El presidente, Alberto Fernández, decretó hoy un asilamiento social obligatorio que se extenderá hasta el 31 de marzo. La imposición de la cuarentena busca aplacar la curva de contagio del coronavirus y, de esa forma, evitar el colapso del sistema de salud.
“Nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas”, expresó el titular del Ejecutivo nacional. Prefectura, Gendarmería, la Policía Federal y las policías provinciales serán las encargadas de controlar la circulación por las calles.
Sin embargo, el decreto que establece las pautas -será publicado este viernes- contiene excepciones. Además, de permitir las salidas para que los ciudadanos puedan abastecerse de comida y medicamentos, todo lo vinculado a la producción precisamente de alimentos seguirá funcionando.
Dado que la industria pesquera está abarcada por ese concepto, continuará operativa; aunque con las limitaciones propias del contexto. Por caso, la menor tasa de actividad en plantas de procesamiento y las licencias para los mayores de 60 años.
Por otra parte, está vigente la decisión de los gremios Simape, Somu, Siconara y Centro de Patrones de retener en puerto a la flota local frente a la falta de un acuerdo con los armadores en torno a un protocolo sanitario.
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Sin embargo, los barcos que van ingresando continúan descargando con normalidad. Por estas horas, abundan las dudas entre los operadores; pero el trabajo en los muelles sigue. Con las precauciones necesarias, estibadores y transportistas no han detenido la tarea.