Sábado al mediodía, el día se prestaba para el descanso, llovizna persistente y un muelle casi vacío, pero el afán de encontrar la noticia no sorprende al redactor. Así fue. Mientras la operatividad del muelle se daba contra el ingreso del portacontenedores Varamo, que posee la maniobra de carga por estribor por lo que debió ser girado en la rada interior del puerto local, una docena de personas bajo el aguacero intermitente esperaba en un muelle que desde ayer había quedado libre.
Es que muchos pesqueros afuera y otros operando en los puertos de Chubut y Deseado como consecuencia del tránsito de la zafra de langostino en aguas nacionales, deja el poco espacio disponible para todos.
Después de amarrado por la banda de estribor, con la proa apuntando a la desembocadura del ingreso a puerto, -como apurado por partir-, de inmediato comenzó el trabajo. Una numerosa cantidad de gente comenzaba a tomar posición para descargar vacios y levantar contenedores con destino a los mercados internacionales de consumo.
Al continuar el recorrido, encontramos el imponente Ponte de Rande, amarrado en la sección 12ª del espigón 3, pero preferimos primero subir al BP Anita que alista y espera para completar las últimas tareas antes de iniciar labores, seguramente en septiembre.
Se congregaban a bordo del puente, el incansable Antonio Solimeno dando tertulia y cátedra a varios oyentes entre los que nos incluimos. Estaba el legendario Simón Musmeci, capitán, que hizo sus primeras armas a bordo del BP Arrufo en la época en que aún estudiaba en la Escuela Nacional de Pesca, por el año 1985, siendo segundo, nada menos, que de José “Pipo” Ramaci, para pasar al BP Virgen María y terminar jubilandose hace algunos años.
Con la calculadora en mano, el joven pero experimentado capitán del Anita, Angel Solimeno, calculaba las toneladas operativas en bodega con “el Tony” (por supuesto sin calculadora y con la precisión de un relojero suizo), donde cubicaron en cantidad de cajones, cual sería el volumen de bodega, dependiendo de peso específico y el peso de cada cajón sea de calamar, merluza o langostino, el cálculo podría llegar a 350 toneladas de descarga máxima.
Dejamos a sabios y calculistas de alto tenor y sapiencia, mientras ya discutían la temperatura y el tipo de cemento que debe tener el piso de una cámara de frío para que no raje ni se levante; y subimos con el permiso debido, al Ponte de Rande…la pucha que nave..! decididamente pensada y diseñada por gente que sabe de pesca aplicando la experiencia que da el trabajo después de más de medio siglo en la actividad, aun superando los avatares de los estándares más altos de supervivencia en un país que vive de espaldas al mar, en contramano a la producción y hasta con desprecio a quienes símil al burro, tiran del carro para mover una obsoleta, pesada, dramática y vulgar sociedad de vagos generados por la limosna de algunos cuantos políticos de baja estofa.
Más respeto.!, nos subimos a un barco pesquero que es orgullo de la flota ARGENTINA.
Apenas arriba, nos indicaron que en sala de máquinas se estaban haciendo trabajos en el motor principal, asique fuimos.
Una oportunidad sin igual, no es común ver un motor de estas dimensiones y potencia abiertos a la vista y personal especializado que arribó de Chile para hacer un “simple” mantenimiento preventivo de 30.000hs, en un motor impecable por donde se lo mire, nuevo…! con el cuidado que solo muy pocos armadores del mundo le pueden dar.
Una filosofía y mística de la familia Solimeno que rebalsa calidad y exigencia, entendemos con la vara más alta que la propia fábrica puede ofrecer.
Ingeniero y mecánico trabajando a bordo, con torquímetro en mano, ajustando luz de válvulas, en un motor que preventivamente se le hizo recambios de toberas y elementos de inyección y metales que a decir verdad, fueron recomendados por manual, ya que según la palabra de los mismos, estaban como nuevos, sin desgaste a la vista.
Consultado el mecánico acerca del estado general, del motor y en particular de pistones, bielas, aros y bomba inyectora, nos dijo, “ el motor se encuentra en optimas condiciones, solamente cumplimos con la tarea de realizar el mantenimiento preventivo de 30.000hs de uso, lo que recomienda el manual de fábrica. Hemos hecho también mantenimiento selectivo sistemático conforme al manual del fabricante, la verdad a simple vista no se ve nada anómalo, por el contrario, te diría que el motor tuvo un excelente trato, el motor esta realmente muy bueno, sin desgaste, nuevo. Estos motores con un buen gas oíl, recambio de fluidos y filtros adecuados como lo establece el manual de uso, son realmente eternos…acá no hay error, quien hace lo que debe hacer, el motor puede alcanzar 250.000hs de uso sin mayores recambios. Están hechos para empujar…”, sentenció con una cerrada tonada chilena.
De esta manera, y apenas terminada una pequeña filmación ilustrativa, llegó Antonio Solimeno, cuando ya eran las 1240hs, mostrando la gran diferencia con sus pares, » mientras otros descansan, Tony trabaja en los muelles y arriba de cada barco «, dirigiendo y enseñando en su paso a cada uno de quienes les consultamos acerca de algo puntual, de hecho a nuestra salida, y debajo de la lluvia, quedó hablando de barcos y motores con Leandro Ciccolella acerca de cajas reductoras y el destino del viejo motor del Luca Mario, que se lo paró y cambió funcionando después de más de 200.000hs de uso sin ser abierto, otro gemelo, renovado hace algo más de 6 meses, pero no fue a almorzar, sino a ver como atracaba el BP Virgen María, que ingresó a puerto a las 13hs y es común verlo en el puente recibiendo las nuevas de capitanes, jefes de maquinas y «pesca» para conocer las novedades de la marea.
Nos fuimos recordando al maestro Roberto De Vicenzo, cuando un atrevido niño en una de las tantas clínicas en el golf en el driving de Los Acantilados, y debido a que cada pelota que impactaba, hacía en el aire lo explicado previo al swing que iba a hacer, susurro “ este viejo tiene suerte…”; el maestro, con su aplomo ante una multitud, con altura y un tono totalmente amigable a un niño, le respondió, “Tenés razón..!, la vida me enseño que cuanto más entreno, más suerte tengo…”.
Haciendo un paralelismo a la pasión que motiva a Antonio « Tony» Solimeno, donde bien se podría aplicar, la mística de la hinchada del equipo más grande del mundo, que dice “podrán imitarnos, pero igualarnos jamás…”. Avante Tony, orsa.!