Curiosamente Segundo Rosa Storni no nació en una ciudad con mar. Ni siquiera en un provincia con litoral marítimo. El 16 de julio de 1876 en la ciudad de San Miguel de Tucumán comenzaba su historia de vida, la cual fue consagrada al mar argentino con una visión que muchos hoy continúan.
Cuando finalizaba el año 1894, con tan solo 18 años de edad egresó de la Escuela Naval, donde se preparó para una carrera impecable, la cual incluyó en el año 1916 el dictado de dos conferencias que marcarían un punto de inflexión en la historia argentina, ya que a partir de ese momento se desarrolló una doctrina de reivindicación de los argentinos sobre la plataforma continental argentina y sus recursos. Ambas conferencias fueron publicadas ese mismo 1916 en forma libro, al que se lo tituló “Intereses Argentinos en el Mar”.
Ya en la década del ’30, Storni fue parte integrante del grupo de militares que impulsaban el desarrollo de la industria argentina, ya que la consideraban un elemento vital para la defensa.
Entre sus múltiples actividades, fue uno de los fundadores del Instituto Oceanográfico Argentino en la ciudad de Mar del Plata, a través de la mirada abarcativa, pensando en la necesidad de desarrollar los intereses marítimos en lo relativo al transporte marítimo por mano propia junto con la industria pesquera.
En el año 1935 funda además la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, pero su vida dio un vuelco luego del golpe de Estado en la Argentina en el año 1943, cuando fue destituido el presidente Ramón Castillo y comenzara a crearse la “Revolución del ‘43”, cuando asumió la conducción del país el general de División Arturo Rawson, quien duró apenas tres días en su cargo ya que carecía de apoyo en algunos de los miembros de su gabinete.
Una vez que Rawson dejara el mando en manos del general Pedro Pablo Ramírez, Storni fue nombrado como ministro de Relaciones exteriores, un cargo de gran importancia ya que la Segunda Guerra Mundial ya había llegado y la Argentina era presionada por Estados Unidos para que entre en guerra.
Storni era uno de los pocos militares argentinos por entonces que tenía simpatías por los Estados Unidos donde había vivido varios años y más allá de su nacionalismo, también era lo que se denominaba “aliadófilo” (partidario de las naciones aliadas en las guerras mundiales), además de partidario de que la Argentina ingresara en la guerra.
En 1943 le envió una carta personal al secretario de Estado norteamericano Cordell Hull, anticipándole que era intención de Argentina romper relaciones con las potencias del Eje, pero también le solicitaba paciencia para ir creando un clima de ruptura en el país, a la vez que algún gesto de los Estados Unidos en materia de suministro de armamentos, que fuera aislando a los “neutralistas”.
Cordell Hull con el fin de presionar al gobierno argentino hizo pública la carta de Storni, cuestionando además en duros términos el “neutralismo” argentino. El hecho produjo un recrudecimiento del ya fuerte sentimiento antinorteamericano, sobre todo en las Fuerzas Armadas, llevando a la renuncia de Storni.
Más allá de estas situaciones, un hecho marcaría para siempre la figura de Segundo Storni: la obra “Intereses argentinos en el mar”, un trabajo geopolítico que a pesar de tener más de un siglo de antigüedad, continúa siendo un trabajo de consulta indispensable, además de otras de sus dos publicaciones como “Trabajos hidrográficos y límite argentino en el Canal de Beagle” del año 1905 y “Proyecto del régimen del mar territorial” de 1911.
Entre sus varias obras y desafíos en su obra, Storni estudió el paradigma naval de su época, analizando su importancia como una fuente de riquezas y las vías de comunicación, propició la necesidad de consolidar en la mentalidad de los argentinos la conciencia marítima con base científica, observando también los puntos marítimos estratégicos que se mantienen hasta hoy en plena vigencia, como los son las Islas Malvinas, la Antártida Argentina, el Mar Territorial, las pesquerías y la plataforma continental, enfatizando en el desarrollo de la Defensa Nacional, el Derecho del mar, la explotación sustentable de los recursos naturales, la industria naval y la Marina Mercante nacional.
Entre sus varias obras se destacan “Proyecto de Régimen de Mar Territorial” de 1911 y “El Mar Territorial” de 1926, en las cuales trató la temática del régimen jurídico en el mar de nuestro país, siendo las bases para impulsar la discusión sobre la soberanía marítima argentina.
Ambos trabajos fueron abordados en la Conferencia de Codificación del Derecho Internacional que se reunió en La Haya en 1930, y también años después en la Primera, Segunda y Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
A raíz de esto, el día 16 de julio fue instituido a través de la Ley 25.860 como el Día de los Intereses Argentinos en el Mar, en homenaje al nacimiento del Almirante Segundo Storni, quien propició el debate respecto de la importancia de constituir políticas de Estado en torno a las cuestiones del mar y la actividad naviera.
Difícil sería resumir en una o varias frases la tarea de Segundo Storni que tanto ha colaborado con el país en general y con el mar en particular, pero bien valen estas palabras suyas para mostrar su sentimiento:
“La política naval es, ante todo, una acción de gobierno; pero es indispensable, para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos se arraiguen en la Nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes, y una inspiración constante de todo el pueblo argentino”.