Como ya es una constante para PESCARE, toda vez que hay un fin de semana largo, nos “disfrazamos” de turistas y hacemos un amplio recorrido por el puerto marplatense, sobre todo para observar el comportamiento de quienes vinieron a Mar del Plata, como así también para observar la actividad netamente laboral, comercial y gastronómica.
El movimiento estuvo liderado por el recorrido sobre la escollera sur, para apreciar los lobos marinos, tener el mar a escasos metros, observar labores de la industria naval, disfrutando del sol y más aún aquellos amantes de la pesca deportiva.
Luego de un domingo donde prevaleció la niebla y con algunos arribos de buques a Mar del Plata, el feriado (adelanto del recuerdo del día del fallecimiento del Gral. Don José de San Martín), vio amarrar distintas embarcaciones, lo que generó un apreciable movimiento en los distintos muelles locales.
Nuestro recorrido consistió en observar y dialogar con visitantes, como así también con comerciantes que ofrecen a la venta, artículos que tienen que ver con la pesca.
En algunos aspectos el movimiento se manifestó en el sector gastronómico, tal cual había ocurrido en el anterior “fin de semana largo” de fines de julio y que dábamos cuenta en este portal. Por ello no nos sorprendió el intenso movimiento en el Centro Comercial del Puerto.
Las consultas de nuestra parte esta vez fueron directamente a los locales de venta de pescado fresco, pescado “preparado para viaje”, conservas y souvenirs.
En la propia banquina chica pudimos observar una excelente demanda de filet de merluza, que se comercializaba a partir de los $400 el kg. en algunos sitios, el merluzón a poco más de $ 450, el pez pollo a un valor similar al filet de merluza, o el salmón blanco a poco más de $ 500, en el promedio que pudimos realizar, observando muy buenas ventas, sobre todo donde los compradores aprovecharon los descuentos de diversos bancos, a través del pago con tarjeta de débito o alguna de las cuentas electrónicas.
En el recorrido, tanto en el Centro Comercial como en la venta a pocos metros “de las lanchitas amarillas” (lugar por excelencia de convocatoria de turistas), los mariscos también tuvieron su gran demanda. Por cierto, la venta preponderante ha sido la de langostinos en sus diversas presentaciones, donde los precios oscilan entre los $800 para para los “enteros”, pasando los $1000 tanto para el “pelado cocido” como para el “pelado crudo desvenado”. El calamar no le fue en zaga y tuvo una gran salida, sobre todo “el tubo”, comercializado principalmente para la elaboración de rabas.
En lo que respecta a conservas, enlatados, y similares, lo más vendido han sido los típicos filetes de anchoas, en aceite y con sal, además de su variante de “boquerón”, donde lo pudimos encontrar a partir de los $800 en generoso frascos de más de medio kilo, no dejando de lado las consabidas latas de atún, en aceite o con agua, en lomitos o desmenuzados, donde lo hallamos a partir de los $190.
Una recorrida que hace que el comienzo de la semana hábil, sea distinto tanto para comerciantes como para trabajadores del sector portuario, donde la concurrencia y el ingreso de dinero hacen cambiar el ánimo.