Cuando parecía que llegaba la bonanza por unos cuantos días de pesca de magrú a través de las “lanchitas amarillas”, el intenso viento hizo que no pudieran salir para continuar con la “rachita” para algunos impensada.
Es que en la mañana de este jueves las ráfagas oscilaban entre 30 y 50 km/h por lo que los más conocedores dedicaron gran parte de la mañana a revisar y reparar las redes brindando un “espectáculo” para los cientos de turistas que los fotografiaban y hacían preguntas sobre todo referidas a las decenas de lobos marinos que se encontraban en las cercanías.
Afortunadamente la situación meteorológica cambiará en las próximas horas, ya que el pronóstico está indicando que el viento bajará su intensidad y que la temperatura aumentará, situación más que beneficiosa para que las pintorescas lanchas amarillas puedan salir nuevamente a la mar.
Por el lado del muelle “Deyacobbi” la actividad era casi nula, arreglos de rigor en las embarcaciones y algunos a la espera de zarpar, no sin el inconveniente que nos planteaba un armador, que tiene todo alistado y no podía resolver la llegada del inspector designado.
Se lo veía molesto y seguramente con razón, porque el inspector designado proviene de la ciudad de Comodoro Rivadavia y la demanda de vuelos aún no le ha permitido arribar a la ciudad, donde el periplo que debe realizar es: Comodoro Rivadavia – Buenos Aires (vía aérea) y desde CABA a Mar del Plata vía terrestre si es que no se consigue la conexión hacia estas costas.
Esta misma situación ya nos la había manifestado días atrás uno de los más importantes armadores de Mar del Plata, donde también aguardaba a la persona que hace las veces de contralor en la embarcación, donde también provenía del sur argentino sin la previsión de las horas que puede demandar el periplo. Evidentemente algo para modificar rápidamente y no demorar la salida de los buques, que aún siguen con la dificultad de poder conformar las distintas tripulaciones a raíz de los casos positivos de Covid.
Quienes están de parabienes como ellos mismos le ha contado a PESCARE, son aquellos que se dedican a la venta de conservas de pescado en la propia banquina chica, donde abundan las ofertas y los productos de mar, varios de ellos elaborados en forma artesanal y que son tan requeridos por los visitantes.
Las tres pescaderías que alberga el paseo comercial de la banquina van por el mismo rumbo, muy buenas ventas, sobre todo en lo que se refiere a la venta de pescados y mariscos preparados especialmente para “viaje”. Es decir, para trasladarlos en conservadoras con la cantidad adecuada de hielo para que el producto pueda llegar en perfectas condiciones hasta en 12 o 14 horas.
A veces la indiferencia y la falta de respeto conjuntamente con la trasgresión hacen que se traspasen todas las líneas.
Es que en la zona que abarca la Av. De los Trabajadores, como así también en las adyacencias de “Silos Arena” –el espacio que viene albergando recitales al aire libre- se han pintado y demarcado los “cordones” para una mejor señalización y por supuesto para lograr un orden vehicular imprescindible sobre todo en esta época estival, los conductores hacen caso omiso a las indicaciones y estacionan sus vehículos donde mejor les parece o donde algunos particulares oficiando de “cuidacoches” les indican, haciendo caso omiso a la demarcación y generando discusiones, algunas subidas de tono, como pudimos observar en la mañana de este jueves, donde personal de Prefectura, respetuosamente les indicaba que no se podía estacionar en los lugares pintados de amarillo.
Por suerte siempre hay alguna mueca de sonrisa para otras acciones que marcan un rumbo de crecimiento, como por ejemplo la instalación de las Aulas Taller Móviles en las adyacencias de la banquina, que en pocos días serán el lugar que alberguen a aquellos que deseen capacitarse como soldadores y soldadoras, actividad que hoy se ve mermada no solo por las cuestiones sanitarias, sino también por la ausencia de personal capacitado. Esto viene a abrir una puerta a la solución al inconveniente.
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Por Gustavo Seira