Los trabajos están a cargo del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, el que puso en marcha desde el puerto fueguino de Ushuaia, la campaña “Experiencias de selectividad de copo de una red de arrastre para merluza de cola”, en una campaña que se encuentra a cargo del Ing. Ricardo Roth como jefe científico.
Los trabajos tendrán una duración de siete días, donde los investigadores y técnicos llevan adelante experiencias de selectividad sobre la merluza de cola con red de arrastre provista con copa de malla de 129 milímetros de luz.
Entre los trabajos se realizan también filmaciones de las maniobras de pesca, donde además se determinarán parámetros morfométricos de la especie objetivo, registrándose asimismo testimonios fílmicos submarinos.
Las zonas donde se desarrollan las tareas son donde la captura presente un amplio rango de tamaños de merluza de cola y en la medida de las posibilidades se tomarán imágenes de video submarino con el objetivo de estudiar el comportamiento de la especie y de las maniobras de pesca para contar así con un testimonio de las actividades realizadas.
En otro orden de cosas y siempre referida a la información de la especie, a través de las distintas reuniones de la comisión de seguimiento, se desprende que desde la propia autoridad biológica y científica de especies australes; se determinó que la merluza de cola es una especie que reproduce y desova en el océano Pacífico aguas al sur de Chile, y que por distintas circunstancias llega al océano Atlántico a través de canales fueguinos y el propio paso al sur del Cabo de Hornos, motivo por el cual es una especie que solo desarrolla en Argentina, pero que llega como juvenil a la plataforma Argentina, donde hace mas de 10 años se la pudo capturar hasta en latitudes cercanas a necochea a 120 millas náuticas de la costa, en la conocida y riquisima zona de pesca denominada la barranca, es decir el talud donde la plataforma continental pasa de 150/200m a 450m en principio para continuar con profundidades muy mayores.
Recordemos que la propia Subsecretaría de Pesca de Chile, en su informe de los Estados de situación de las principales pesquerías chilenas, ya en el 2007 había catalogado a la especie como especie sobreexplotada, para subir el nivel en el año 2017 a especie agotada. Por cuanto la pesquería en Argentina paso a ser una pesquería de juveniles, que muchas empresas utilizan para la propia fabricación a bordo del surimi.
Dicho esto como antecedente, cabe recordar que varios grupos empresarios fueron despojados de su cuota de captura (o parte de ella) como consecuencia de la no justificación de captura, donde se evidencia, una marcada disminución hasta la inexistencia de adultos en calidad comercial para la captura, por cuanto la pesca de esta especie se ha transformado en una pesca de juveniles, razón más que suficiente para evitar operaciones de pesca sobre la misma.
Por tal motivo, se celebran las medidas venideras a tomar por el INIDEP en resguardo de la especie, pero por sobre todo, para tener certeza fehaciente del estado del recurso, invitando a un trabajo conjunto con sus pares de Chile a los efectos de bajar en forma sustancial la CMP y aumentar los controles respecto a las tallas de la especie capturada.
Un buen inicio pero tarde, es probar nuevos dispositivos de selectividad para evitar juveniles cuando desde hace más de 5 años se barrió con lo que había, dificultando para capitanes que operan grandes congeladores, ver aunque sea, pocas cantidades entre los paralelos 47 y el 51, incluso como incidental de otras especies o simplemente marcas ecoicas que confirmen su presencia.