Los efectos de la devaluación del peso y la quita de retenciones a las exportaciones, que el Gobierno nacional instaló allá por diciembre, comienzan a diluirse y no alcanzan para dinamizar a la industria pesquera.
El análisis es compartido por diversos actores del sector, quienes vuelven a tener en agenda los problemas de competitividad, casi como una réplica de los últimos años. Incluso algunos ya hablan de atraso cambiario por efecto de la inflación.
El gasoil, el principal insumo en el balance de cualquier armador, trepó un 24,8 por ciento sólo en los últimos seis meses. Pasó de 8,968 pesos el litro en diciembre a 11,198 en mayo. El incremento llega al 45,4 por ciento en la comparativa de los últimos doce meses.
Otros insumos como el cartón o el polietileno siguieron la misma curva ascendente. En tanto, por efecto paritarias y aún cuando resta que un par de gremios cierren acuerdos, el costo laboral se incrementó entre un 30 y un 35 por ciento.
Evolución de precios
“El aire que ganamos en con un dólar de 16 pesos en febrero y sin retenciones ya lo perdimos. En estos días liquidé exportaciones con un dólar de 14 y con precios de venta estancados o cayendo”, definió un operador marplatense consultado por Pescare.com.ar.
Por caso, el valor promedio de la tonelada de merluza transitaba la zona de los 2.242 dólares en abril, según datos de la Dirección de Economía Pesquera. El precio refleja una caída del 12,7 por ciento respecto al mismo período de 2015.
Pero no es la única especie con esa tendencia. También caen langostino (5.817 dólares de promedio por tonelada / -9,4 por ciento), abadejo (6.217 dólares / -6,1 por ciento), mientras que la raya muestra estancamiento (1.858 dólares / -0,2 por ciento), entre otras.
“El aumento de los insumos, en especial el gasoil, y la baja de precios en el muelle nos da quebranto”, resumieron días atrás desde la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera, cuyos dirigentes volverán a insistir frente a funcionarios de la Subsecretaría de Pesca para que les quiten la tasa “por mejoras viables” que paga el combustible.
Brasil, otro problema
En tierra, el problema extra para las pymes de Mar del Plata es la caída del mercado brasileño, destino tradicional para ellas. A este segmento de empresas no les resulta sencillo acceder a mercados sustitutos y acusan el golpe.
Brasil pasó de ser el segundo mayor consumidor de productos locales en 2011 al quinto en 2016. En el primer trimestre de este año apenas se quedó con 7.286 toneladas por 21,4 millones de dólares, detrás de España, China, Italia y Estados Unidos.
Expectativas para el mediano plazo
En términos macro, cuál es la evaluación que hacen las autoridades del actual contexto económico: «Hoy, el problema es que el peso se está revaluando. Es un desafío mantener un tipo de cambio competitivo», reconoció días atrás, el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Pero los analistas coinciden en señalar que no es esperable una nueva corrección en el valor del dólar, al menos durante el segundo semestre. Sí se advierte alguna intención de mejorar la competitividad por vía indirecta.
Por estos días, desde el Ministerio de Agroindustria y Economía están analizando la posibilidad de “adecuar” los reintegros a las exportaciones. Como primer paso, están recolectando datos de cada cadena de valor, incluyendo a la pesquera.
El aumento de costos, fundamentalmente del gasoil, combinado con bajos precios de venta y caída del dólar atentan contra la rentabilidad.
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