Un nuevo canal para expresar las necesidades de los astilleros locales encontró la Cámara de la Industria Naval de Mar del Plata en la conferencia que organizó ayer por la tarde en el salón de conferencias de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Desde la entidad demandaron herramientas para encarar la renovación de la flota pesquera, fundamentalmente del estrato abocado al langostino, una de las pesquerías que según expuso Domingo Contessi escapa a la crisis económica del resto.
“Ni siquiera desde ahí estamos teniendo un aporte. La flota en promedio tiene cuarenta años de antigüedad. Con esas herramientas se está pescando hoy, ejerciendo una de las actividades más riesgosas del mundo”, dijo el directivo.
Contessi ve una serie de barreras sobre las que el Gobierno podría intervenir para fomentar la construcción de barcos en astilleros nacionales:
• Trabas burocráticas: denunció que hay demoras y distorsiones para transferir permisos de pesca, por lo que muchos armadores prefieren mantener su vieja unidad antes de perder tiempo y capacidad de captura en el cambio.
• Importaciones: El empresario pidió que se frene el ingreso de barcos usados: “No lo podemos soportar más. Necesitamos que se nos tenga en cuenta”, apuntó.
Como dato, reflejó que en los últimos años el promedio de botaduras en su astillero fue de tres o cuatro buques cada doce meses; aunque en 2016 se redujo a una; todos costeros, como un promedio de eslora en torno a los 20 metros.
• Falta de financiación: La inexistencia de líneas de créditos específicas para la industria naval fue otra de las problemáticas señaladas.
“Estamos pidiendo que el Estado dé herramientas para que el armador construya en la Argentina mediante un sistema de premios y castigos, Que se aliente la construcción en astilleros argentinos y desaliente la importación”, enumeró Contessi.
En la mirada del empresario, con una simple decisión del Consejo Federal Pesquero se podría premiar con más cupo o mantener la condición irrestricta de un permiso para aquel que apueste a renovar su embarcación en el país o restarle cupo al que la ingrese del exterior.
Por su parte, el secretario general del Saon, Juan Speroni, recordó que la industria naval tiene alta capacidad para multiplicar las fuentes de trabajo, un poco en respuesta a la preocupación por el desempleo en la ciudad que minutos antes había manifestado el secretario de la Producción en el Municipio, Ricardo de Rosa.
“Hacen falta reglas de juego claras para que este sector sea competitivo”, insistió el gremialista.
En tanto, el titular de Tecnopesca Argentina, Enrique Godoy, puso el acento en la voluntad por competir en igualdad de condiciones: “No podemos construir barcos usados”, lanzó de manera irónica. Luego, cerró: “Queremos ser parte de la cadena de valor de la pesca construyendo barcos”.
Convenio de cooperación
La cita en la universidad también sirvió para que la cámara, representada por su presidente, Ramón Garrido, y la UTN, representada por Jorge Tarnovsky, firmaran un Convenio Marco de Práctica Profesional Supervisada (PPS).
El instrumento será utilizado para que las empresas puedan celebrar acuerdos individuales de prácticas profesionales con los estudiantes de Ingeniería Naval e Ingeniería Pesquera.