Este jueves, el BIP Mar Argentino zarpó una vez más para llevar a cabo estudios científicos en una de las zonas más estratégicas del Atlántico sur, bajo la dirección de la Dra. Valeria Segura, jefa científica de la expedición.
La EPEA, situada a 27 millas náuticas (unos 50 km) de la costa de Mar del Plata, se ha convertido en un punto clave para la investigación ambiental desde su creación. Establecida sobre la isobata de 50 metros, donde las aguas costeras se mezclan con las de la plataforma media, esta área ofrece condiciones oceanográficas sumamente dinámicas. Estos factores la convierten en una ubicación privilegiada para monitorear los cambios en el ecosistema marino y entender las consecuencias del cambio climático.
El INIDEP lleva 24 años trabajando en esta estación, realizando mediciones continuas para detectar y analizar variaciones tanto naturales como aquellas influenciadas por la actividad humana. Estas series de tiempo, que se han mantenido de manera ininterrumpida, proporcionan datos fundamentales para la comunidad científica y para la toma de decisiones en materia de conservación y gestión de recursos marinos.
La campaña número 171 forma parte del Programa Dinámica del Plancton Marino y Cambio Climático, y se centró en el análisis de una amplia gama de variables físicas, biogeoquímicas y biológicas. Los estudios abarcaron desde la temperatura y salinidad del agua hasta la abundancia y diversidad de organismos microscópicos como el fitoplancton y el zooplancton, que forman la base de la cadena alimentaria marina.
Uno de los puntos más destacados de la investigación fue la recolección de muestras para evaluar la presencia de microplásticos, un contaminante que se ha convertido en una amenaza creciente para la salud de los océanos. También se analizaron los niveles de oxígeno disuelto, nutrientes, pH y alcalinidad, lo que ayuda a evaluar la acidificación oceánica, otro de los grandes problemas derivados del cambio climático.
Las actividades de la campaña se concentraron en horas del mediodía, cuando el equipo científico realizó perfiles en la columna de agua utilizando un CTD, un dispositivo que mide propiedades como la temperatura, salinidad y fluorescencia, entre otras. Con la ayuda de botellas Niskin, se recolectaron muestras de agua a diferentes profundidades para análisis detallados en el laboratorio. Estos análisis incluyeron estudios de la clorofila, un pigmento fundamental para la fotosíntesis del fitoplancton, y la evaluación del estado nutricional de larvas de anchoíta, una especie clave para la pesca en la región.
Además, se desplegaron redes especializadas como la Mini-Bongo y la Bongo, que permitieron capturar muestras de zooplancton e ictioplancton, organismos esenciales en las primeras etapas de vida de muchas especies marinas.
Uno de los objetivos más importantes de estas campañas es medir los impactos del cambio climático sobre el ecosistema marino. El monitoreo de variables como la producción primaria (la cantidad de energía producida por el fitoplancton), el estado nutricional de las larvas de peces y la acidificación del océano son cruciales para entender cómo estos cambios afectan a las especies marinas, y por extensión, a la industria pesquera.
El Programa Dinámica del Plancton Marino y Cambio Climático del INIDEP está comprometido en proporcionar datos científicos que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático y promuevan la gestión sustentable de los recursos pesqueros.
Esta campaña es la séptima realizada en la EPEA en lo que va de 2024, lo que demuestra el compromiso del INIDEP con la investigación continua y el monitoreo del ambiente marino. Los datos recolectados no solo alimentan investigaciones nacionales, sino que también contribuyen a estudios globales sobre el estado de los océanos y su relación con el clima.