La Dirección de PESCARE expresa su más enérgico rechazo y condena ante el repudiable episodio de violencia ocurrido este jueves en una planta pesquera de Puerto Madryn, donde el periodista Nelson Saldivia, del portal Parte de Pesca, fue físicamente agredido y amenazado por un dirigente sindical del gremio de la alimentación.
Según la denuncia realizada por la víctima ante la Justicia, el mal sindicalista José Díaz, representante del STIA Puerto Madryn, lo atacó y amenazó en un intento de coartar su labor periodística en el sector pesquero. Este hecho no sólo constituye un atropello contra un profesional de la prensa, sino también una afrenta directa a los valores fundamentales de la democracia y la libertad de expresión.
El derecho a la información y la libertad de prensa son pilares inquebrantables de nuestra sociedad, y cualquier intento de amedrentamiento o censura mediante la violencia resulta inaceptable, inadmisible. La utilización de la fuerza -tácita o explícita- como medio para imponer ideas o silenciar voces disidentes no tiene cabida en un sistema democrático, eventos a los que habitualmente desde nuestra dirección repudiamos y sufrimos a diario. La violencia, cualquiera sea su procedencia, gremial o empresarial, debe ser erradicada sin vacilaciones.
Desde nuestra dirección, expresamos nuestra solidaridad y acompañamiento a la víctima, reafirmando nuestro compromiso con la defensa irrestricta de la libertad de prensa y el ejercicio responsable del periodismo. Asimismo, instamos a la sociedad en su conjunto y a las autoridades competentes a no convalidar, sino a sancionar con firmeza este tipo de actos que atentan contra la convivencia pacífica y el respeto mutuo pero sobre todo contra la propia evolución y desarrollo de una actividad que a lo largo de los últimos años han destruido sin vacilaciones. El mal sindicalismo es parte del problema.
Rechazamos de manera absoluta cualquier forma de violencia -repetimos, tácita o explícita- y exigimos el firme compromiso de todos los sectores para repudiar y aislar a quienes intentan imponer su voluntad a través de la intimidación o la violencia. La democracia se fortalece con el respeto, el diálogo y la pluralidad de voces, no con agresiones ni amenazas. La impunidad no puede ser una opción y mucho menos el silencio.