Un trabajo del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (Cepa) revela que debido a la congestión que sufren los mulles de Mar del Plata la industria pesquera pierde más de 30 millones de pesos por año.
La obligación de realizar maniobras extras para amarrar y permitir la zarpada de más de doscientas embarcaciones activas explica el sobrecosto. “Son maniobras que están originadas en la escasez de espacio físico”, explica el informe de la cámara.
La problemática se aprecia en todos los sectores del puerto y tiene un impacto negativo en la competitividad del sector. Según argumentan los armadores, los gastos añadidos crecen en los balances de las empresas.
Por ejemplo, los valores de los servicios de remolque aumentaron casi un 600 por ciento en los últimos ochos años, de acuerdo a lo relevado por Cepa, y son cada vez más necesarios debido al escenario de congestión.
Los servicios de remolque para amarrar, desamarrar o desplazar una embarcación oscilan entre los 2 mil y 2.500 dólares, dependiendo de la complejidad de la maniobra.
“Teniendo en cuenta la cantidad de movimientos que una embarcación pesquera de mediano o gran porte realiza a lo largo de doce meses, así como el número de barcos activos de estas características existente, es posible determinar que sólo estas operaciones consumen cada año una cifra holgadamente superior a los 30 millones de pesos”, concluyen en las empresas.
En el muelle 2, donde se admite el atraque de entre seis y siete embarcaciones dispuestas de manera paralela, actualmente se registra la presencia de más de cuarenta barcos amarrados, algunos más allá de la séptima u octava andana.
Vale señalar que esta situación, inusual en cualquier puerto, es corriente en Mar del Plata desde hace varias décadas y, claro está, se acentúa en esta época de receso.
La anormal disposición también expone a los buques a que sufran daños recurrentes con el posterior gasto para reparaciones.
“Paradójicamente, mientras los muelles se encuentran saturados, dentro del puerto de Mar del Plata existen espacios físicos destinados a actividades no portuarias, obstruidos o subutilizados. Algunos sectores de atraque se encuentran colmados de arena, lo que hace imposible emplearlos para su función natural como espacio de amarre”, añade el informe.
Inactivos
Mientras tanto, en otras terminales crece el número de embarcaciones inactivas. Se estima que son más de cuarenta; cuatro ya hundidas. Esas unidades ocupan metros de muelles operativos, generan contaminación y daño ambiental.
Desde Cepa recuerdan que en 2006 comenzó a retirarse un número semejante de barcos hundidos en el espacio colindante a los diques de la Escollera Sur. El operativo recién finalizó en 2012.
“En esta nueva ocasión, siempre y cuando se actúe con la premura necesaria, esta operación podría tener un resultado definitivo en un plazo mucho más breve, ya que del total de buques inactivos de momento solamente cuatro se encuentran sumergidos”, se considera.
Foráneos
Por otra parte, la flota con asiento permanente en Mar del Plata convive con decenas de buques provenientes de otros puertos. Esa presencia ociosa agrava el cuadro y disminuye los espacios de trabajo.
“En este contexto resulta imprescindible que el puerto de Mar del Plata logre funcionar con estándares de eficiencia para reducir costos (…) Para ello, es necesario que sus responsables, así como las autoridades, adopten medidas que mejoren la operatividad de la pesca, a partir de la cual se generan todas las otras operaciones de carga, descarga y comercio exterior”, sugieren las principales firmas pesqueras.
Medidas
El trabajo de Cepa propone las siguientes medidas, algunas ya iniciadas por el Consorcio Portuario y otras que podrían encararse:
• Utilizar la Escollera Norte para operaciones de carga y descarga de buques pesqueros y no admitir la presencia, por prolongados plazos de tiempo, de buques inactivos que no tienen operatividad continua en Mar del Plata.
• Ejecutar obras de infraestructura que generen la cantidad de metros de muelles necesaria para el amarre de buques pesqueros.
•Proveer a todos los muelles de los servicios básicos requeridos para cumplir en condiciones óptimas el alistamiento y las operaciones de carga y descarga de los buques pesqueros.
• Extraer de manera urgente todas las embarcaciones inactivas que obstruyen los muelles.
• Dragar íntegramente y de manera continuada los sectores internos del puerto para que las embarcaciones puedan navegar en condiciones seguras y para rehabilitar el uso de muelles actualmente inutilizados por la acumulación de arena.
• Habilitar y adecuar para su uso áreas actualmente ociosas, como el predio donde se ubican los silos de granos.
• Racionar los espacios, privilegiando a los buques pesqueros que utilizan al puerto de Mar del Plata para desarrollar actividades productivas.
• Diseñar e implementar intervenciones complementarias a las grandes obras que deben ser ejecutadas, que actúen como un paliativo para la actual escasez de espacio físico. Por caso, permitir el amarre de buques que deban permanecer inactivos en zonas preestablecidas, ya sea utilizando sistemas de amarre fondeados a puntos fijos u otras modalidades.