La reciente exclusión de la industria pesquera del régimen de reducción de retenciones anunciado por el Gobierno nacional generó una respuesta contundente por parte de las cámaras empresariales del sector. En un comunicado conjunto, la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA) y la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (C.A.P.I.P.) manifestaron su «sorpresa y profunda preocupación «, advirtiendo sobre una inminente crisis económica que amenaza la sustentabilidad de la actividad.
Días atrás, presentamos en una nota la similitud de dos industrias que como exportadoras sufren embates de modelos impositivos netamente recaudadores que gozan de un perfil acorde a otras variables, a otras épocas cuya economía expandía en la ilusión inflacionaria desmedida. Argentina cambio el modelo y como tal, también en materia impositiva el Estado Nacional debiese poner escalas acordes y ajustadas a las nuevas realidades. En ese sentido, los Derechos de Exportación son el camino a una rebaja que permite levar ancla en el desarrollo productivo evitando ser parte de la rentabilidad negativa que gozan estas actividades.
Según un informe de CREA, de los primeros días de diciembre pasado, solo el 10% de la soja implantada en el país tiene rentabilidad positiva; el índice de viabilidad que elabora esa organización muestra un escenario de rentabilidad muy complicado para todos los cultivos, pero » en especial para la soja: con rindes promedio, solo en un 10% del área daría ganancias «.
En la pesca las rentabilidades de las principales especies del complejo se tornaron negativas. El pie del Estado ahoga a la industria con una presión tributaria no acorde a los momentos que transita la vida política económica del país.
El anuncio del vocero presidencial, Manuel Adorni, y del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la baja temporal de retenciones a los principales cultivos agroindustriales y la eliminación del impuesto a economías regionales, despertó expectativas en diversos sectores productivos. Sin embargo, la exclusión de la industria pesquera, -(siempre considerada economía regional)-, una actividad clave para la economía marítima nacional, motivó un enérgico pedido de igualdad fiscal.
“La caída del precio internacional, los altos costos de la actividad y la elevada carga tributaria que enfrentamos son factores que están llevando al sector a una situación de quebranto inminente”, alertaron desde las cámaras.
El sector pesquero argentino, con más de 100 años de trayectoria, representa un pilar del desarrollo económico nacional y regional. Según datos proporcionados por CAPeCA y CAPIP., esta industria procesa anualmente 793.000 toneladas de productos, genera más de 46.000 empleos directos con salarios competitivos, y exporta a más de 100 mercados internacionales, aportando 1.981 millones de dólares en divisas al país.
“ Constituimos la principal economía regional del país, siendo esenciales para las provincias del litoral marítimo, como Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Nuestro aporte es vital no solo en términos económicos, sino también como motor de desarrollo social en estas comunidades”, destacaron en el comunicado.
Asimismo, el sector fue señalado como el octavo complejo productivo del país, con especies como langostinos, calamar y merluza representando el 80% de las exportaciones pesqueras.
Las cámaras empresariales subrayaron que la decisión de excluir al sector pesquero de los beneficios fiscales no solo afecta su rentabilidad, sino que compromete la sostenibilidad ambiental y social de una actividad que ha trabajado arduamente para garantizar la protección de los recursos marinos.
“ Esta medida pone en riesgo un sistema productivo que no solo aporta divisas, sino que también es motor de desarrollo regional, generando miles de empleos directos e indirectos ”, afirmaron.
En este contexto, el sector exige al Poder Ejecutivo una pronta revisión de la medida, aun sabiendo que el sector ha integrado el segmento denominado » economías regionales «, que en este primer avance, celebró la eliminación permanente del derecho de exportación (DEX) pero sin embargo el sector pesquero fue discriminado. “Requerimos nuestra inmediata inclusión en el régimen de reducción de retenciones, para evitar un impacto negativo sobre la sostenibilidad económica, social y ambiental de nuestra industria”, señalaron.
El comunicado finalizó con una advertencia y un llamado a la reflexión: “El sector pesquero argentino es estratégico para el desarrollo del país y no puede quedar relegado en políticas que definan su futuro”.
La industria, que enfrenta un panorama global complejo por la caída de precios y altos costos operativos, demanda equidad fiscal para mantener su rol clave en la generación de empleo, divisas y desarrollo sustentable en las provincias marítimas del país.