Por primera vez en muchos años asoma una intención firme de avanzar hacia la renovación de la flota pesquera. El tema fue el eje saliente de la reunión que encabezó el presidente, Mauricio Macri, en Puerto Madryn con diversos actores del sector.
En principio, el Gobierno anunció la disponibilidad de 500 millones de pesos en créditos para la construcción de barcos en astilleros nacionales. Teniendo en cuenta los valores de mercado, se trata de un monto acotado, pero que en la industria naval valoran como un primer paso.
Entre los armadores predomina la cautela no debido la saludable intención de generar instrumentos financieros, sino por el proyecto marco que acompaña la iniciativa y que muchos conocieron en profundidad cuando ya estaban sentados frente a Macri.
Pescare.com.ar dialogó con el subsecretario de Pesca de la Nación, Juan Manuel Bosch, sobre las líneas generales del proyecto oficial que, de aprobarse, involucraría reformas a la Ley Federal de Pesca y tocaría aspectos vinculados a las cuotas y la capacidad de pesca de las unidades.
– ¿Proyecto de ley o decreto para impulsar la renovación de flota?
– Tenemos un proyecto de ley que puede transformarse en Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Las dos opciones fueron debatidas en la Mesa de la Pesca y la Industria Naval. El presidente Macri dijo que hasta marzo era viable presentar un DNU. Hay que trabajarlo. Ya estamos con un borrador avanzado. Durante el año pasado me he reunido con las cámaras, con sindicatos, con empresarios, con bancos… Hoy ese documento está circulando y se está trabajando.
– ¿Cuál es la base conceptual que se plantea?
– Nosotros hoy estamos equilibrados en cuanto a cantidad de barcos. No queremos más barcos, pero sí mejorar los que tenemos, renovar la flota. Obviamente esto va a requerir tiempo, no se hace de un día para el otro. Queremos fomentar también la construcción en astilleros nacionales. Estratégicamente es importante que tengamos desarrollada la industria naval, acorde a la extensión y riqueza de nuestro mar. Eso nos va a dar una posición estratégica importante frente al mundo. La idea es cambiar barco por barco.
– ¿El permiso de pesca operará como garantía para tomar crédito?
– Hoy tenemos que los permisos de pesca no pueden ser dados en garantía, básicamente porque el Estado tenía la facultad de sacártelo cada seis meses. Dentro de este decreto se hizo todo un mecanismo orientado a que los bancos puedan tomar como garantía los permisos y que todo esto genere un mejor ranking a las empresas a la hora de tomar crédito. Por otro lado, queremos generar distintos beneficios.
– ¿Beneficios de qué tipo?
– Desde Pesca hemos trabajado para generar incentivos hacia los armadores que decidan construir en astilleros nacionales. Para esos casos estamos proponiendo generar un 10 por ciento más de capacidad de pesca mediante eslora, bodega, cuota…
– ¿Cómo compatibilizar esa idea con la premisa de no aumentar el esfuerzo pesquero?
– En este caso, como tenemos las pesquerías equilibradas, los que trabajen en astilleros nacionales van a tener ese beneficio. Creemos que es razonable. Ya se ha hecho otras veces. Cuando se pasó de los barcos de madera a los de acero se dio un 10 por ciento más. Es algo que se ha probado, que ha funcionado. No estamos hablando de generar permisos nuevos, sino de generar una pequeña mejora. Para los barcos que sean construidos en la Argentina también estamos trabajando una mayor ponderación en las futuras cuotificaciones. En 2024 se vencen todas las cuotas, va a haber que recuotificar. Es un plazo cercano, con lo cual pueden hoy los armadores empezar a hacer sus inversiones. Nadie hace una inversión de dos, tres, cuatro o diez millones de dólares si no está pensando a diez o quince años.
-¿Cuál sería la tolerancia en términos de años para la antigüedad de los barcos?
– Estamos trabajando tres variables. Una es que no haya más barcos mayores a cuarenta años que despachen a la pesca. Hoy la mitad de la flota tiene un promedio de más de treinta y cinco años. Son casi trescientos barcos con esa antigüedad. No hay capacidad acá, ni en el mundo para hacer esa cantidad de barcos, con lo cual la propuesta es tomarse veinte años para llegar a ese objetivo. En los próximos veinte años ir renovando toda la flota. La idea es darle tiempo a los armadores y a los astilleros para trabajar. Entendemos que es un plazo razonable.
– ¿Qué pasará con los barcos que hoy están siendo renovados casi en su totalidad?
– Está previsto para casos donde se intervenga sobre más del sesenta por ciento del barco en el país, se le va a dar veinte años más de plazo. Contemplamos esas inversiones porque en definitiva lo que queremos es modernizar nuestra flota.
– ¿Qué recepción encontraste en el sector? Hay armadores que están planteando algunos reparos al proyecto…
– Hoy (por el sábado pasado) tuvimos una reunión con la gente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera y Udipa. A todos les pareció bastante razonable el tema de los plazos, los tiempos y el objetivo de ir llevando a la Argentina a tener una flota moderna. Ahora nos queda una ronda para trabajar con las distintas cámaras y distintos actores. Obviamente, la discusión está abierta. La idea es llegar a algo que nos sirva a todos: armadores, astilleros y a toda la comunidad portuaria. Hoy a partir de la fusión entre Agroindustria y Producción tenemos el mismo ministro, Dante Sica, que está muy interesado en este tema, al igual que el presidente Macri. Hay que buscar distintas líneas que le van a servir a algunos y a otros no. Cada uno tiene que tomar lo que le sirve.
– El anunciado fondo de 500 millones de pesos para destinar a la construcción de nuevos barcos parece insuficiente. ¿Qué mirada tenés?
– Puede ser, pero es un inicio. Si a eso le sumamos esta ley o decreto donde mejoramos la garantía, donde se empieza a mover la rueda. Creemos que los privados también pueden entrar. El presidente fue claro cuando dijo que la pesca exporta, genera dólares, con lo cual los bancos pueden mirar al sector con interés.