Dejáme contarte cómo será. Soy el recaudador de impuestos (…) Si cinco por ciento parece muy poco, agradece que no me lleve todo”, cantaba John Lennon desde los parlantes dispuestos en el astillero Contessi.
La sentencia parecía una referencia burlona de la empresa hacia la disputa que mantiene con el Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata (le reclama una deuda de 3,6 millones de pesos) y que incluso devino en una orden de desalojo; pero el tono beatle tenía otra razón: la botadura del “Yellow Submarine”.
La ceremonia tuvo lugar en la mañana de este sábado. El buque es el primer semisumergible de su tipo que se construye en el país y servirá como plataforma para el avistaje de ballenas en Puerto Pirámides, provincia de Chubut.
El barco se caracteriza por tener una extensión sumergible del casco, con ventanas sobre ambas bandas. Allí se ubicarán los aproximadamente 35 pasajeros que podrá transportar a partir del año próximo, cuando comience a operar.
El diseño está inspirado en modelos de este tipo utilizados para observaciones subacuáticas en la barrera de arrecifes de Australia, el Caribe, y el Mar Rojo.
La adaptación local se corresponde con un pedido del empresario Héctor «Tinio» Resnik. Él y su mujer, Silvina Garzonio, son los dueños de la firma Southern Spirit S.A., la cual asociada a la inversora Julitte Decré y el apoyo del gobierno de Chubut impulsó el proyecto.
“Esto comenzó a principios de año, cuando Tinio Resnik nos comentó que tenía un sueño: poder mostrarle a los turistas las ballenas, tal como él las había visto cuando practicaba buceo”, contó Domingo Contessi.
Luego, continuó el relato: “Nos trajeron algunas fotos de embarcaciones similares y la idea fue tomando forma. Primero se tradujo en planos, luego fueron chapas que se comenzaron a ensamblar y hoy tenemos ante nosotros el producto terminado”.
Carcaterísticas del buque
La embarcación mide 15,37 metros de eslora, tiene una manga máxima de 4 metros y estará impulsada por dos motores fuera de borda de 275 hp cada uno. Según trascendió, su construcción demandó una inversión de 700 mil dólares.
“En una época de tantas dificultades parece una paradoja que un submarino nos haya servido para mantenernos a flote; quizás no desde el punto de vista económico, pero sí desde el anímico”, subrayó Contessi desde el palco.
Sin embargo, el galpón del astillero guarda un buque costero casi terminado y otros dos similares en proceso de construcción.
“Entre las cinco embarcaciones que hemos venido construyendo durante este año, este pequeño “Yellow Submarine” es la única que fue contratada. Todas las otras se iniciaron sin pedido para sostener el empleo de nuestro personal en esta crisis”, justificó el anfitrión.
Ahora, al particular semisumergible le espera una semana de testeo y puesta a punto. Luego, será puesto en seco nuevamente y se lo preparará para enviarlo, por tierra, hacia su destino.