Alguien dijo una vez, que los modelos políticos y estratégicos caen, el día que la actividad que los sustenta/financia presente rentabilidad nula o negativa. Mientras tanto, además de lo estratégico, las Islas Malvinas hoy gozan de un modelo de financiación del sistema que permite seguir creciendo. Las dos actividades mas rentables por esas latitudes, son las pesca y el petróleo.
La Cámara de Comercio de las Islas Malvinas se reunió con el futuro embajador del Reino Unido en Argentina.
Fue a través de una mesa redonda con Kirsty Hayes, miembros de la comunidad empresarial, Mike Summers, presidente de la Cámara de Comercio, y el gobernador de las islas Nigel Phillips.
Días atrás, la Cámara de Comercio de las Islas Malvinas organizó un almuerzo de trabajo para permitir que los miembros de la comunidad empresarial se reunieran con Kirsty Hayes, embajadora británica (designada) en Argentina.
La Cámara hizo participar del encuentro a empresas de industrias clave, así como a asociaciones miembro clave, a una mesa redonda con el objetivo de brindarle a Kirsty un panorama general de la amplitud de las actividades económicas que se desarrollan en las islas, fundamentalmente en lo que se refiere a la industria pesquera.
Las exposiciones comenzaron con una descripción general de la Cámara y el sector privado en las Islas Malvinas antes de que Kirsty se presentara a la audiencia. El intercambio de ideas se centró fundamentalmente en la industria pesquera y especialmente en cuestiones relacionadas con el intercambio de datos pesqueros y la ordenación pesquera regional en el Atlántico suroccidental.
La atención también estuvo puesta en los hidrocarburos, donde la Asociación de Licenciatarios de Petróleo de las Islas Malvinas describió los continuos desafíos y oportunidades que rodean el desarrollo de la industria en las islas.
Luego, Kirsty recibió una descripción general del sector del transporte marítimo y la logística, con miembros de la comunidad empresarial que expresaron la importancia de los vínculos marítimos y describieron los desafíos a los que se enfrentan.
La sesión se cerró con más preguntas sobre la economía de las islas antes de que Kirsty partiera para su próxima cita en una gira por las Islas Malvinas.
Participaron de este encuentro la Asociación de Pesca de las Islas Malvinas (FIFCA), la Asociación de Empresas Rurales de las Islas Malvinas (RBA), la Asociación de Turismo de las Islas Malvinas (FITA), el Asociación de Licenciatarios de Petróleo de las Islas Malvinas (FIPLA).
Kirsty asumirá su cargo en la embajada Británica en la Argentina a partir de septiembre de este año.
Renovación de modelo pesquero después del Brexit
El Reino Unido se encuentra reperfilando la estrategia pesquera. Los barcos europeos ya no tendrán acceso automático a caladeros como Gran Sol en el Atlántico Norte. Entonces, una revisión similar se encuentra en proceso en el Atlántico Sur por parte de las autoridades ilegítimas de las Islas Malvinas, tendiente a alterar el régimen administrativo de las pesquerías incluyendo el manejo del calamar y las concesiones/licencias.
La medida responde básicamente a compensar los efectos del Brexit e intentar preservar las inversiones pesqueras y venta de permisos/licencias que representan casi el 50% del PBI del archipiélago y el 30% de los ingresos fiscales. Ambas referencias dan una idea de su importancia ante el riesgo de estancamiento.
La intención sería cuotificar el calamar illex argentinus a través de un régimen de cuotas individuales transferibles similar al que aplica Nueva Zelanda para las pesquerías de calamar flecha (dos especies del género Todarodes). Las cuotas se distribuirían en proporción entre barcos que posean capturas históricas de acuerdo al volumen de las mismas, dejando un porcentaje para nuevos participantes. Un informe de fines del año pasado sugiere incluso otorgar licencias de pesca a perpetuidad. Ese documento sería la base de algunas de las reformas en la administración pesquera, con el objetivo explícito de retener el control de los recursos naturales, asegurar su explotación y permitir el acceso a mercados.
El enfoque es preocupante porque altera el esquema actual de manejo del calamar, que se basa en una estimación de la biomasa poblacional anual previa al inicio de la temporada (1° de febrero) y el cierre de la misma a más tardar el 30 de junio o antes, conforme a los rendimientos. La inquietud reside en que no se fijarían capturas máximas permisibles (CMP), y es probable que los barcos anticipen la pesca, con una mayor presión extractiva de febrero a mayo, y el riesgo de que la prolonguen sobre la fecha límite aconsejable y operen sobre la fracción juvenil, afectando la sustentabilidad de la especie tanto en las aguas circundantes a Malvinas como en las internacionales. También atraería un aumento de la pesca por arrastre, y habría una mayor muerte incidental de fauna acompañante.
Si bien el método neozelandés trasladado a Malvinas puede ser ventajoso desde el punto de vista de la economía de las islas, implicaría dejar de lado evaluaciones anuales en la forma de cruceros de pre reclutas, tal como realiza la Argentina. Esas estimaciones científicas son clave para poder alcanzar el valor de las asignaciones de captura. Sin datos previos difícilmente habrá algún tipo de alerta para el cierre temprano que garantice el escape y proteja reproductores, lo que comprometería la situación de la pesquería en su conjunto. La cuestión adquiere gravedad adicional por la pesca desmesurada en la milla 201 que este año se vio sobresaturada por la presencia de la flota taiwanesa y coreana.