Entrada la tarde de hoy, recorrimos por última vez el B/P Harengus, un congelador arrastrero de 80.75 metros de eslora, 13.60 metros de manga y 8.90 metros de puntal, con un calado de casi 6 metros y 1800Tn de desplazamiento. Un barco modelo para la época, preparado para las turbulentas aguas del sur argentino, hecho en Hamburgo, Alemania y dedicado a la pesca de merluza Hubbsi, merluza de cola, abadejo y calamar, con capacidad para 1900Tn de carga congelada y capacidad de 30Tn de procesado diario.
Apenas lo abordamos, se acercó Ulises Albarracín, oriundo de Misiones, su sereno y marinero, uno de los cinco que embarcaron y estaban a bordo para llevarlo a Montevideo, pasadas las 16hs.
Ofició de guía, nos permitió recorrer todo el barco, puente y timonera, comedores, planta de procesado, gigantescas bodegas, pasillos, la sala de máquinas y hasta una importante enfermería que aun hoy, conserva el olor típico a medicamentos. Numerables documentos históricos que avalan la trayectoria de este pesquero, nos mostraron con entusiasmo, como dejando atrás todo su pasado.
Tenía capacidad para 65 tripulantes, comedor para marinería, para personal de maestranza y otro para oficiales. Sus largos pasillos, hoy yacen oscuros, sin luz, igual que la gigantesca sala de procesado. Al andar, giros y escaleras varias para pasar distintas cubiertas, nos llevó a la sala de máquina, donde un poderoso motor de 3500HP permanecía ya silencioso con sus implacables 8 cilindros en línea y un acoplamiento hidráulico para terminar con un poderoso árbol de 400mm de diámetro que movía la única hélice que posee. Todo es grande y espacioso, como sobredimensionado para su desplazamiento y potencia. Lo llamativo, que, a pesar de los años en desuso, ni una gota de agua ingresa al casco, ya que en Hamburgo le dieron un espesor de media pulgada de acero naval H10.
Por estas horas, todo esto va con derrotero a Montevideo, el barco y su historia, donde algunas baterías alimentan solo las luces de navegación, verde, roja y blanca, en una silueta que, ya entrada la noche, haciendo los últimos approach los remolcadores de Sergio Di Napoli, parecía más un buque fantasma, que aquel navío insignia y gallardo de la flota de Harengus; dejando atrás el puerto de Mar del Plata, tirado por el B/R Remarsa I y a popa, como frenando su partida, el B/R Ona Milagro, de la empresa Remolcadores Mar del Plata SA y Mar Del Plata Port Management SA respectivamente.
Sobre el morro de la escollera norte, observando la maniobra, el Sr. Jefe de la Prefectura Naval delegación Mar del Plata, PM José Fernando Dos Santos, custodiaba atentamente toda la maniobra de salida, en un buque con capacidad de maniobra restringida, dos remolcadores, práctico y algo de viento del ESE a 25km/h que arrimaba algo de bruma y algo de mar de leva, sobre la boca del puerto.
La historia reciente del BP Harengus, data de algunos avatares que han tenido las empresas en el largo y sinuoso recorrido para adaptarse a la situación económica de algún ciclo que seguro fue adverso. Alla, por el invierno del año 2010, el empresario Mario Ordiales dijo que la venta del buque era necesaria para salvar de la quiebra a la empresa Harengus, mientras que desde la Cámara de Apelaciones de la circunscripción judicial de Puerto Madryn decidieron revocar la resolución del Juez Luis Horacio Mures que había desestimado en primera y segunda instancia el pedido de la empresa pesquera Harengus sobre la venta de su buque insignia, en el marco del concurso preventivo de acreedores, tras hacer valer un argumento algo inverosímil, «la venta del buque pesquero Harengus implicaría un empobrecimiento del patrimonio del deudor en desmedro de los intereses de los acreedores«, siendo el barco «una de sus principales fuentes generadoras de recursos económicos y resultando el mismo útil para la continuidad de la empresa» declaró en el concurso preventivo.
El letrado de la empresa había apelado esa decisión y finalmente luego de idas y vueltas, el buque con una asignación histórica de 3.800 toneladas de merluza, si, 3.800 toneladas de merluza, sería vendido por 4,5 millones de dólares a la empresa Baldino con asiento en nuestra ciudad.
Recordamos, que junto al BP Narwal, la historia reciente, habla que el BP Harengus estuvo haciendo operaciones de vigilancia en aguas cercanas a Malvinas, por el año 1982, poseemos documentación del mismo donde, incluso, en los libros de navegación a bordo, “sobre Latitud 52º 45′ S y Longitud 58º 02′ W, no es la primera vez que aviones ingleses sobrevuelen sin autorización el espacio aéreo argentino “.
Tal es así que el 6 de junio del ’86, el capitán del buque, Martín Olmos, denunció por radio de Puerto Madryn: “Me sobrevoló un avión inglés; era del tipo C-130 con los colores de la bandera británica”. Según Olmos, no era la primera vez que eso sucedía.
En 1986, cuatro años después de la guerra, Londres impuso una zona de control de 200 millas alrededor de las islas, nunca reconocidas por la Argentina.
Datos de nuestra Prefectura aseguran que nuestros barcos pesqueros, nunca bajo ninguna circunstancia invadieron zona considerada británica.
Lo concreto, es que hoy, los muelles de la 12da. sección quedaron algo más aliviados de buques inoperativos, pero con El, también se fue una parte de la historia.
El origen y la trayectoria detrás de este pesquero es realmente apasionante, y creemos oportuno invitar a un informe mucho más extenso y preciso, sobre el fin de semana próximo, es que el BP Harengus, termina siendo uno de los últimos bastiones en pie y sin hacer agua, de aquella época bélica donde civiles, preparados para la pesca, también defendieron los remotos límites de la Patria.