Sin dudas que uno de los temas que tiene en vilo al mundo es el horrendo conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Naciones hermanas que hoy se disputan un territorio y que el inevitable “efecto dominó” va dejando secuelas por donde va pasando.
La situación va más allá del enorme golpe que ha recibido el transporte mundial de cargas, donde como ocurre en tantos conflictos, ya forma parte Estados Unidos, no tanto por lo bélico sino también por lo comercial.
https://www.pescare.com.ar/rusia-ucrania-otro-golpe-al-transporte-mundial-de-cargas/
Está claro que uno de los objetivos trazados por Rusia en el mercado mundial, es seguir inmerso y aumentando sus posibilidades de comercio con los productos del mar, aumentando sus exportaciones, que según los datos de la Organización Mundial del Comercio, superan los 420 mil millones de dólares, lo que le ha posibilitado tener un superávit de 164.300 millones de la misma moneda.
Está claro que este conflicto bélico, por usar un eufemismo, se ve comprometido por la pretendida invasión a Ucrania lo que le está marcando un significativo retroceso en todos los órdenes comerciales.
A la crisis que ya se le produjo por las sanciones impuestas a través de los Estados Unidos y la Unión Europea, ahora se le debe sumar que las tarifas de envíos marítimos podrían llegar a aumentar hasta los 30 mil dólares por cada contenedor.
Consultados por PESCARE, conocedores de los mercados internacionales, nos manifestaban que el panorama es más complicado de lo que parece, ya que si Rusia queda desconectado del SWIFT –acrónimo de Society for Worldwide Interbank Financial Telecomunication- que es la organización que tiene a cargo una red internacional de comunicaciones financieras entre bancos entre otras entidades financieras, las consecuencias pueden ser más graves.
Específicamente en lo que se refiere a la industria pesquera, Rusia, que continúa dependiendo de las exportaciones a pesar de una acción reciente con miras de “popularizar” el pescado capturado en su país, ahora deberá enfrentar un futuro completamente incierto si es que sus accesos a los mercados internacionales quedan restringidos. Mercados que ya estaban en baja previo a la guerra con Ucrania donde los volúmenes exportados de los productos de mar rusos cayeron algo más del 10%, aunque a pesar de esta reducción, el valor de las exportaciones de productos de mar aumentaron un 26%, llegando a 5850 millones de dólares de acuerdo a datos oficiales.
Los datos arrojan que durante el pasado año, la industria pesquera rusa aumentó la cantidad de países a quienes le vende pescado, llevando de 60 a 67 la cantidad de receptores.
Por ejemplo Corea del Sur se convirtió en el mercado de exportaciones de productos del mar más grande de Rusia debido a que China había limitado sus importaciones a causa de la pandemia de Covid-19. Un dato determinante es que Corea del Sur, hace apenas cuatro días, anunció que limitará su comercio con Rusia a causa de la invasión a Ucrania.
Algunos de los países de más rápido crecimiento para los productos del mar de Rusia, son europeos, donde se destaca Francia que aumentó las compras de esos productos en un 112%, a quien le sigue Noruega (recibió un 100% más de pescados y mariscos rusos el año pasado); Italia que adquirió un 152% más en el mismo año y Polonia en un 113%.
Sin dudas que estos mercados, hoy por hoy, están cerrados para todo tipo de transacciones comerciales, algunos por decisión política y otros por la falta de operatividad de los puertos de Rusia, hoy atentos a cuestiones graves, como lo es nada menos que una guerra.
Otra de las especies que Rusia comercializa de buena forma entregándola a países europeos es el abadejo, donde las ventas habían aumentado en promedio más del 50% durante los dos últimos años.
Es evidente que cualquier guerra está por encima de todas las cosas, pero los alimentos deben seguir llegando a cualquier país, claro es que no a cualquier costo y precio, pero esta situación evidencia que ya se está registrando un gran vacío en la provisión de productos del mar que provienen, o tal vez provenían de Rusia.
Sin dudas es que alguien aprovechará esta situación. Lastimosamente la pérdida de vidas humanas generará crecimiento en otros países que eligen un camino distinto.
Por ahora, Rusia, ya desconectada del mundo financiero, por no poder acceder a los códigos de transacciones SWIFT con los países fuera del sistema europeo, la coloca en una desventajosa situación. La caída y los efectos de esas desafortunadas decisiones en territorio ucraniano, pueden tener un impacto desbastador en sus propia economía. No obstante, como las negociaciones son entre dos partes, Argentina, -desacelerada las exportaciones a China en estos ultimos años-, Rusia fue uno de los países con mayor crecimiento de las mismas.
Los inconvenientes hoy, no son pocos.
Numerables empresas, no solamente han detenido sus envíos, sino que desde Rusia, hoy están frenados todos los «cables» en contrapartida de aquellos contenedores que han llegado a destino, incluso después de iniciado el conflicto. Si bien, los bróker estiman que es un tema financiero, hoy Rusia le genera al mundo un «agujero» que aun no se sabe el impacto real y genuino en el mercado internacional del comercio exterior como la economía particular de cada empresa emisora.
Por Gustavo Seira