Organizaciones sociales y ambientales, en conjunto con un grupo de ciudadanos realizaron una presentación ante la Justicia rionegrina, donde realizaron un pedido de inconstitucionalidad para frenar la modificación de la ley que prohíbe la explotación y extracción petrolífera en el Golfo San Matías, argumentando una potencial contaminación a la que sería expuesta el área mencionada.
A través de un comunicado manifestaron que “en la costa de Río Negro existen actualmente cuatro áreas naturales y un parque nacional que protegen la biodiversidad de la zona y a especies en peligro de extinción. La actividad de los megabuques petroleros tendrá impacto en un sitio de cría y reproducción de la merluza (principal especie de la industria pesquera junto con el langostino) y afectará la ruta de la ballena franca austral. Debido a las corrientes marinas interconectadas con el golfo San José en Chubut el impacto ambiental llegará a Península Valdés, patrimonio mundial de la humanidad.”
Expresaron que la Ley 3308 que protege al golfo San Matías de la contaminación por hidrocarburos fue modificada por la legislatura de Río Negro a puertas cerradas y sin consultar a la sociedad.
“Este proyecto no sólo es inconstitucional, sino que representa una nueva amenaza para el Mar Argentino, provocada por la industria de los combustibles fósiles. La comunidad local ya logró en 1995 frenar estos proyectos, y proteger este importante ecosistema. No podemos permitir este retroceso de un hito alcanzado tan importante”, aseguró Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace.
Greenpeace es una Organización No Gubernamental internacional, dedicada a realizar campañas en todo el mundo sobre temas dedicados a la agricultura ecológica, los bosques, el cambio climático y los océanos.
Lleva adelante su actividad desde el año 1971 cuando fue fundada en la ciudad de Vancouver, Canadá, teniendo en la actualidad 2400 personas empleadas con ganancias que superan los 360 millones de dólares y poseen activos por más de 60 millones de la moneda estadounidense.
Esta organización fue una de las que encabezó lo que se denominó “Atlanticazo”, sobre comienzos del presente año, donde a través de una ruidosa protesta cortaron el Boulevard Marítimo Peralta Ramos en la ciudad de Mar del Plata, donde intentaron graficar como sería un derrame de petróleo, representándolo con un líquido negro que derramaron sobre los cuerpos desnudos de varias mujeres.
Asimismo realizaron una presentación judicial para impedir la exploración y posterior explotación offshore a 300 kilómetros de la costa marplatense, lo que generó prácticamente un año de demoras en el inicio de las actividades, que recién fueron autorizadas hace pocos días, tras dilaciones judiciales.