Estimado lector, no vamos a deleitarnos con análisis profundos sobre las obras maestras del terror de Stephen King, o quizá de Edgar Allan Poe. Para ello tenemos la vida cotidiana, y con eso es bastante.
Más bien, nos sumergiremos en una emocionante reflexión sobre la continua farsa que es el pacto entre oficialismo y oposición y previo a ello, la actual situación monetaria, financiera y ¿por qué no económica?.
Por supuesto, inspirados por los lúcidos puntos de encuentro entre oficialismo y oposición que de vez en cuando, se unen cuando las papas queman o se les mueve el tablero… de ellos.
Lamentablemente debemos reafirmar una grieta más de divisiones que, según Melquíades, un alquimista y mago gitano, habitante de Macondo que fue fundada por la divertida familia Buendía y duró 100 años de vida solitaria, casi como nuestra querida Argentina, pero multiplicada por dos.
Por un lado, es absolutamente esencial para el bienestar de todos, que nuestros políticos se ocupen de los desequilibrios económicos. Porque, ya saben, si no lo hacen, corremos el riesgo de pensar que son unos genios incapaces de resolver los problemas que, por supuesto, ellos mismos han causado. ¡Qué idea tan novedosa y original! que hasta el genial Tato Bores parece resucitado y actualizado, por estos tiempos.
Ah, y por supuesto, este entendimiento mutuo sólo puede durar tanto. Después de todo, una vez que el oficialismo logre convencernos que reducir nuestros ingresos es una brillante idea para combatir la inflación, la oposición seguramente olvidará sus principios en un abrir y cerrar de ojos. Es un ciclo de vida política, ¿no es así?; pero habrá que transitarla y superarla.
Es increíble cómo el gobierno sigue siendo tan querido por todos, ¿no? Claro, ignorando esas pequeñas huelgas que están brotando por todas partes y aquellas escaramuzas donde en el INIDEP se atreven insolentemente a faltar el respeto al Subsecretario de Pesca que es el único que fue a poner la cara, el cuerpo y su pensamiento, de hechos que le son impropios y dependen de jerarquías de las huestes de economía, por ende superiores. Pero ¿quién necesita analizar esos detalles molestos cuando el favor popular está en su punto más alto?.
Y sí, la inflación se está desacelerando, pero no por ninguna razón inteligente, como otorgar beneficios a quien produce, genera trabajo e invierte para que haya mayor oferta de bienes y servicios sino porque estamos haciendo malabarismos con los números y emitiendo deuda a pasto, masacrando el consumo y el poder adquisitivo, vía licuadora. Los mercados y la economía simbólica, la otrora Patria Financiera de fiesta, como siempre, están encantados, ¡claro! Mientras tanto, la economía real se hunde como un barco de plomo, abierto como lata de sardinas.
Y, ¿quién necesita una economía real cuando los mercados financieros están contentos? Solo unos pocos se benefician de eso, pero bueno, ¿quién cuenta? si el periodismo obsceno por lo obsecuente, lo festeja y difunde. Ah, y la oposición, por supuesto, está más preocupada por perder su cuota de poder ya en vistas al 2025, ¿como si de nada hubiesen sido responsables después de dos décadas perdidas?, pero si hasta Alberto Fernández (a) póliza, se anima a criticar..!, que por cualquier cosa relacionada con el bienestar público. Era lógico, lo hicieron desde hace mucho y le hicieron creer que era por la justicia social, mientras hoy repugna por todos lados que uno indague, toque e investigue.
Distorsiones, sobredimensionado de estructuras, nepotismo, coima, negociado, corrupción, transa; accionar que justifican la vida del quehacer argentino, desde siempre pero in crescendo en los últimos años. Nadie gana sin un atajo, donde el Estado hace que da, y el privado hace que paga, pero a decir verdad solo estamos todos entretenidos creyendo que unos dan y otros reciben. La realidad es otra, el retraso de la ciudad, provincia y Nación es abismal comparada al mundo. Y, ni hablar de la sociedad bajo ese nefasto artilugio de avalar la posibilidad de multiplicar la riqueza dividiéndola, quitándole a una mitad de la masa productiva para darle gratuitamente a quienes no producen. El gobierno no puede dar a alguien, si antes no se lo ha quitado vía impuestos o endeudamiento a otra persona.
Los dos discos de la balanza, que a veces se inclina para un lado y otras para el otro, terminan levantando polvo en un fondo marino símil al de la fosa de las Marianas, siempre se puede estar un poquito más abajo, es claro, la profundidad es interminable.
En él mientras tanto, cuando llegue el momento del tan esperado Pacto de Mayo, oh! será un espectáculo para la vista, que se recomienda ver sentado desde una butaca con pochoclos mirando como se descarna y negocian por un modelo de Argentina que pretende ser distinto, por los mismos de siempre.
El gobierno se atribuirá el mérito de evitar una catástrofe, mientras que la oposición intentará capitalizar cualquier signo de descontento. ¡Es como un juego de niños, pero con mayor hipocresía y de final archiconocido.
Y aunque parece que todo está en un equilibrio delicado, nadie está realmente ganando. Es como un torneo de perdedores, ¿no es así?.
Y así, mientras todos se pelean por un trozo del pastel, el verdadero pueblo queda en segundo plano. Pero no se preocupe, seguro que encontrarán una manera de llegar a otro acuerdo que beneficie a los mismos de siempre. ¡Qué emocionante tiempo para estar vivo y poder ver una nueva farsa. Solo se pierde tiempo, el único bien preciado que jamás nadie pudo recuperar.
Mientras tanto, gremios comienzan mañana un plan de lucha en su pretendido queso, el SOIP empieza a manifestarse, es que lo que piden tiene que ver más con la inercia que con la realidad, mientras que desde el sector empresario, el diferencial entre índices inflacionarios que esgrimen la promesa de un dígito; cuando en lo que va del año, sus calculadoras muestran que en el primer trimestre acumula el 44%, con un Tipo de Cambio cuya devaluación prometida del 2% solo hunde más su rentabilidad negativa desde hace tiempo. Los extremos dogmáticos, en cualquiera de los dos veriles, siempre son nocivos.
El clima, como lo decía el más grande del muelle, en el Coliseo de la Pesca, «comienza a sentirse después de semana santa«, y así es, así será. La merluza en el muelle a 700$/kg. igual que en octubre 2023 y los costos multiplicado por dos, en el mejor de los casos.
El domingo pasado en esta misma columna, hablamos de amarinerar el barco, que los tiempo serán difíciles, nunca fueron fáciles para quien eligió haber montado una empresa en nuestro país, pero la semana comenzará con los primeros nubarrones y veremos qué intensidad trae el viento.
Y, como siempre, se expone la opinión al criterio del lector, anticipando que no son 4 los puntos cardinales como tampoco 7 los colores del arco iris, dejando las consideraciones de ésta temeraria dinámica, a su juicio y sugiriendo que no la desconozca…
Buen Domingo para todos..!
Por DMC