Un tema de nunca acabar desde hace algunos años. Algo que queda expuesto como consecuencia de barreras paraarancelarias y trabas a las importaciones desde Argentina al mercado brasileño, pues el Atlántico Sur es endémico para esta parasitosis en merluza, desde los comienzos de las capturas.
No es nuevo.
A pesar de las tantas gestiones desde el sector sanitario argentino por destrabar este inconveniente, hoy, en frontera hay demorados varios camiones como consecuencia de medidas extremas de la DIPOA, Departamento de Inspección de Productos de Origen Animal, (ente de fiscalización y control para el ingreso a Brasil de productos de origen animal), algo así como SENASA de nuestro país, el mismo, pone trabas en la comercialización de merluza; teniendo un impacto fenomenal en la económica de las empresas, principalmente marplatenses, cuyo destino es Brasil; algo que seguro para funcionarios, quienes hablan ligeramente del sector, desconocen.
Desde hace años una comitiva integrada por el Coordinador Gral. de Inocuidad de Productos de Pesca y Acuicultura de SENASA, Med. Vet. Fabian Ballesteros lleva a cabo un completo informe y negociación persuadiendo a su par de la DIPOA sobre la inocuidad y el origen sistémico de este inconveniente, por momentos se ha flexibilizado el control y en otras oportunidades, como nuevamente ahora, vuelve a resurgir el problema.
A decir verdad, de fondo nunca ha cambiado. Hoy la merluza lamentablemente goza de un precio muy bajo a nivel internacional y hace que sea muy competitiva con la tilapia de cultivo, por lo que no es de extrañar comience la danza de los parásitos para frenar ingreso por frontera.
Desde el sector exportador de Mar del Plata, ya hay varios camiones demorados en frontera que se ajustan perfectamente a este marco de los negocios, que una vez mas deterioran el comercio con el vecino país.
Recordemos, ya a mediados del año 2022, despues de sendas reuniones, personal de SENASA había congregado en el INIDEP a representantes del sector procesador de Mar del Plata con idénticas medidas de hoy.
El punto clave a definir está relacionado con los controles que se realizan en la frontera sobre la merluza y la detección de parásitos, que son comunes en nuestro mar e inocuos para el consumo humano. De esta manera, se analizaron opciones para mejorar los parámetros y controles de frescura en pescado que se envía a ese destino para evitar inconvenientes en la fiscalización en fronteras o el posible rechazo del ingreso de camiones con la mercadería.
Como parte de las actividades que se realizaron oportunamente, Ballesteros, acompañó a las autoridades brasileras a los muelles de descarga, junto al equipo de profesionales y técnicos de la Coordinación Regional de Pesca, donde se explicaron y demostraron las tareas de control que se realizan en los productos frescos y congelados que arriban al puerto de la ciudad. Estos controles se llevan a cabo durante las 24 horas, los 365 días del año, para garantizar la inocuidad y calidad del pescado que luego ingresa al circuito comercial o es exportado a otros países.