La inquietud circula entre los operadores que atienden las demandas de pescados y mariscos en el nivel interno, un mercado todavía pequeño; pero en expansión: ¿cuál es el actual consumo de productos pesqueros en la mesa de los argentinos?
Según advierten, faltan estadísticas oficiales que midan con precisión la ingesta anual per cápita, la regularidad o cómo evoluciona el gusto de los consumidores; todos datos esenciales para enmarcar la actividad y direccionar el negocio.
Por caso, los sitios web de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, Senasa e Inidep no contienen datos actualizados sobre el tema. “Principales Características del Mercado Interno de Productos Pesqueros Marinos. Características del consumo de los residentes y turistas de Mar del Plata durante 2004”, se referencia en la página del instituto como uno de los últimos informes disponibles.
Sí, en cambio, circulan investigaciones de consultoras privadas; aunque sin precisiones sobre la metodología empleada en la toma de indicadores.
De acuerdo a un trabajo elaborado por IES Consultores, el consumo anual en el país por habitante se ubica en 10 kilos. En tanto, la FAO tiene para la Argentina como último registro disponible el de 2009: 5,8 kilos por año.
En el sector efectivamente reconocen que durante estos años la demanda creció: “Ocurre que no podemos comparar el nivel de crecimiento por empresa con un índice general para saber cómo está posicionada cada una respecto a esa realidad. Trabajamos sin demasiadas referencias”, explicaba un empresario del medio local ante Pescare.com.ar.
El salto estuvo traccionado sobre todo por los congelados de preparación rápida en la cocina y por la competitividad que ganó en precio el pescado; aunque en consumo todavía está muy lejos de la carne vacuna (65 kilos anuales per cápita) o el pollo (38 kilos), según marcan diversos estudios privados.
Por otro lado, aparece claro que más firmas se volcaron a satisfacer el circuito de Capital Federal y Gran Buenos Aires (base del mercado interno) y las provincias con peso como Córdoba, Santa Fé o Rosario; ya no sólo atiendan los pedidos del exterior.
De cualquier manera, la plaza sigue siendo reducida y no permite amortiguar los vaivenes de las exportaciones. Nadie pone en duda que la crisis de costos instalada en la industria no puede ser compensada fronteras adentro.
El promedio mundial de consumo asciende a 17,8 kilos per cápita, destacándose Japón, con 60,2; mientras que el promedio anual en América Latina es de 9 kilos, con variaciones en países como Colombia (6 kg.) y Perú (22,1 kg.), según la FAO.
Las empresas que abastecen ese segmento advierten que no disponen de estadísticas oficiales para seguir su evolución. Así, operan en un marco de mayor incertidumbre.