De esta manera se pretende terminar con la pesca ilegal y con las prácticas abusivas que ponen en peligro los recursos pesqueros del planeta.
Si bien el día fue propuesto en el año 2015 a través de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo de la FAO, fue aprobado dos años después de la propuesta.
Vale destacar que la misma ONU en el año 2022 declaró a éste como el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales, con el objetivo de centrar la atención en los pescadores a pequeña escala que constituyen el noventa por ciento de la mano de obra pesquera mundial.
De acuerdo a lo estudiado por las Naciones Unidas, la pesca se ha convertido en una actividad esencial para alimentar a gran parte de la población mundial, además de ser un motor económico, de empleo y de sustento para muchas familias, destacando que por eso la regulación de la pesca es fundamental para que sea sostenible y evitar así las actividades pesqueras ilegales y las que no estén declaradas.
Desde el año 1995 la FAO adoptó lo que se conoce como Código de Conducta para la Pesca Responsable, un texto que expone estándares internacionales para la pesca responsable, respetando sobre el ecosistema y la biodiversidad. Este código es voluntario y a pesar de que 170 países lo han suscripto, hoy en día la captura ilegal de algunas especies de alto valor comercial supera los niveles permitidos.
En el año 2009 la misma FAO adoptó otro acuerdo. Se trató de un pacto vinculante bajo el título “Acuerdo sobre medidas del Estado Rector del Puerto destinadas a Prevenir, Desalentar y Eliminar la Pesca Ilegal, No Declarada y no Reglamentada, acuerdo que entró en vigencia en el año 2016 y marcó un hito ya que es la primera norma jurídica vinculante para la pesca ilegal.
La pesca ilegal no declarada y no reglamentada, también conocida como pesca INDNR supone entre 11 y 26 millones de toneladas de pescado y afecta de forma directa a las comunidades pesqueras de países en desarrollo que dependen de la pesca para su subsistencia.
Del mismo modo, la pesca INDNR suele estar vinculada a otras actividades delictivas, como el trabajo forzoso en condiciones de esclavitud, el tráfico de personas y de drogas, como así también delitos fiscales.
Por todas estas cuestiones, la Agenda de Desarrollo Sostenible en el Objetivo 14, habla de regular la explotación pesquera y poner fin a la pesca excesiva, ilegal, no declarada y a las prácticas pesqueras destructivas que pongan en peligro la perpetuidad de las especies marinas.
Existen muchos instrumentos internacionales para controlar la pesca, como el Registro Mundial de Buques de Pesca, transporte refrigerado y suministro, el Sistema de Documentación de las Capturas de la FAO, entre otras.
Según las estadísticas que se manejan a nivel mundial, varias son las especies que se encuentran afectadas, tal el caso del atún rojo, el lenguado, el bacalao, la merluza, las rayas, algunas especies de tiburones, el pez espada y otras están sobreexplotadas y agotadas, tal cual ocurre como por ejemplo en Chile con la merluza.