo y la exposición que significa decretar una medida de fuerza sin el suficiente respaldo en la recta final de la temporada de langostino en aguas nacionales.