Después de una década sin actividad de este tipo, volvió a operar en Puerto San Julián un barco merlucero. Se trata del BP Norman, que comenzó a abastecer la planta bajo la gestión de la empresa estatal Santa Cruz Puede S.A.U., marcando un nuevo avance en la recuperación del sistema pesquero provincial impulsado por el Gobierno de Santa Cruz.
La operatoria estuvo encabezada por Gustavo Sívori, presidente de la sociedad estatal, quien destacó que las maniobras se desarrollaron con normalidad, dando inicio a una nueva etapa de producción y generación de empleo en la provincia.
Actualmente, la planta cuenta con 16 operarios y 22 alumnos que finalizan su formación como fileteros, fortaleciendo la capacitación de mano de obra local.
“Este es el resultado de una decisión política clara del gobernador Claudio Vidal de recuperar la producción pesquera con trabajadores santacruceños y con una empresa estatal que defienda los intereses de nuestra provincia. El Norman es otro paso dentro de un proceso productivo local que no se detiene”, expresó Sívori.
El Norman realiza tareas de abastecimiento una vez por semana, mientras que se prevé que en los próximos 15 días se incorpore a la operatoria el buque BP Patagonia, lo que permitirá ampliar la capacidad de procesamiento y consolidar la reactivación de la cadena pesquera en la región.
Durante la puesta en marcha estuvieron presentes el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Ezequiel Verbes; el intendente de Puerto San Julián, Daniel Gardonio, junto a concejales y funcionarios municipales; la secretaria de Estado de Pesca y Acuicultura, Stefany Grant; y el coordinador general de la Unidad Ejecutora Portuaria de Santa Cruz (UN.E.PO.S.C.), Walter Uribe.
En el rumbo que ha tomado la Argentina, el gobierno nacional parece decidido a dejar atrás la visión tradicional del Estado como protagonista directo en la economía, para avanzar hacia un esquema donde su papel se limite a impulsar y acompañar la iniciativa privada. Este viraje conceptual, visible en distintos sectores de la producción nacional, también comienza a hacerse notar en el ámbito pesquero, particularmente en la Patagonia sur, una región cuya historia y presente están íntimamente ligados al mar y a la labor de su gente en los puertos del sur.

En este contexto, el Estado busca proyectar un mensaje claro al empresariado: el sur argentino no sólo representa una frontera geográfica, sino también una oportunidad estratégica para el desarrollo productivo. La iniciativa de promover la actividad pesquera en zonas más australes pretende ser un caso testigo, un modelo que exhiba las potencialidades de una región que combina cercanía a los caladeros más ricos del país con la posibilidad de revitalizar economías locales hoy postergadas.
Pero de fondo, el objetivo y propósito principal es enseñar, nada mas loable para el fomento del oficio desde la actividad pesquera a la productora procesadora y manufacturera.
Pero más allá de los incentivos económicos, el verdadero valor de esta política radica en el gesto inicial del Estado: tender un puente hacia los confines marítimos de la Nación para reavivar una actividad que simboliza trabajo, arraigo y soberanía. Recuperar la pesca en los márgenes australes no sólo significa producir más, sino también fortalecer una identidad que se forja en torno al esfuerzo y al mar. En ese sentido, el sur vuelve a presentarse como territorio de desafíos, pero también de oportunidades para quienes sepan mirar más allá del horizonte.
