Sandra Cipolla transmite la seguridad y la tranquilidad, que la labor de la empresa que preside va por el camino deseado y que las dificultades que puedan surgir van a ser sorteados, no sin esfuerzo, pero van a ser sorteados.
El desafío de la construcción de una embarcación que marca un hito, la mirada sobre la industria naval y el dragado, son los disparadores de una charla que recorrió varias aristas.
¿Cómo está hoy SPI con tantos cambios a nivel global?
Estamos comenzando el segundo semestre con una actividad gracias a Dios, sostenida, dada no solo por la reparación sino también por la construcción. Así que aquí estamos como siempre en el frente de batalla.
¿Hay mucha demanda para reparaciones?
En SPI Astilleros hacemos programas anuales además de los presupuestos anuales que se hacen en función de estas reparaciones y de las construcciones.
Hasta febrero de 2022 ya tenemos las gradas ocupadas en términos de reparación. Este es un trabajo muy arduo que se viene construyendo para hacerlo sostenible en el tiempo y poder planificar lo mejor posible y lo hemos logrado.
¿Se han posicionado de modo tal que son el lugar de referencia de la industria?
En realidad sí. Es producto del trabajo a lo largo de los años y se debe a dos cuestiones fundamentales: una es gracias a su socio fundador que es quien marcó la línea, la traza que recorre SPI Astilleros. Y luego, el equipo, que hemos sabido valorar ese trazado, respetarlo, comprometernos con él y que nos ha traído hasta este lugar donde pudimos desarrollar la industria naval con perfil de género y diversidad, con jóvenes profesionales y permitiendo la creatividad. Y esa creatividad se refleja también en la creación de puestos de trabajo. Estamos muy satisfechos y orgullosos del lugar al que hemos llegado.
¿Ese modelo de empresa es una creación propia o lo han tomado de algún otro sitio?
Claramente la industria naval es una industria masculinizada, como otras tantas. Vuelvo sobre lo mismo, acá hubo un socio fundador que marcó una línea donde lo que prevalecía eran las capacidades, la creación y el compromiso con el trabajo más allá de la percepción del género y de cómo uno se podía percibir. Lo importante es el compromiso. Así es como hemos ido creciendo.
No es que tengamos una imagen del exterior o de alguna otra empresa. Construimos nuestra propia imagen porque en el barco estamos todos. Desde ahí construimos un lugar cómodo en donde cada uno tiene su rol y puede aportar su conocimiento.
Tienen por delante la construcción de una embarcación que debe ser el desvelo de todos en SPI Astilleros.
Estamos 24 x 7 los días de la semana haciendo cosas para este buque que hasta hoy es el de mayor porte que se ha construido en la Argentina y nosotros lo estamos construyendo. Claramente nos tiene en vilo. Con seguridades, con tranquilidades pero con mucha responsabilidad de que sea un buque emblema. Es lo que pretendemos y entendemos que se debe hacer.
Cuando decimos que es el de mayor porte, no tiene que ver con una eslora reglamentaria, sino que tiene que ver con la medición de los buques que es el tonelaje de registro bruto.
Va a ser un buque de pesca con un registro bruto muy importante que tiene que ver con varios atributos de la construcción de la embarcación. Desde ese lugar creemos que vamos a mostrar un cambio en la industria naval argentina.
¿Es el mayor desafío al que se afrontaron en la historia de la empresa?
Cada hito que le ha pasado a SPI Astilleros tuvo su momento y espacio. Por ejemplo construimos las barcazas para transporte de hidrocarburos de casi 100 metros de eslora. Hicimos dos remolcadores con alta tecnología. Llevamos una trayectoria de casi 80 embarcaciones construidas. Cada variante ha sido un desarrollo.
Este buque, lo particular que tiene, además de ser la embarcación de pesca de mayor porte, es como nace. Y nace conjuntamente con el pensamiento del cliente. Lo diseñamos juntos, él hace su aporte a partir de su valiosa trayectoria en el sector pesquero, nos aporta ideas creativas, nosotros las tomamos con ingenieros jóvenes, con nueva sangre. Y eso se retroalimenta y nos permite crear y sentirnos satisfechos con lo que estamos haciendo.
Un gran equipo por donde se lo mire
Para la construcción del «Luigi», buque que pertenece al Grupo Solimeno, cuenta con aportes por ejemplo del Ingeniero Hugo Green de una tremenda trayectoria, y nosotros desde aquí estamos trabajando con el Ingeniero Santiago Pecorena y la Ingeniera Guillermina Gogniat y un gran equipo. Estamos poniendo juventud, trayectoria, experiencia y conocimiento. Todo converge para obtener el mejor producto.
¿Afectaron los tiempos de trabajo la situación sanitaria que afecta al mundo?
Impacta productivamente. No hay forma de que no sea así. En mayor o menor medida afecta ya sea en la reparación o en la construcción. Esto viene sucediendo a nivel internacional, con la entrega de equipos por ejemplo. Nada que nos haga salir de lo pactado con el cliente. Es cuestión de trabajar más para cumplir con los plazos.
Casi sin querer, la presidenta de SPI Astilleros, gira su cabeza y le queda al alcance de su mirada, desde la sala de directorio donde nos recibió, la boca de acceso al Puerto. Buen momento para decirle… el dragado.
Tenemos entendido ya que está designada la empresa danesa que se hará cargo. Es un trabajo complejo que ha llevado adelante el Consorcio Portuario, atravesados por una pandemia, lo que hace que todas las gestiones sean difíciles. Creo que es un proceso que debemos acompañar en esta etapa, para fijar después (una vez finalizada la pandemia), ejes estratégicos del desarrollo del Puerto de Mar del Plata y en función de eso aportar nuestras capacidades. Quejarnos es fácil, criticar es gratis. A nosotros nos gusta el camino más difícil que es el más largo, pero de esa manera podemos aportar desde nuestra capacidad como usuarios del Puerto.
¿Una vez encaminado el dragado se les ampliará la demanda en la empresa?
Entendemos que sí. El dragado tiene una injerencia directa sobre nuestra capacidad operativa. Hoy esa capacidad operativa no está violentada. Tenemos que trabajar para que eso no suceda. Además de hacerlo operativo, que se haga con los márgenes de seguridad que todas las maniobras requieren. El dragado pone al Puerto de Mar del Plata en un lugar distinto de competitividad que es necesario para todos los usuarios del Puerto.
En lo particular de la empresa, ¿cuáles son las diferencias de los trabajos en Campana y en Caleta Paula?
Campana nace para la construcción de embarcaciones y artefactos navales. Luego la rotamos e incorporamos un dique flotante para abastecer todo lo que sean reparaciones navales en el sector fluvial. Estamos con un enclave estratégico tratando de desarrollar -desde nuestra empresa junto con la Cámara y otros actores- un polo naval en el norte de la Provincia de Buenos Aires. A pesar del impacto que dejó la pandemia, venimos trabajando muy bien con las autoridades de la zona.
Por otro lado tenemos Caleta Paula que también viene en franco desarrollo. Costó mucho esto de pensarnos e imaginarnos con tanta distancia, pero lo hemos logrado. Tenemos un equipo técnico muy valioso que nos ha ayudado a poner en valor el astillero, así que venimos creciendo y analizando el potencial desarrollo de Caleta Paula.
¿El Estado observa el esfuerzo de empresas como SPI Astilleros?
Entiendo que sí. Hemos recibido visitas importantes. A principios de año estuvieron el secretario de Industria de la Nación y la Sub-Secretaria, estuvo el Presidente del INTI y hoy también estamos con visitas. La industria naval hoy forma parte de las diez industrias estratégicas que ha manifestado el Ministro de Desarrollo Productivo y formamos parte del Consejo Productivo, Social y Sectorial de la Industria Naval, donde sentimos que hemos tenido el espacio para manifestar las necesidades que tiene el sector.
El sector pudo, durante el 2020, presentar un proyecto para las necesidades primarias que eran una línea de financiamiento y la modificación de la Res. 909/94. En esos dos ejes hubo consenso, se presentaron propuestas que se está trabajando en estos momentos. Entendemos que va a haber anuncios en lo inmediato que serán el corolario de la gestión que se realizó en el 2020.
Entendemos que con las dificultades que tiene el país en términos macroeconómicos atravesados por una pandemia, el Estado está haciendo el aporte que entendemos que dentro de la industria naval se debe hacer.
Cipolla nos habla con orgullo no solo de su labor sino también de la empresa que integra y que si bien aún falta, va camino al medio siglo. Se emociona para manifestar…
Yo tengo 29 años en la empresa. He estado en casi el sesenta por ciento de su trayectoria, de su crecimiento. Uno siente una gran satisfacción. Yo siempre lo expreso en el mismo sentido cuando me preguntan por qué en la industria naval, por qué siendo mujer igual me animé y siempre digo que la industria en general es transformadora y la naval para mí, me deslumbró.
Cuando yo ingresé al astillero entraba una chapa plana, amorfa, sin color y por la otra puerta salía una embarcación con colores, con formas romas, que yo digo que son las formas de la mujer. Desde ese lado es para mí el impacto que genera la industria y cuando veo para atrás la satisfacción es muy grande, pero lo que más me gusta de mirar hacia atrás, es ver toda la gente que viene atrás y saber que a esa gente uno le va a dejar un futuro. Eso es impagable la sensación de satisfacción que causa.