En un acto cargado de simbolismo científico y memoria histórica, el astillero Freire Shipyard, ubicado en Vigo, ha celebrado la botadura del buque oceanográfico Anita Conti, concebido por encargo del Institut Français de Recherche pour l’Exploitation de la Mer (Ifremer) como piedra angular del ambicioso programa de modernización de la flota oceanográfica francesa. El navío, de 45 metros de eslora y 11,5 metros de manga, constituye no solo una expresión de excelencia naval y tecnológica, sino un homenaje lúcido a Anita Conti, pionera indiscutida de la oceanografía francesa y figura intelectual que supo conjugar ciencia, ética ecológica y sensibilidad humanista en plena era industrial.
Este nuevo buque —cuyo bautismo constituye un gesto de restitución simbólica hacia las mujeres invisibilizadas en la historia de las ciencias del mar— está destinado a realizar misiones científicas en zonas estratégicas de las aguas continentales francesas, como el Golfo de Vizcaya y el Canal de la Mancha, y en determinados períodos en áreas oceánicas de ultramar, como la costa occidental africana y las Antillas francesas, lo que subraya su versatilidad operativa y su vocación geocientífica de largo alcance.
Más allá de sus capacidades logísticas, el «Anita Conti» se erige como paradigma de una ingeniería oceánica sostenible. Su diseño integra una matriz de innovaciones que atienden a los más exigentes estándares internacionales en términos de rendimiento ambiental, eficiencia energética y confort acústico. Entre las tecnologías incorporadas destacan su sistema de propulsión diésel-eléctrico —alimentado por generadores de velocidad variable compatibles con biodiésel y respaldado por un sofisticado paquete de baterías—, así como un diseño optimizado del casco, sistemas de climatización de bajo consumo, recuperación de calor residual, aislamiento térmico reforzado y una arquitectura energética inteligente con distribución en corriente continua.
Estas características no son meros complementos técnicos, sino una manifestación estructural de una nueva ética oceanográfica, donde el conocimiento del mar y sus ecosistemas va de la mano con el compromiso activo por su preservación. En palabras de Olivier Lefort, director de la Flota Oceanográfica Francesa, este navío representa “un paso decisivo hacia una flota científica más moderna, polivalente y respetuosa con el medio ambiente”, ampliando de forma decisiva las capacidades operativas de la ciencia francesa en los dominios marinos.
Por su parte, los directores del astillero, Marcos y Guillermo Freire, subrayaron que la construcción del “Anita Conti” consolida a Freire Shipyard como un actor de referencia en la construcción de buques científicos a escala global, poniendo en valor un modelo de colaboración industrial y científica con impacto internacional.
Alojando a 12 tripulantes y 10 científicos, el buque sintetiza lo mejor de la tradición naval con los desafíos del siglo XXI. Con él, Francia no solo honra a una de sus grandes científicas, sino que afirma su lugar en la vanguardia de la oceanografía internacional, no desde una mera lógica de competencia tecnológica, sino desde una perspectiva de responsabilidad civilizatoria frente a los océanos y sus futuros.