Un juez federal de Estados Unidos respald贸 a los reguladores del pa铆s al bloquear la importaci贸n de merluza negra capturada en aguas cercanas a las Islas Georgias del Sur, una zona protegida pr贸xima a la Ant谩rtida. La medida, que extiende una prohibici贸n existente sobre embarcaciones con licencia del Reino Unido, se enmarca en un conflicto diplom谩tico internacional vinculado al incumplimiento de acuerdos de conservaci贸n por parte de Rusia.

La sentencia, emitida por el juez David Seymour Leibowitz en Florida, desestim贸 la demanda presentada en 2022 por la empresa Southern Cross Seafoods, registrada como empresa en Texas en junio de ese mismo a帽o. Indica que su domicilio es una vivienda frente al mar, en un suburbio de Houston, propiedad de los dos propietarios registrados de la empresa, Daniel y Jerry Thomas, que alegaba haber sufrido da帽os econ贸micos por la decisi贸n del gobierno estadounidense de bloquear las importaciones. La empresa hab铆a recibido dos cargamentos de merluza negra provenientes de la compa帽铆a pesquera brit谩nico-noruega, Argos Froyanes, muy comprometida en
El conflicto se remonta a 2021, cuando Rusia comenz贸 a rechazar sistem谩ticamente los l铆mites de captura establecidos por la Comisi贸n para la Conservaci贸n de los Recursos Vivos Marinos de la Ant谩rtida (CCRVMA), un organismo que funciona por consenso entre 26 pa铆ses desde hace m谩s de cuatro d茅cadas. La negativa rusa, interpretada por muchos como parte de una estrategia m谩s amplia del gobierno de Vladimir Putin para obstaculizar la cooperaci贸n internacional, paraliz贸 la aprobaci贸n oficial de las cuotas anuales recomendadas por cient铆ficos para la pesca en la sub谩rea 48.3, al sur del Oc茅ano Atl谩ntico.
鈥Esta lamentable situaci贸n no tiene precedentes鈥, escribi贸 un alto funcionario del Servicio Nacional de Pesca Marina de EE. UU. en una carta a Southern Cross, en la que se deneg贸 su solicitud de agosto para importar lubina congelada. 鈥Plantea nuevas cuestiones legales y pol铆ticas, e implica cuestiones delicadas de pol铆tica exterior鈥.
En respuesta, el Reino Unido decidi贸 establecer de forma unilateral su propia cuota de captura 鈥攎谩s baja que la propuesta originalmente鈥 y emitir licencias para pescar en la zona pr贸xima a las Islas Georgias del Sur, un territorio que tambi茅n es reclamado por nuestro pa铆s. Esta decisi贸n fue criticada tanto por autoridades estadounidenses como por organizaciones ambientalistas, que alertan sobre el riesgo de sobrepesca y el debilitamiento de los mecanismos internacionales de gesti贸n pesquera.
鈥Permitir que una naci贸n no acuerde un l铆mite de captura y luego pueda explotar el recurso sin restricciones va en contra del esp铆ritu y los objetivos expresos de la CCRVMA鈥, escribi贸 el juez Leibowitz en su fallo.
Actualmente, la merluza negra procedente de esta regi贸n ya no est谩 disponible en Estados Unidos, aunque a煤n puede ser importada desde 谩reas donde no hubo objeciones rusas, como las autorizadas por Australia o Francia.
Desde el sector ambiental celebraron la resoluci贸n. Andrea Kavanagh, directora del programa ant谩rtico de Pew Bertarelli Ocean Legacy, destac贸 que 鈥permitir que cualquier pa铆s se saltee los l铆mites acordados pone en peligro uno de los 煤ltimos ecosistemas marinos intactos del planeta鈥.
Sin embargo, representantes de la industria pesquera estadounidense cuestionaron la medida. Gavin Gibbons, de la National Fisheries Institute, advirti贸 que bloquear el acceso a este recurso no mejorar谩 la sostenibilidad pesquera y podr铆a afectar el empleo y los precios de los alimentos en EE.鈥疷U.









