Finalizaron este fin de semana las XXVI Jornadas de Pesca de Celeiro, en la provincia de Lugo, en España. Las conclusiones han sido no solo para el sector europeo, sino también para la pesquería a nivel mundial.
Algunas de las conclusiones a las que han arribado es que el sector pesquero está inmerso en un punto de inflexión.
Han evidenciado un creciente malestar con Europa a raíz de los cierres de distintas áreas a las pesca de fondo o arrastre o bien la reciente inclusión de la “tintorera” en CITES.
La “tintorera” en la actualidad es el tiburón más pescado en el mundo, calculándose que se capturan unos 10-20 millones de ejemplares en pesquerías pelágicas, la mayor parte como captura incidental.
Vale destacar también la CITES regula el comercio internacional de más de 35 mil especies, tanto de plantas como de animales, siendo este el punto de conflicto más grande.
Como si estas cuestiones fueran poca cosa, la coyuntura económica que se generó luego del inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, han llevado al sector a que afronte un incremento en el precio del combustible de nada menos que 195%.
Se reflexionó sobre la posibilidad de activar medidas de reestructuración del sector pesquero, ya sea través de paradas temporales o bien definitivas.
El acceder a la paralización temporal permitiría a los armadores retomar la actividad en el futuro, mientras que si optan por no continuar, serán eliminados del censo español y no podrían ser reemplazados y las posibilidades de pesca sobrantes se repartirían entre el resto de buques, aunque no descartan vender sus buques y sus cuotas de pesca con lo que eso significa.
Algunos de los expositores se mostraron hasta indignados, ya que en el último tiempo se han cerrado 87 áreas de pesca, por lo cual buscan la unidad de todo el sector pesquero español para poder establecer reglas que no perjudiquen a ningún sector, a sabiendas que la política pesquera común es lo que más les urge, donde también coincidieron en la necesidad de revisarla para tener una herramienta importante con la que puedan frenar las decisiones que, entienden, han sido adoptadas arbitrariamente por la Unión Europea.
Ahora bien, ¿estas cuestiones pueden beneficiar a nuestro país? ¿O solo serán cuestiones internas de Europa donde la Argentina nada tenga que ver y el mercado seguirá del mismo modo?
Es cierto que hoy el mercado europeo cuenta con una gran cantidad de productos del Mar Argentino, enviado desde estas tierras pero solo con un destino que por estas horas parece incierto.
“No hay mercado” se escucha también en el sector exportador argentino. O bien podría resumirse con la situación que hoy se vive donde todo lo enviado aún no tiene comprador, por ende, el círculo virtuoso de la exportación no se cierra, y lo que es peor es que no tiene un buen panorama de cara al corto plazo, que es donde se debería “ubicar” la mercadería ya enviada, a lo que se suma que aún queda mucho por enviar desde la Argentina, con cámaras frigoríficas con gran cantidad –por no decir llenas- de mercadería en algunas empresas que especulaban con una pos pandemia absorbente.
Se evidencia que se está gestando un “nuevo mundo” y sin ser agoreros, los crecientes inconvenientes que están sufriendo varios países a nivel sanitario, marcan un panorama al menos incierto.
Nadie dice que la situación sanitaria que se vivió hasta no hace mucho tiempo se pueda volver a repetir, nada hace presagiar tamaña tragedia, pero las señales de alarma ya comenzaron a sonar, desde la propia China o bien nuestro vecino Brasil.
Salud es igual a un mundo que gira en un solo sentido, sin detenerse y buscan mejorar, pero las reiteradas interrupciones no lo están permitiendo, sino miremos a Europa, que con otros valores, otra sociedad y otra idiosincrasia, no pueden encontrar el rumbo adecuado.