Un par de lanchas amarillas, de las pocas que quedan operativas en la banquina chica e histórica del puerto de Mar del Plata, encontraron magru ayer, viernes y hoy volvieron a salir para dar con el mismo recurso a poca distancia del puerto de Mar del Plata.
Adentro del Banco Patria, a menos de dos horas de navegación al Este, tripulantes de la San Juan José fueron alertados por unos gomones que intentaban la captura infructuosa de Pez limón, pero habían visto el cardumen a flor de agua.
El hallazgo y la permanencia del buen tiempo, sumado a las condiciones ideales para la caballa (temperatura y humedad) en este año abundante de la especie, hicieron que esta embarcación, casi “a pique” como se dice en jerga, ingrese a puerto sobre las 1530 con 340 cajones de caballa de excelente tamaño.
Por suerte algunos compradores todavía pagan la pelágica en un año de abundancia pero con reservas para que las pocas embarcaciones también puedan hacer “su” temporada.
Ayer, la lancha San Juan José, era centro de atracción para turistas y visitantes, donde algunos vieron por primera vez, un magru en cubierta con su espectacular color y forma.
El día se prestó para que otras embarcaciones se alistaran y aprovecharan esta posibilidad de pescar ejemplares de buen tamaño comercial sin consumir mucho combustible, ecuación hacen los patrones, habida cuenta del riesgo de ir a la zona y no dar con el cardumen.
“Salimos a las cuatro de la mañana”, dice Pablo Izzo, todavía cerca de la bodega abierta de la San Juan José y son las tres y media de la tarde pasadas y acaban de llegar con más de 340 cajones. Todo caballa por lo que se pudo apreciar. Es una cifra aproximada porque el pescado viene a granel en la bodega de la lancha, pero la proa baja, al ingreso a la banquina chica, daba fe de esas cantidades.
Separan las primeras lingadas de 6 cajones de caballa grande, «viva» y el patrón va anotando en una libreta. Otro de los marineros apura los cajones que hace más de una hora esperan la llegada debajo de la visera de la banquina chica donde el guinche comenzó a levantarlos hasta la caja térmica de un viejo camión Dodge, que aun tira.
“ Por suerte hay demanda de unos pocos, pero cuando el pescado se acerca, el cheque se aleja ” nos decía un viejo pescador desde la popa de la lancha, mientras anotaba cada lingada directa al camión.
De esta manera, también las lanchas amarillas y tradicionales, abren su temporada con menos compradores, porque a decir verdad la temporada ya casi esta en su final, después que grandes fresqueros desde fines de agosto dieran con el recurso dentro de la zona El Rincón, que posibilitaron una excelente temporada dando tranquilidad a las conserveras como en los viejos tiempos. » Hace mucho no se veía una zafra como la actual, que por estos días, también se refleja en los volúmenes de anchoítas descargadas pero por sobre todo, del tamaño durante toda la temporada «, nos informaba «Joselito«, casi desconocido por la elegancia, en la barra del Alsina restó bar, siendo otro referente de planta, del sector conservero de Pennisi.