Por el momento, las variables del esquema pesquero de langostino están equilibradas. Reina la paz social, que no es poco, se trabaja fluido en todos los puertos del litoral marítimo de las cinco provincias debido a una decisión de sostener varias subáreas abiertas al mismo tiempo desde el paralelo 42 al 48, lo que no solamente representa trabajo distribuido para todas las plantas de los principales complejos exportadores, sino que a la hora de decidir una posición para que los 65 tangoneros que están operativos hoy, se distribuyan en distintas marcas ecoicas y concentraciones de la especie, dejando atrás, el sinsentido de la concentración de una sola área abierta a la pesca y el riesgo latente hacia la seguridad en la navegación. Es claro, arriba de cada barco hay personas, que muchas veces las disposiciones rígidas de otrora ciertas personalidades que buscaban un mayor apego a la Ley, sin considerar desde el escritorio cada proyecto de vida sobre cada artefacto naval, termina siendo hoy, un alivio y no en desmedro de la biología, siempre decimos, que el ser humano, también es parte de la cadena trófica, y el principal eslabón de la misma.
Asimismo con 5 subáreas abiertas a la pesca dentro de la ZVPJM (4-5-11-14-15) las autoridades dejan al libre albedrio decisiones que son solamente del sector privado y generadas desde quien más conoce donde, cuando y como pescar el langostino, que es el Capitán de cada tangonero, junto a decisiones operativas de cada grupo económico. Hoy, más cerca del axioma, “vayan y pesquen, lo máximo que se pueda bajo el estricto control de la Ley Federal de Pesca, las disposiciones de las regulaciones de pesca y la PNA”, dejan una idea cabal que desregular la burocracia y sacar el pie de encima del sector privado, empieza, sin dudas, en la propia actividad primaria extractiva.
Así, se desarrolla una temporada de langostino en aguas de jurisdicción nacional dentro de la ZVPJM sin novedades y hasta ayer, con buen tiempo en el perfil marítimo de pesca, pero que podría hacerse sentir entre hoy y el jueves próximo, con una serie de reacomodamientos de masas de aire, donde el viento puede ser el factor común. Al final, nada malo para descongestionar las plantas de procesamiento que a hoy, llevan un ritmo de alta trabajo y producción como están acostumbrados en las principales plantas de industrialización de langostino, en Chubut y Santa Cruz, aunque en menor tenor Mar del Plata y Rosales.
Por el momento, el langostino cumple con creces la disponibilidad en el mar argentino, las Tallas L1-L2-L3 a lo largo de las subtareas abiertas es común denominador, aunque la mayor y mejor calidad de tallas, está en el norte, mientras desde el INIDEP mantienen una gran expectativa por lo evidenciado a través de las campañas de investigaciones que mantuvieron a lo largo de este año, con la certeza, (así lo pronuncio la Lic Esp. Paula Moriondo Danovaro Jefe del programa langostino del INIDEP) diciendo “desde el punto de vista biológico, las condiciones de la especie es muy parecida a las detectadas previo a la temporada 2018, donde se capturaron más de 254.000 toneladas constituyendo el máximo histórico de capturas y descargas). De esta manera y observando el mismo paralelismo, la zafra se desempeña tal lo previsto por la entidad que rige el control biológico y científico de la especie y las condiciones del mar argentino.
A decir verdad, dias atrás, acompañados del buen clima, hubo zonas y barcos fresqueros con 32.000 kilos de captura diaria, lo que permitió cerrar la marea en menos de 2 dias de pesca efectiva; mientras congeladores, con buen ritmo de trabajo, y un perfil de cuello de botella que es la planta de procesado a bordo, las capturas rondaron los 16.000/26.000 kilos/día.
Mientras tanto, en los últimos dias, principalmente en la zona de Comodoro Rivadavia y Camarones, las operaciones en el puerto se tornan complejas. Las intensas nevadas y el viento reinante complica toda las tareas de muelle, alistamiento y principalmente logística y transporte a planta de las descargas, en un nuevo desafío que todos los años enfrentan los visitantes de la zona que no termina de acostumbrarse a esas inclemencias meteorológicas. Por el momento, la zafra sigue a buen ritmo, hay para todos aunque en los circuitos comerciales internacionales aún persiste la dificultad, en precios y en volúmenes, de absorción de langostino natural y salvaje argentino que enfrenta una voraz competencia con el camarón de cultivo a sabiendas que es sin dudas otro sabor, textura y sobre todo la diferencia natural y salvaje que le otorga un certificado de excelencia en la alimentación sana, bioseguro y libre de antibióticos y sustancias agregadas para su producción