“El nivel de capturas se muestra razonablemente bueno”, afirmó la directora de Recursos Naturales de Malvinas, Dra. Andrea Clausen –quien pertenece obviamente al gobierno británico- tras la apertura de la temporada de calamar Illex en aguas que domina Gran Bretaña.
En la actualidad son 88 las embarcaciones poteras que se encuentran a la pesca del cefalópodo, donde hay barcos británicos, taiwaneses, chinos y españoles, quienes previo a cada zafra compran sus licencias de pesca al gobierno de Rishi Sunak, haciendo como desde hace décadas un negocio a través de aguas que consideran de “su” Zona Económica Exclusiva.
La Dra. Clausen explicó que las capturas del Illex mucho dependen y están influenciadas por la temperatura del océano, lo cual ha resultado en poca o relativa actividad en alta mar, pero también sostuvo que permanece positiva dado que las indicaciones tempranas son muy razonables.
“Contando con más información y análisis oceanográficos resultarán muy útiles”, añadió la funcionaria británica, dejando entrever que resultaría difícil anticipar cómo será el resto de la temporada.
Durante el año pasado, la flota extranjera, en su mayoría buques gallegos, lograron capturar 68.500 toneladas de calamar, constituyendo en una de las peores temporadas de al menos los últimos cinco años, durante una campaña que había comenzado con capturas algo mayores a las 50 mil toneladas (se presumen que 53.500 pero sin datos oficiales), pero ya en la segunda parte de la zafra apenas pudieron llevar en sus barcos unas 15 mil toneladas, por lo que se decidió el cierre a la pesca.
La finalización fue como consecuencia que los relevamientos científicos realizados por el gobierno no de las islas –con el claro apoyo de la corona británica- estaban indicando que el nivel de biomasa estaba muy cercano a las 20 mil toneladas, constituyendo el más bajo de los últimos 15 años.
A raíz de esa situación, el departamento de Pesca de las islas determinó que niveles tan bajos en la biomasa estaban haciendo que el límite para la conservación de la especie se transformara en peligro, y de ahí la determinación.
Vale recordar que las empresas al comprar las licencias de pesca, establecen una sociedad mixta empresa-gobierno, tal el caso de la flota española, que opera con los permisos que les otorga el gobierno ilegal de las Islas Malvinas, quienes hace apenas unos meses, otorgaron licencias hasta el año 2047.
Como ya hemos señalado en PESCARE, la cómplice sociedad que mantienen entre ambos gobiernos (España y Gran Bretaña en definitiva), les posibilita que el 51% del control de esas sociedades, esté en manos de quienes se autodeterminan autoridades de las islas, manejando a gusto y placer los permisos, como los que mencionamos. Ahora tienen por delante casi dos décadas y media para poder hacer lo que desean, es decir explotar el caladero como más les parezca, argumentando que de ese modo pueden renovar sus flotas.
Esta voracidad por el la pesca del calamar no es casual, ya que casi el 20% del cefalópodo que se consumó en los países europeas, proviene de la zona de Malvinas, con grandes ventajas para quienes lo captura, sobre todo los armadores españoles, ya que han conseguido a través de negociaciones que se las eximiera del arancel internacional del 6%, el cual se pagaba sobre el calamar proveniente de aguas aledañas a estas Islas.