La crecida en el nivel del mar es una constante preocupación como derivante de la aceleración de los deshielos, entre ellos, el Antártico. Científicos especialistas en el tema así lo comunican.
Esa es la base para la preocupación que está generando el deshielo en la Antártida, algo que desde el sector que la estudia sostienen que existe a consecuencia de ello, una alta probabilidad de que la aceleración del proceso no pueda evitarse a pesar de los altos esfuerzos que se hacen en varios países para evitar el calentamiento global que ya es una realidad.
Un nuevo estudio revela a hora que existe un ciclo de retroalimentación que empeora la situación actual y está contribuyendo al aumento global del nivel del mar.
Tales afirmaciones surgen de una investigación llevada a cabo por el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, en la que se resalta que el agua de deshielo que fluye hacia el propio mar por debajo de los glaciares antárticos, está haciendo que se derritan más rápido de lo que se preveía.
La revista especializada en este tipo de temas “Science Advances” publicó los resultados de los estudios, donde alertan que existe un claro temor de que las proyecciones actuales del aumento del nivel del mar podrían estar subestimando la velocidad actual del deshielo.
El agua que va surgiendo desde los deshielos y que emerge de los glaciares antárticos hacia el mar, no se consideró en los modelos utilizados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático para hacer importantes proyecciones sobre el aumento del nivel del mar, por lo que es fundamental saber cuándo y en qué medida aumentará el nivel del mar de manera global, para el bienestar de las comunidades costeras, sostienen los especialista.
Lo que generan los glaciares antárticos es agua de deshielo denominada “subglacial”, esto a partir del derretimiento que ocurre donde se asienta sobre la corteza continental.
Cuando el agua fluye al mar, lo que hace es acelerar el derretimiento de la plataforma de hielo glacial, lo que a su vez apresura el retroceso de los glaciares y potencialmente impulsa el aumento del nivel mar, lo que en algunos lugares ya ha llegado hasta 1,5 metros.
A simple vista parecería no generar grandes complicaciones si se tiene la previsibilidad adecuada. Al fin y al cabo que el mar crezca un metro y medio podría no generar tantos inconvenientes si se lo “atiende” con tiempo, pero no se trata solamente del crecimiento exponencial del nivel agua solamente.
Mucho puede cambiar en referencia a las distintas especies y los recursos pesqueros. La flora y fauna están “acostumbradas” a movimientos y estructuras biológicas que poca mutación tiene, más allá de sus evoluciones e involuciones a lo largo de los siglos.
El planteo aquí es que puede ocurrir por una parte con el incipiente calentamiento global, que ya bastantes problemas está generando. Por otro lado la duda aún persistente es sobre este aumento inevitable del agua proveniente de los glaciares (agua dulce), la que de manera permanente se va mezclando con el agua salada, en cantidades que podría no ser significativas por el momento, pero sí suficientes para la alternación de las especies.