El astillero local SPI comenzó a erigir otro buque remolcador en la nave que ocupa sobre Ortíz de Zarate. Desde la empresa informaron que días pasados la puesta de quilla dio inició formal al trabajo.
El sucesor del “Emma B”, otro remolcador que atraviesa su última etapa de construcción, fue encargado por la empresa armadora Antares Naviera S.A., ligada al transporte marítimo de petróleo y derivados, así como al remolque portuario y servicios offshore.
La firma forma parte del grupo Ultramar, con presencia en Argentina, Perú, Brasil, Chile, Estados Unidos, Europa y los Estados Unidos, conformando uno de los principales grupos navieros de Latinoamérica.
“Para nosotros es un orgullo comenzar la construcción del segundo remolcador tipo 2810 en nuestro astillero. En verdad es un reconocimiento a la calidad, al compromiso y al esfuerzo de nuestra gente”, señaló la presidenta de SPI, Sandra Cipolla.
La embarcación será de alta perfomance, con capacidad para 10 tripulantes, una eslora de 28,57 metros, una manga de 10,43, un puntal de 4,60, y un calado de 4,80.
Por sus características, tendrá un desplazamiento de 540 toneladas, una fuerza de tiro superior a las 57 toneladas y contará con dos motores principales Caterpillar, con una potencia de propulsión de 5.000 HP cada uno.
Según detallaron desde la empresa, gracias a su alta flexibilidad o adaptación operativa este tipo de remolcador puede ser utilizado en puertos, operaciones de atraque y remolque en alta mar. Su confiabilidad y eficacia lo demuestran más de 100 remolcadores de este tipo que están trabajando en los cinco continentes.
Vale señalar que la ingeniería de detalle y producción estará a cargo de SPI; mientras que la ingeniería de diseño corresponde a su par holandesa Damen Shipyards.
“Se trata de otra oportunidad para seguir mostrando y demostrando parte de todo lo que puede hacer la industria naval argentina, generando fuentes de trabajo genuinas, y consolidando una amplia cadena productiva local y regional”, concluyó Cipolla.
Con la puesta de su quilla, se dio comienzo formal al trabajo. La embarcación fue encargada por la empresa armadora Antares Naviera, del grupo Ultramar.