El 24 de diciembre, en la víspera de la Navidad, un manto de reflexión y melancolía envuelve nuestras almas. Este día, cargado de sentimientos encontrados, es un momento de pausa, un espacio donde las copas se alzan no solo para brindar por el reencuentro y los nuevos comienzos, sino también para recordar lo que hemos perdido. La Navidad, con su aire de renovación, se convierte en una oportunidad para rendir homenaje a quienes nos dejaron, y a quienes, en su partida prematura, dejaron una huella imborrable en su paso por esta vida.
Hoy, como cada 24 de diciembre desde aquel fatídico año 2020, nuestra memoria se ve invadida por la ausencia de ALEJANDRO DANIEL DI IORIO, el fundador y alma de PESCARE, siendo este portal, el primer sitio de noticias dedicado a la industria pesquera y naval de Mar del Plata.
Han pasado cuatro años desde su partida, pero su ausencia sigue siendo una presencia viva entre nosotros, tan palpable como si el tiempo no hubiera transcurrido. Este día, coincidente con su adiós, nos recuerda el vacío que dejó, pero también nos inspira a seguir adelante con el legado que nos dejó. Con cada palabra escrita, con cada noticia publicada, nos esforzamos por mantener vivo el espíritu de lo que él soñó, y lo hacemos con una mezcla de tristeza y gratitud, pero por sobre todo, en cada estructura de cada nota sin operaciones, sin doble faz y mucho menos utilizando el populismo que representa el periodismo de la actividad portuaria. Fue serio, somos serios.
Alejandro, un hombre que, como muchos grandes pensadores, comprendió que la vida es fugaz y que la grandeza reside en la capacidad de dejar una huella antes de partir.
Recordando al filósofo alemán Friedrich Nietzsche, «Quien tiene un por qué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo». Alejandro, sin duda, encontró su «por qué» en PESCARE, un portal dedicado a la industria pesquera y naval de Mar del Plata, un sueño que muchos consideraron audaz, casi imposible, en 2003. Pero su visión, su pasión y su dedicación lo convirtieron en una realidad que hoy sigue siendo un faro para toda la comunidad.
Al igual que la reflexión de Nietzsche, la prematura partida de Alejandro nos invita a cuestionarnos sobre el valor del tiempo y el sentido de nuestras propias vidas. La muerte de un ser querido, especialmente cuando llega de forma tan repentina, nos enfrenta a la fugacidad de nuestra existencia.
Sócrates decía: «La vida no examinada no vale la pena ser vivida«. Hoy, mientras lo recordamos, examinamos nuestras vidas y nos preguntamos si estamos haciendo lo suficiente para honrar su memoria, si estamos dejando nuestra propia huella en este mundo. Alejandro, con su incansable esfuerzo, no solo construyó un medio de comunicación, sino que construyó un legado que trasciende el tiempo y el espacio.
A lo largo de 17 años, Alejandro guió este proyecto con la determinación de llevar la información sobre la industria pesquera y naval a todos los rincones del mundo, más allá de Mar del Plata, más allá de las fronteras de Argentina. Si bien hoy no está físicamente con nosotros, su visión sigue guiando nuestros pasos. En este 24 de diciembre, como cada año, rendimos homenaje a su memoria con una profunda gratitud, porque sabemos que lo que hemos logrado es el resultado de su arduo trabajo, de su sacrificio y de su amor por lo que hacía.
La muerte prematura de Alejandro nos recuerda, como lo dijo el filósofo existencialista Albert Camus, que «la muerte es lo más importante que tenemos que aprender a aceptar». No es algo que podamos controlar, pero sí algo que podemos integrar a nuestras vidas para darles mayor significado. Y es en ese significado donde encontramos el impulso para seguir adelante, para continuar con la misión que Alejandro nos dejó: hacer de PESCARE un medio de comunicación que siga creciendo, que siga trascendiendo, que siga honrando su nombre.
Hoy, levantamos nuestras copas con un sentimiento de gratitud, pero también con una emoción profunda que solo la memoria de Alejandro puede despertar. Sabemos que, en cada paso que damos, él sigue con nosotros, guiando nuestros esfuerzos, iluminando el camino. En este día de Navidad, celebramos no solo el nacimiento de una nueva esperanza, sino también la perpetuación de un legado, el legado de un hombre que creyó en la fuerza de los sueños y en el poder de dejar una huella que perdure.
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Sabemos que de alguna manera, tu espíritu sigue vivo en cada rincón de PESCARE, en cada palabra escrita, en cada esfuerzo por seguir adelante. En este 24 de diciembre, decimos una vez más: abrazo al cielo, Alejandro. Que tu memoria siga guiando nuestro trabajo, como siempre lo hiciste, con pasión, con entrega, con amor y agradecimiento inmenso a cada uno de nuestros lectores.
Alejandro Daniel Di Iorio, Presente.
