Analizar los sucesos de hasta donde se ha llegado con la pesca y la generación de la política pesquera en estos últimos 3 meses sin Consejo Federal Pesquero podría tener raíces mucho más profundas que las respuestas que el común de armadores esboza por estos días. La preocupación está latente.
¿Cuándo empieza a sesionar el CFP ?. La pregunta va en el sentido de una simple respuesta, que está sujeta y condicionada a los mismos hechos fundacionales de nuestro país y su propia constitución. De hecho por aquellos años también había dualidades, o grietas, como se denomina por estos días.
Haciendo un paralelismo, respecto a los sucesos actuales de la política, también con el mismo proceder, ocurre en forma idéntica, dentro del seno del CFP (muchas veces comparado con el Congreso de la Nación, en materia pesquera, de hecho, lo es), donde hay un ambiente conflictivo y dual. Entre el status quo, -latinismo aplicado por el profesor y economista Clark Kerr-, de la continuidad atribuida posiblemente por los mismos participantes que solapadamente juegan por detrás impulsando viejas costumbres que acentuaron el desmadre desde el año 2018 al 2023; o cambiar radicalmente la historia, que muchos de boca para afuera desean cambiar pero que llegado el momento, mejor no por las dudas (la quinta se toca).
Así por estos días transita el CFP a la espera de lo que pueda definirse, mientras desde el gobierno ¡con benevolencia y grandeza, el Presidente pretende brindar a la casta política la oportunidad de rescatarse de la dependencia estatal…!
Anhela cumplir su deseo de salvar al orden político y volver a un contrato social ya disuelto por el oprobio al que éste, sin el más mínimo prurito, se condenó hace años. Aun haciendo explícitas sus escasas expectativas de éxito, ofreció -¡como cualquier nuevo gobierno argentino!- un acuerdo fundacional, poco común, y altamente revelador.
La esencia de nuestro problema nacional radica en su naturaleza fundacional, donde dos pueblos con valores y objetivos opuestos coexisten en un mismo territorio, cada uno buscando prevalecer sobre el otro. Esta dualidad se manifiesta en diversas facetas políticas, como la dicotomía entre unitarios y federales, bárbaros y civiles, peronistas y antiperonistas, entre otros grupos. Cada gobierno local se ve obligado a presentar su agenda como universalmente beneficiosa para el electorado que lo apoya.
Este fenómeno se agrava por la forma en que el oficialismo presenta sus propuestas de manera exclusiva y obligatoria, esperando la aceptación de sus contrapartes sin discusión. Esto, en esencia, convierte cualquier acuerdo en un contrato de adhesión, o incluso en una rendición incondicional. En el seno íntimo del CFP sucede lo mismo, a diferencia que la magnitud poblacional de los armadores, pretenden que todo siga igual, pues cada uno tiene una porción y mientras no se toque, dale que va con lo que hace el otro, pensando que jamás lo tocaría. Llegó el momento..!, dentro de la pesca, desde el gobierno, se involucró a todos, incluso a los mismos que han hecho las cosas bien, por que los hay, y muchos, pero fueron mudos al momento de denunciar. (Como, sí, lo hicieron ayer algunas empresas, presumiblemente porque un buque pesquero estaría pescando sin autorización, permiso ni cuota; la especie merluza negra).
Volviendo a los cambios que el presidente Milei desea, al analizar estos acuerdos, es evidente que refuerzan ideas decimonónicas que formaron la base de la Constitución de 1853. La necesidad de ratificar estos principios después de tanto tiempo se debe a que ya no existe un consenso social sobre su aplicación efectiva en Argentina.
El momento elegido para presentar estas propuestas, en mayo, no es casualidad. Además de evocar la Revolución de Mayo de 1810, simbólicamente sugiere un consenso histórico. Tácticamente, el presidente espera presentar estas propuestas después de conocer los datos de inflación de febrero, marzo y abril, lo que podría respaldar su gestión si la tendencia es a su favor con el incipiente triunfo de su lucha por el déficit cero y la derrota consecuente de la inflación. La derogación del control de cambios también podría contribuir a mejorar la percepción pública sobre su administración.
Respecto a la reacción de la oposición, es probable que firmen el acuerdo si incluye medidas para aliviar la situación fiscal de las provincias. Sin embargo, es probable que comiencen a surgir interpretaciones divergentes que busquen moderar las políticas económicas del oficialismo y proteger el superávit fiscal nacional.
La oposición busca estas modificaciones porque el acuerdo propuesto implica que los títulos del Tesoro Nacional reemplacen a los pasivos remunerados emitidos por el Banco Central. Estos títulos se convertirían en el principal activo de la estructura financiera, lo que garantizaría la estabilidad financiera del país a corto plazo. Sin embargo, la estabilidad a largo plazo dependerá de la capacidad del gobierno para mantener el superávit fiscal y expandir el crédito al sector privado.
Por el lado de la situación que nos compete, la pesca, el panorama es mucho más complejo. Los participantes son parte de lo que desde el gobierno se denomina casta, por ende los cambios, a diferencia con el 57% de la sociedad que ungió e impulso la necesidad de un cambio, en la pesca, eso no se ve.
De hecho, sobre la campaña para llegar a gobernador, el propio actual Presidente del bloque patagónico, Ignacio Torres hablo de transparentar, sincerar y poner en regla la desvirtuada y concebida nueva Ley de Pesca de la provincia de Chubut sancionada un 22 de diciembre de 2022, entre brindis, gallos y medianoche; sin embargo acepta el festejo de su patriada en el cuestionado buque insignia en el puerto que propinó el mayor atropello a la Ley Federal de Pesca 24.922 pasando de lanchas artesanales y VACOPA a la duplicación de metros cúbicos de bodega y de multiplicadores que permitieron pescar hasta 2300 toneladas de langostino, amparados bajo el escudo del federalismo, símil en materia política fundacional, avasallando todos los pactos preexistentes como lo escrito en el propio Preámbulo de la Constitución Nacional de 1953.
Algunas diferencias y semejanzas, hacen prever que estamos en el preámbulo de un nuevo lanzamiento de la pesca y así como por aquellos años había dos bandos con dos líderes fuertes, Justo José de Urquiza y Bartolomé Mitre, hoy llega al Consejo Federal Pesquero un baluarte del control, siendo los ojos del mismo Ministro de Economía Luis Caputo, que es Juan Alberto Pazo. Para quienes busquen realmente la transparencia y volver a la cordura después de 6 imprudentes años de desorden al margen de los fundamentos del espíritu de la Ley, será un peso pesado, incluso desde lo legal, -hombre probo en la materia-, ya que desde hace mucho la figura legal del asesor, que por acción u omisión, jamás presentó objeción, incluso donde alguna provincia hasta se dio el lujo de eliminar la posibilidad que el INIDEP pueda realizar campañas de investigaciones entre la milla 0 y la 12 perdiendo más de 14 años de historia en sus bases de datos, pone de manifiesto la complicidad o inoperancia, además de todo el ente colegiado, más los organismos de control y su ejecutivo. No fue casual.
Volviendo al paralelismo, tanto en 1853 como ahora, el “pueblo” estaba dividido y no tenía peso en el “consenso social” de los afectados; la situación no daba para más. El temor al cambio los paralizaba. Igual que ahora.
Por eso la respuesta de cuando sesionara el CFP, depende más del propio peso de hacia dónde se desea ir.
O un modelo basado en la Ley y el respeto a las iniciativas privadas de sus participantes y representantes, o la continuidad en rumbo colisión actual, donde en grandes rasgos, son pocas las empresas que luchan por la subsistencia en el marco de la perplejidad del lascia fare de autoridades extremadamente permeables a intereses muy puntuales, personales y de sesgado interés en un minúsculo sector minoritario.
Si esa respuesta tiene ya un consenso y una decisión, seguro el CFP tendrá su apertura inmediata, si no, seguirá sin sesionar, como hasta la fecha.
Si continúa con los mismos de siempre, sería impensable tener resultados distintos, de hecho se habla que al frente del INIDEP podría hacer base Jorge Bridi, sin dudas conocedor del tema pesquero, pero también de aquel CFP que se critica, ex secretario de pesca de Río Negro e impulsor de una zona de veda (veda Bridi) que no es más que una prebendaria idea lobbista, (idéntica al AIER en aguas nacionales fuera de Chubut), que no está en ninguna resolución escrita para el recurso langostino, y sin embargo tiene de facto vigencia, aunque los resultados quedan a la vista, no por eso hay langostino o más langostino en el Golfo San Matías, con los inconvenientes que están de relieve y reflejados en la nota de días pasados sobre la crisis en la pesca de Río Negro.
Con lo dicho, la decisión hacia dónde quiere ir la pesca, estará por definirse en los próximos días, aunque parece no estar exenta de un nuevo embate por modificar el Régimen Federal de Pesca, que mal que pese al gobierno, no es el camino.
Como queda claro en lo expuesto, el problema no fue la Ley Federal de Pesca, por el contrario, el problema fue su violación sistemática, vulgar y consensuada bajo el amparo del federalismo llevada al máximo de desprecio.
El lema no es cambiar, sino cumplir con convicción la Ley y evolucionar, hay algunos participantes que lo impulsan, lo necesitan y buscan que sea la Ley y su aplicación transparente, el pilar de la continuidad pujante de la pesca argentina, pero no sin antes sanción de quienes la vulneraron.
Y, como siempre, se expone al criterio del lector, que no son 4 los puntos cardinales como tampoco 7 los colores del arco iris, dejando las consideraciones de ésta temeraria dinámica, a su juicio, sugiriendo que no la desconozca…
By DMC