La XXXV Fiesta Nacional de los Pescadores quedó inaugurada en la noche de ayer en la carpa montada a metros de la banquina chica. La ceremonia estuvo marcada por el corte de cinta, la colada de fideos y referencias a los problemas de la actividad.
Como es habitual, el presidente de la Sociedad de Patrones Pescadores, Luis Ignoto, fue el encargado de pronunciar el discurso de ocasión rodeado por autoridades de la Provincia de Buenos Aires y algunas del Gobierno nacional.
Entre ellos, estuvieron el subsecretario de Pesca de la Nación, Tomás Gerpe, su asesor, Alejandro Latte; el director de Pesca de la Provincia, Francisco Di Leva; el subsecretario de Agricultura y Pesca bonaerense, Miguel Tezanos Pinto; el presidente del Consorcio Portuario, Martín Merlini; y el intendente, Carlos Arroyo.
A la carpa también asistieron representantes del Banco Provincia, que horas antes habían mantenido una reunión con representantes de las diferentes cámaras empresarias para acercar herramientas financieras específicas para el sector.
“Pido solidaridad”
Desde el escenario, Ignoto rescató a las lanchas como engranajes vitales y fundacionales de la industria pesquera de Mar del Plata, que según reconoció hoy no pasa un buen momento.
En ese sentido, particularmente recordó que de las 220 lanchas que había en el puerto local sólo quedan 29 en pie. “Fueron desapareciendo (…) Las grandes flotas empezaron a ocupar los lugares de otros, desde la milla 200 hasta la costa”, señaló.
El directivo se permitió entonces enviar un mensaje hacia adentro: “Pido solidaridad para que todos podamos seguir viviendo de este negocio”, dijo.
“La de las lanchas es una postal que se mira; pero no se ve”, insistió Ignoto, al tiempo que reclamó que esas embarcaciones sean resguardadas mediante cupos de captura durante las zafras y franjas costeras donde puedan operar.
Además, solicitó que se mantengan a las unidades de rada/ria al margen del control satelital, denominado Monpesat, extendiendo la vigencia de la excepción que este año otorgó la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo.
Para dimensionar la falta de compradores en el muelle recordó que el año 1973 había 32 fábricas conserveras y que por estos días sólo quedan 5, aunque proyectó una recomposición de la mano del nuevo Gobierno que integra como delegado municipal del Puerto: “Estoy seguro de que vamos a poder ir resolviendo los problemas”, aventuró.
Competitividad perdida
Ya en términos más globales, subrayó el problema de competitividad que afecta a toda la industria y la difícil competencia que representan las especies de cultivo para las empresas que operan en mercados internacionales.
En otro orden, le dedicó unas líneas a la industria naval: “Tenemos que bregar para construir barcos en astilleros argentinos”, lanzó y alabó el efecto multiplicador del empleo que tienen astilleros y talleres navales.
A su turno, el intendente Arroyo reiteró que al Municipio le interesa particularmente la suerte del puerto y su gente. Para sostener esa postura, concluyó: «La pesca representa el 40 por ciento del PBI de General Pueyrredón».