Se llama Alan D’Alfonso Peral, estudiaba medicina la capital de la provincia de Buenos Aires, pero hace más de un década decidió cambiar su rumbo y recorrer el mundo. Jugaba rugby profesionalmente y abrió un bar. Hasta acá un historia particular y curiosa como tantas.
Su curiosidad hizo que empezara a estudiar el cuidado del medioambiente, a través de lo cual descubrió que los plásticos tardan unos 250 años en desintegrarse. En ese lapso forman micropartículas que son ingeridas por peces y mamíferos marinos, por lo que pensé en fabricar un sistema que fuese eficiente para limpiar el agua, al menos en los puertos y que de esa manera los desechos plásticos no afecten como lo están haciendo al ecosistema marino.
Su creación se llama “Geneseas” y se trata de un robot que limpia plásticos, el cual está pensado a través de su diseño para ser utilizado tanto en lagunas como en puertos.
El sistema fue perfeccionado a través de los años, ya que desde el año 2020 habían comenzado con las primeras máquinas, pero ahora cuenta con distintas funciones adicionales como son la medición de la temperatura, el nivel de PH, la medición de la contaminación y el alerta de esta, al igual que lo hace con la evaluación del oxígeno que se encuentra en el agua a través de un sistema de inteligencia artificial.
“Geneseas” tuvo también la participación en el desarrollo de otro argentino, el Ing. Alejandro Scagalia, además de contar con un diseñador naval francés, quienes en conjunto con investigadores del Instituto de Control y Procesamiento de Señales de la CONICET y la Universidad Nacional de La Plata, pudieron terminar de darle forma para el innovador robot.
El diseño posee el tamaño de una heladera y está diseñado con paneles solares colocados en su parte inferior para darle alimentación, contando además con un sistema de filtros y redes que aspiran y retienen los residuos que se puedan hallar a unos 30 centímetros de profundidad.
Del mismo modo, el modelo actualizado posee un sistema desarrollado que puede absorber hidrocarburos sin que afecta a la fauna marina mientras realiza su trabajo mediante un sistema de succión, donde plásticos, colillas, latas y otros residuos flotantes, son recolectados y depositados en recipientes de unos 140 litros a través de filtros de fibra natural que absorben además las manchas de aceite.
La invención en su primera presentación que data del año 2019 (con un modelo aún no perfeccionado) fue premiado en la reunión del G7 en Francia, tras lo cual se conoció en otros países, lo que le posibilitó que varios puertos privados pidieran limpiar sus aguas, dando origen a una empresa que hoy se encuentra limpiando de plásticos e hidrocarburos a varias terminales portuarias.
La parte más notoria de la noticia es la venta del 15% del paquete accionario, el cual fue comercializado en 120 mil euros, lo que a su vez le posibilitó la contratación de 15 personas más que hoy se dedican a construir y distribuir el robot a empresas privadas y naciones, a un costo de 35 mil dólares.
El argentino creador del sistema aspira hoy a la fabricación y utilización del producto en nuestro país y en la región, para continuar con la limpieza de un factor preponderante en los mares, como lo es la contaminación que afecta a flora y fauna marina.