El importante servicio, que fue regulado a través de la Ley Hidrográfica que lleva el nro. 19.922, se enfoca en realizar los estudios, trabajos, exploraciones e investigaciones que sean conducentes a promover el máximo de seguridad a la navegación y propender al progreso y defensa de la Nación, contando con actividades que transitan las ciencias y las técnicas, tal el caso de la hidrografía, glaciología, meteorología marina, oceanografía, cartografía, astronomía y balizamiento.
A través del Servicio de Hidrografía nuestro país presta el servicio público de seguridad náutica a través de la edición de cartas náuticas, listas de faros, señales marítimas, derroteros, almanaques náuticos, tablas de mareas y otras publicaciones referidas a la náutica que son regidas por normas internacionales.
Es vital la información que brindan a través de los avisos y sus actualizaciones para los navegantes, confeccionando pronósticos mareológicos y de sobre la altura de las olas, datos que son seguidos con total atención por aquellos que tienen estrecha vinculación la actividad marítima.
El organismo, entre sus múltiples actividades, es el encargado de realizar estudios técnicos que son orientados al mejor conocimiento del ámbito marítimo, como así también determinar y asesoras sobre las señalizaciones marítimas y el instrumental náutico a utilizarse para la seguridad en la navegación.
La historia marca que el 31 de enero de 1876 se dio creación a la Comandancia General de Marina por un decreto del entonces presidente Nicolás Avellaneda, que paradójicamente murió en el Océano Atlántico.
Entre las facultades que se le habían otorgado al organismo figuraban el tener injerencia en todos los trabajos de puentes, muelles, canalizaciones, sondajes y cartas de los ríos y costas que se ejecuten con fines militares.
Un decreto posterior del mismo Presidente de la Nación y que fuera refrendado por su Ministro de ese momento, Julio Argentino Roca, se creó la “Oficina Central de Hidrografía”, al mando del Teniendo Coronel de Marina Clodomiro Urtubey, dándole forma definitiva justamente el 6 de junio de 1879.
Su creación fue básicamente la de controlar todo lo relativo a la Seguridad en la Navegación y sus trabajos y exploraciones orientándose al estudio integral de las costas.
El desarrollo hizo que en 1972, se promulgara la ley mencionada convirtiéndola en el instrumento que hoy establece su misión y sus funciones brindando seguridad a la navegación y manteniendo los sistemas de ayudas acorde con los adelantos técnicos en la materia y los acuerdos internacionales que nuestro país suscriba.
La posición geográfica en la que se encuentra en nuestro país, plenamente peninsular, en un hemisferio predominante oceánico, pone de relieve la importancia del conocimiento marítimo para el desarrollo del país, tiendo en cuenta que se cuenta con una plataforma continental muy amplia, ubicándose entre las más extensas del mundo.
Vital es la disciplina de poder navegar en forma orientada en relación con las maniobras o los traslados de las embarcaciones, donde el SHN provee ayudas e información necesarias, contribuyendo a la planificación y ejecución de un derrotero seguro.
La tarea del organismo argentino se encuentra dentro de la Organización Hidrográfica Internacional, siendo reconocido a través de la Organización Marítima Internacional, una Agencia especializada de las Naciones Unidas que atiende las cuestiones marítimas, nucleando nada menos que a 170 países miembros de la ONU.
El convenio más importante de la OMI, es decir el reconocido Convenio Internacional para la Salvaguarda de la Vida Humana en el Mar (SOLAS 74), que fuera puesto en vigencia en nuestro país mediante sendas leyes, establece claras responsabilidades para los Estados Parte, manteniendo la obligatoriedad de los Servicios de Hidrografía de dichos Estados de desarrollar todas aquellas actividades que permitan brindar al navegante el servicio de seguridad náutica.