Días atrás, y a lo largo de estos últimos meses, la actividad primaria extractiva pesquera, como todo el complejo procesador argentino viene recibiendo algunos embates inconexos, por lo desmesurado pero además por la liviandad de argumentos que da sustento a cualquier apreciación de quienes desconocen una de las actividades más ancestrales del ser humano, pero que además generó el desarrollo y el diseño social y demográfico de los principales puertos-ciudades del litoral marítimo argentino. Una pluma contemporánea en manos del desconocimiento, a veces hace mas daño que una daga.
¿Qué sería de Mar del Plata, si por el 1880, antes de la primera inmigración desde el norte de Italia, entre otros paises, no había asentamientos de algunos saladeros que dieron el puntapié fundamental e inicial al comercio y así al puerto marplatense?.
Una ciudad que luce como balnearia y pesquera en contraposición a la postura del ciudadano común que siempre vivió de espaldas al mar. Cerca de la Bristol, en el actual centro de la ciudad se emplazaba el muelle de pescadores, donde ayudados por caballos, aquellos viejos pilares de los actuales pescadores tiraban sus embarcaciones, lanchas a vela por las llanas playas de la época.
En 1906 comienzan las labores del puerto de Mar del Plata y ya la fisonomía de la cantera lindera a la vieja usina 9 de Julio abastecía con vagones cargados de piedras y contorneaban la imagen que aún hoy persiste al lado de la calle Vertiz. Bloques de cemento fueron creados para constituir las dos escolleras, parte inicial de un ambicioso proyecto que era una gran escollera en Punta Piedras (Waikiki) y el Cabo Corrientes. Otra sería la historia en un puerto seguramente por su dimensión de aguas profundas en el corazón del sudeste productivo de la provincia de Buenos Aires.
Así, el tiempo fue creando lanchas, barcos costeros, media y gran altura, congeladores, factorías y hasta poteros que surcan estas aguas dignificando con el trabajo al ser humano. Todo nació de un proyecto, el inicial, dar sustento a las familias a través de la riqueza de estas latitudes. Así, también tiene su fundamento Puerto Deseado, Puerto Madryn, y hasta el mismo Rawson. Al final, después de tantas disputas norte y sur, todos bajo un mismo manto, el de dar sustentabilidad a la familia.
Nada ha cambiado desde ayer, aunque algunos ligeros de escritura embaten sosteniendo lo prebendario de una industria y sector que no lo es. Incluso siendo uno de los más maltratados el sistema financiero, ya que el sector se ha desarrollado sin crédito, absorbido por quienes hoy juzgan con prejuicios a una actividad pujante, generadora de conocimiento, mano de obra, digna y trabajadora, como es el Estado Nacional, en una competencia desleal por fagocitar el dinero circulante del privado sin brindar nada a cambio.
Después de esos resbalones donde el 27 de diciembre se intentó desde el gobierno avasallar derechos sin justificativos, ni considerandos, y peor aún, con un desconocimiento legal mayúsculo, el sector persistiendo a los embates internacionales por competencia desleal, precios en mínimos, falta de demanda y costos enardecidos por un IPC que aún no se digiere, todavía lucha por demostrar que en los puertos se trabaja, no se especula ni timbea, mucho menos se goza de empresas prebendarias y acomodadas.
La mano de obra en la industria primaria extractiva de la Pesca en Argentina
La industria pesquera de Argentina es un pilar fundamental de la economía nacional, con un enfoque significativo en la captura de especies como la merluza, el calamar, el langostino y el variado costero. Esta industria no solo contribuye sustancialmente a las exportaciones del país, sino que también emplea a un número considerable de trabajadores en diversas áreas relacionadas con la pesca y su cadena de valor, pero también en otras cercanas como la industria naval generadora de mano de obra calificada y genuina.
La industria pesquera argentina emplea a más de 90,000 personas, tanto de manera directa como indirecta. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), aproximadamente 26,000 personas están empleadas directamente en este sector. Esta cifra incluye a pescadores, operarios en plantas de procesamiento y personal en áreas logísticas y de apoyo, lo que demuestra la importancia de esta industria para la economía local de las regiones costeras y para la economía nacional en su conjunto.
Condiciones Laborales y Salarios
Las condiciones laborales en la industria pesquera argentina varían significativamente dependiendo del tipo de embarcación y la naturaleza del trabajo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha establecido el Convenio sobre el Trabajo en la Pesca (C188), que busca garantizar condiciones laborales decentes, incluyendo acuerdos laborales escritos, pagos regulares y medidas de seguridad y salud en el trabajo.
En términos de salarios, los ingresos pueden fluctuar ampliamente. Los pescadores suelen recibir salarios básicos complementados por una parte de las ganancias de la captura. En las plantas de procesamiento, los salarios pueden ser más estables, aunque generalmente son altos en comparación con otros sectores industriales calificados.
La flota pesquera argentina giró en los ultimos años con miras al bienestar del trabajador embarcado. Hoy las tripulaciones son parte del diseño de los artefactos navales, buscando comodidad en espacios reducidos bajo un estricto control de la seguridad en la navegación y el trabajo a bordo.
Sustentabilidad de los Caladeros
La sostenibilidad es un tema crucial en la industria pesquera argentina. La Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) monitorean y regulan la pesca para evitar la sobreexplotación de los recursos. Medidas como las vedas temporales y las cuotas de captura están diseñadas para asegurar que las poblaciones de peces se mantengan saludables y que la pesca pueda seguir siendo una fuente viable de empleo y alimento en el futuro. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su informe SOFIA, ha tomado como ejemplo el modelo argentino de administración debido al monitoreo permanente del personal del INIDEP-FAO junto a los participantes del sector. Este modelo ha establecido al caladero argentino como uno de los más saludables y en constante desarrollo y evolución creciente de biomasa.
Renovación de la Flota
Uno de los desafíos persistentes en la industria pesquera argentina es la renovación de la flota. Muchas de las embarcaciones, en un pasado reciente, eran antiguas, lo que afectaba tanto la eficiencia operativa como la seguridad de los trabajadores. A pesar de la falta de aportes del sistema financiero y del Estado Argentino, la industria ha avanzado en la modernización de su flota. En los últimos cuatro años, se han renovado más de 45 embarcaciones y se han botado más de 32 construidas en astilleros nacionales con mano de obra, conocimiento, diseño, planificación y desarrollo argentino. Esta renovación se ha realizado bajo las normas más avanzadas de calidad y buenas prácticas amigables con el medio ambiente, demostrando un esfuerzo significativo por competir a nivel internacional.
En conclusión, la industria pesquera en Argentina es vital tanto para la economía como para la generación de empleo, especialmente en las comunidades costeras. A pesar de los desafíos relacionados con la renovación de la flota y la mejora de las condiciones laborales, el sector sigue siendo una fuente crucial de ingresos y sustento. La sostenibilidad y la innovación son clave para asegurar su viabilidad y crecimiento futuro, y el sector ha demostrado una capacidad notable para adaptarse y avanzar incluso en ausencia de apoyo estatal y financiero directo. Todo esto y algo más, sin un solo peso del Estado central de forma directa o indirecta a través de políticas de incentivo. Hoy entre los derechos de exportaciones y los aranceles para el ingreso a la Unión Europea, la actividad deja entre un 16% y 18%, cifras que en momentos como los actuales, sin demanda y con precios deprimidos, es más cercano a una confiscación de la actividad propia del Estado Presente.
La pesca alberga empresarios, gremios, trabajadores, e infinidades de peones tan dignos como el trabajo que hacen y representan con un grado precario de incentivos pero con una competitividad que asombra al mundo. Un poco mas de respeto, aca nadie, desde el Estado al sector, regaló nada; pero aun todavía se escuchan y leen sugerencias desde el desconocimiento que el sector no paga nada y, tan corto como el vuelo de la perdiz, cada tanto continúan los embates de quienes fueran periodistas destacados que, hoy representan la recalcitrante casta del pasado, brindando juicios de ligero valor, sin el conocimiento de la causa.