Otro de los procesos que requieren una gran atención en los puertos es la recolección de residuos. No es solo lo que se genera en los distintos muelles, sino también todo aquello que llega a través de las embarcaciones, donde vuelven a puerto elementos como nylon, maderas, Telgopor, comida que ya no es apta para el consumo humano por ser perecedera o bien por ya tener su correspondiente fecha de vencimiento.
En el puerto marplatense son tres las empresas que se dedican al retiro y traslado de residuos en “tachos” o lo que comúnmente se llama domiciliariamente como “contenedores”.
Para ello las empresas deben solicitar y registrar el debido proceso a través del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata, mediante la presentación de toda la documentación referida a los camiones de transporte que se utilizan especialmente para el traslado de esos recipientes, como así también los conductores deben estar debidamente inscriptos y contar con la licencia de conducir con la categoría correspondiente para hacerlo.
Por lo general la tarea comienza a las 6 de la mañana, según nos cuenta Rodrigo Montes de Oca que junto a su hermano Jorge realizan esa tarea para la empresa que crearon hace 8 años. Esa tarea comienza directamente en el o los muelles de acuerdo a los pedidos del día anterior, donde ya esperan los recipientes especialmente diseñados para recibir los desechos que por lo general ya se encuentran con su carga completa una vez que arriba el transporte para ser retirados.
El proceso comienza con el llamado del armador o el propietario del barco para informar el horario de ingreso del buque para lo cual se disponen de cuatro recipientes para las embarcaciones de mayor porte en un primer viaje, aunque los desechos pueden llegar a completar 8 y hasta 12 recipientes, por lo cual se realiza la inmediata reposición de los vacíos.
Una grúa hace las tareas de retiro desde el buque hasta los tachos, mientras que en forma manual se retiran también residuos que se han ido acumulando en la marea. El mayor desafío de las empresas encargadas del transporte es el estricto cumplimiento de los horarios como así también de la disposición que tienen que tener los contenedores. Una vez que se finaliza con ese proceso se completa una planilla indicando el contendido de cada uno (maderas, vidrios, plásticos, nylon, comestibles, etc.), que se entrega en el puesto de salida donde personal de seguridad ingresa los datos mediante el sistema informático, indicando chofer (nro. de tarjeta plástica habilitante), vehículo y contenido.
Cada uno de los camiones traslada los tachos hacia el predio de disposición final de residuos al cual se ingresa por la Av. Antártida Argentina (continuación de Av. Jacinto Peralta Ramos) a la altura del 9900.
En reiteradas ocasiones no les es fácil llegar a los transportistas, toda vez que el tránsito en Mar del Plata es cada vez más conflicto por la gran cantidad de vehículos que circulan y por la alta siniestralidad que se viene registrando más allá de la mediatización de algunos choques.
El chofer debe prestar especial atención al ingreso del predio de disposición final, que además de encontrarse colapsado por la gran cantidad de residuos que se arrojan en él, en las adyacencias se encuentran personas, que a sabiendas que los camiones llegan desde el puerto, literalmente “se cuelgan” para poder sacar cosas antes del ingreso al predio donde diversos recicladores de residuos hacen su tarea.
Dependiendo del tránsito vehicular, las empresas tardan para cargar los tachos, trasladarlos hasta el predio y regresar al muelle, aproximadamente una hora y media, para continuar nuevamente con el proceso que se puede llegar a repetir hasta 6 u 8 veces en el día, de acuerdo, claro está, de la cantidad de buques que arriben.
Por el momento son tres las empresas que brindan este servicio dentro del puerto marplatense: Salgado, Rodel y MDO de los hermanos Montes de Oca quienes a través de Rodrigo nos manifiestan que es un proceso donde no se admiten distracciones de ningún tipo y a la vez dice sentir pasión por lo que hacen. Ver que el sector se encuentra limpio a través de su tarea, le resulta satisfactorio.
En ocasiones de mucha demanda, la tarea no diferencia entre sábados, domingos y feriados, como así tampoco horarios más allá de un pactado comienzo matinal. La prioridad es el trabajo realizado, no cumplir un horario.
Una de las problemáticas, tal vez no del todo bien atendida en Mar del Plata, es precisamente la cantidad de residuos que se generan. Sin ir más lejos a nivel domiciliario y en forma mensual se calculan casi 14 mil toneladas, pero el número se incrementa si se suman los escombros, la tierra, lo que se genera en los barridos manuales y mecánicos y los residuos a nivel industrial que es donde ingresa el sector pesquero, llegando esa cifra mensual a poco más de 37 mil toneladas.
La falta de espacio hace también que las maniobras se hagan con sumo cuidado dentro de los muelles. En las Terminales 2 y 3 lo pueden hacer con mayor comodidad, pero no así en el “muelle Deyacobbi” o en el muelle 10, donde el margen de maniobrabilidad de los vehículos de gran porte se reduce notablemente.
Por otro lado, muchas veces, la logística del arribo de esos recipientes y/o contenedores por causas que no vienen al caso, se demoran y a veces los barcos bajan pertrechos como redes viejas, pedazos de redes después de un enganche, o simplemente des utilizadas. Si el control del CPRMDP pasa, automáticamente es punible de multas, lo que en reiteradas ocasiones genera malestar entre la comunidad de armadores, ya que las responsabilidades son ajenas y las multas, propias.
El traslado de los desechos que se generan a través de las embarcaciones es otra “pata” más del gran “ciempiés” que puede ser un puerto, en este caso el de mayor importancia de la Argentina, el de Mar del Plata, donde cualquier falla en el sistema, los platos rotos los paga siempre la misma bodega.