«Que el árbol no tape el bosque«, profesa un dicho popular, y la realidad es que fue tan violento el impacto del proyecto de modificación del Régimen Federal de Pesca, que parece ocultarse el intento de suba al 15% de los Derechos de Exportación, dejando al sector exportador en condiciones imprevisibles.
Cámaras empresarias que agrupan al sector pesquero se han manifestado contra la suba de los derechos de exportación, mal denominado retenciones.
Así lo expresaba claramente el comunicado de INTERCÁMARAS días atrás, del que realizáramos una nota.
“ Gravar con el 15 por ciento al sector tiene un impacto muy negativo sobre la actividad. Sabemos que nuestra mejor contribución será mantener el nivel de empleo y la generación de divisas que el país necesita, por ello que hemos apelado a que las autoridades reconsideren el tratamiento a dar en este tema y nos ponemos a disposición para evaluar el impacto económico de esta medida tan perjudicial para la cadena productiva pesquera «, sostuvo la cámara que aglutina a la cadena pesquera.
Varias son las aristas a tener en cuenta, en forma puntual y comparativa, con otros sectores de la actividad productiva exportadora.
La aplicación de los derechos de exportación, aplicado hace más de 22 años, es un distorsivo impuesto a las exportaciones que según el rubro puede tener implicancias distintas, pero todas terminan siendo un tributo que aporta a una caja negra del Estado, que solo Dios sabe donde van a parar, pero lo mas preocupante es que engrosen cajas de la política y la ineficiencia del Estado, ya que obras de infraestructura, al menos en el sector portuario, no se ven.
En algunos casos, (Derechos de Exportación, Cereales, 2008), el impacto fue oportunamente significativo, desolador, arbitrario e inesperado, pero esa política apuntó a expropiar rentabilidad, detalle no menor a la hora de comparar con otros sectores como el exportador de productos de origen marino actualmente, pues -sin justificarlo, por el contrario-, los cereales en aquella oportunidad gozaban de rentabilidades extras habiendo pasado de valer un dígito a U$S600/tn (el caso de la soja), en 25 años.
En aquel esquema, gobierno y productores dirimían un manotazo a la rentabilidad extra de los exportadores, producto de un fuerte ciclo alcista en los mercados internacionales de oferta secundaria de valores, como consecuencia de la sobredemanda de China en su idea de mejorar la calidad de vida para su población mejorando la calidad alimentaria de su gente (solo para justificar aquella suba que no viene al caso en esta nota).
Campesinos enardecidos, cortaron las rutas y lograron acceder, en las venideras elecciones legislativas, a bancas que aún hoy ocupan en Diputados, mientras otros, hoy, ocupan lugares en la secretaria de Bioeconomia y la secretaria de Pesca, por cuanto bien saben de lo que se está hablando.
No estamos en condiciones de hacer juicio de valor si estuvo bien o mal, la aplicación de nuevos Derechos de Exportaciones DEX a valores desde 27.5% al 35%. Pero, repetimos, el problema se dirimía entre distribución de riqueza en ganancias extras como consecuencia de un rally alcista en granos que dejaba un jugoso margen de rentabilidad a los exportadores, a diferencia de hoy, en el sector pesquero exportador.
Pasó el tiempo, y analizamos el rubro en cuestión, el impacto en los productos de origen marino.
Sabemos que, igual que el campo, el sector pesquero NO es generador de precios, por cuanto el impacto de los ciclos de demanda y precios internacionales son los que justifican las rentabilidades como techo de precios o valores de venta. (ver al pie de la nota Anexo I).
Las implicancias de estos fuertes ajustes, no solamente sacan de mercado al competitivo mundo de la pesca, sino que si ese precio baja, los costos de las empresas sufren una merma considerable como ajuste de sustentabilidad, de modo que la baja termina llegando al eslabón inicial de la cadena, el pescador; quien producto de la venta de pescado, incluso mantiene su principal herramienta de trabajo, el buque pesquero, por cuanto un mayor ajuste puede incurrir erróneamente en un descuido en mantenimiento de buques, entre otras cosas, lo que podría afectar la seguridad de la navegación y de las tripulaciones. Hoy la flota, ha mejorado sustancialmente desde hace 20 años, por cuanto es claro, que las empresas reinvierten en el sector, no la giran al exterior ni la especulan en la timba de la Patria financiera, lo que genera una pujante industria naval, con generación de puestos de trabajo y mano de obra.
El mercado de productos de mar, tanto sea en el sudeste asiático, como el europeo y el norteamericano, esta sin demanda desde hace al menos 18 meses, lo que justificó que los precios internacionales están en franca caída y amesetados en lo que aparentemente pueda ser el piso.
En el caso del langostino, además, con muy fuerte impacto del langostino de cultivo Vannamei, lo que llevó a precios nunca antes vistos por lo bajo, pasando de 8.25 U$S/Kg. a 5.80 U$S/Kg. valor que nadie puede decir que exista una sobre rentabilidad, por el contrario, hoy tanto sea Merluza como langostino, las empresas luchan por lograr el break even de equilibrio para evitar perder dinero.
Ya algunos avezados empresarios del sector, sostienen que los precios del año pasado en la modalidad filet de merluza s/espinas, colocan al negocio cercano a una pérdida de U$S400/Tn. Mientras con el langostino, el valor estaría en U$S300/tn. dependiendo de la eficiencia de cada empresa mas menos un 15%.
Ambas especies con rentabilidad negativa. Se pierde dinero, como fielmente expresáramos en sendas notas de nuestra Editorial, (ver Inflación, un flagelo que todo lo esconde, El complejo pesquero frente al desafío de una Argentina que inicia hoy, Que el ajuste lo pague el otro).
El modelo de DEX aplicado hasta ahora, en forma segmentada, castigando a quien no forma cadena de valor y exporta materia prima con un 7% sobre valor, y beneficiando a quienes elaboran un producto directamente a góndola de supermercados, generando empleo, mano de obra, inversiones, conocimiento y know how para competir en los mercados más exigentes del mundo con el premio de un 0% en los Derechos de Exportación, termina siendo el tan ansiado modelo de la meritocracia que se pregona desde la palabra en los libertarios, pues hay premios y castigos eliminando esos socialistas prorrateos de gravar a todos por igual.
Ya sea el 7%, como el 15% que se pretende aplicar, nada es más injusto; pues no se discute como otrora con el campo, la distribución de la riqueza, sino hundir más a las empresas del sector, que lamentablemente en la era pos pandemia, guerra de Ucrania y Rusia (dos grandes compradores de productos de mar argentino), ahora Israel (también comprador de argentina), más el principal comprador de Europa, como España con una sociedad con graves problemas por el impacto inflacionario del último año, en un ciclo claramente retractivo de la demanda, que nuestro gobierno de delicado conocimiento económico, monetario y financiero no puede desconocer; aplicar un modelo de DEX plano al 15% para todos los productos de origen marino, es claramente un torpedo debajo de la línea de flotación, o el golpe de gracia de una actividad que fue pujante gracias al esfuerzo por lograr el dinamismo y la eficiencia que el sector tiene.
Aclaramos esto, porque es tan grave la implementación de la modificación al Régimen Federal de Pesca, probablemente una expropiación y de una falta de seguridad jurídica que podría colocar a la Argentina por debajo del modelo venezolano; que no exponer el tema de la suba de los Derechos de Exportación parece no tener la gravedad que tiene. Por el contrario, subir los Derechos de Exportación es de un impacto tan nocivo, que el sector exportador bien podría tener destinos imprevisibles, pero que seguramente reducirá las exportaciones y hasta los propios índices de empleo del sector. El sector pesquero no esperaba un torpedo debajo de la línea de flotación.
Algo inesperado, al menos de quien profesa la Libertad del individuo como premisa de gobierno.
Anexo I
Los precios percibidos por la empresa exportadora de productos de origen marino, expresados en valores, responderían a la siguiente fórmula:
PP = PI – CIF – DEX – LyCE – ARAN
o sea Precio Percibido es igual al Precio Internacional menos Costo, seguro y fletes, Derechos de exportacion, logistica, comisión de exportador y arancel de ingreso al pais o bloque de paises de destino.
Siendo:
PP: Precios Percibidos
PI: Precio Internacional
CIF: Costo, Seguro y Fletes
DEX: Derechos de Exportación
LyCE: Logística y Comisión del Exportador
ARAN: Arancel de ingreso al país de destino.
Coloquialmente: el PI menos los CIF, resultaría en el precio FOB (por sus siglas Free On Board, libre a bordo), al que, restándole los DEX, determinaría el FAS teórico (por sus siglas Free Alongside Ship, libre al costado del barco), menos los ARAN aranceles de ingreso como medida protectiva de paises de destino de la EXPO que, al detraerle la LyCE sería, al tipo de cambio de referencia, el monto en pesos percibido por el empresario pesquero. (de modo que la empresa pesquera que necesite un repuesto del sistema propulsor, y/o electrónico que no se fabrica en el país, debe ir al mercado secundario para acceder al dólar MEP, con la consecuencia del diferencial entre Tipos de Cambio), otro verdadero disparate o palo en la rueda que recibe el sector.
Y, como siempre, se expone al criterio del lector, que no son 4 los puntos cardinales como tampoco 7 los colores del arco iris, dejando las consideraciones de ésta temeraria dinámica, a su juicio, sugiriendo que no la desconozca…
By DMC