Desde hace más de tres décadas, China ha ido consolidándose como el epicentro mundial en la producción y transformación de la industria del langostino tropical (Litopenaeus vannamei).
Lo que comenzó en 1988 como un esfuerzo por diversificar la acuicultura, ha evolucionado en un liderazgo absoluto, situando al país asiático como el mayor productor de este crustáceo a nivel global. Esta hegemonía no se limita únicamente a la cantidad, sino que abarca también una serie de innovaciones tecnológicas y prácticas sostenibles que están redefiniendo la forma en que se crían y producen estos mariscos en el mundo.
El panorama actual de la industria china enfrenta retos considerables. Entre ellos, la degradación genética, la dependencia de insumos importados para los alimentos, la prevalencia de enfermedades y los problemas ambientales derivados de la intensificación acuícola. Sin embargo, estos desafíos no son exclusivos de China, sino que se repiten en otras regiones productoras.
Lo que distingue a China es su capacidad para implementar soluciones que no solo buscan mitigar estos problemas, sino que también ofrecen un modelo replicable para otros países productores como es el caso de Ecuador, ligado estratégicamente al gigante asiático, por vínculos comerciales, como por tratados bilaterales entre ambos paises, además de convenios de la actividad petrolera como contraprestación en financiamiento para otras actividades en el actual productor sudamericano.
En este contexto, un reciente estudio de la Universidad Oceanográfica de China resalta la relevancia de las medidas adoptadas en el país, sugiriendo que podrían servir de guía para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la industria a nivel global.
Entre las innovaciones más destacadas se encuentran los bancos de recursos genéticos marinos, diseñados para preservar la diversidad de cepas de langostinos. Además, las técnicas de cría mejoradas, como la hibridación y el mejoramiento molecular, han permitido desarrollar variedades más resistentes a enfermedades, con mayor tasa de crecimiento y capacidad de adaptación a diversas condiciones ambientales. Estas mejoras no solo contribuyen a una mayor producción, sino que también reducen la dependencia de germoplasma importado, elevando la calidad general del cultivo.
Otro aspecto relevante es la sustitución de la harina de pescado en los alimentos balanceados por proteínas alternativas de origen microbiano, insectos y vegetales fermentados. Esta estrategia ha resultado en una notable reducción de costes y de la dependencia de importaciones, alineándose con la tendencia global hacia la sostenibilidad. Además, la nutrición se ha optimizado mediante la adaptación de los piensos a las diferentes etapas de vida de los langostinos, lo que ha mejorado la eficiencia alimenticia, disminuyendo tanto el desperdicio como la contaminación.
En cuanto a la gestión sanitaria, China ha implementado sistemas avanzados para la vigilancia y control de brotes de enfermedades. Estos incluyen el monitoreo en tiempo real y la creación de bases de datos especializadas, lo que facilita una respuesta rápida y eficaz ante cualquier contingencia. Esta estrategia no solo mejora la salud de los langostinos, sino que también reduce las pérdidas económicas para los productores.
Asimismo, las autoridades han promovido el uso de controles biológicos y potenciadores inmunitarios como alternativas a los medicamentos convencionales. Este enfoque ha resultado en una menor necesidad de tratamientos químicos, garantizando productos finales más seguros y de mejor calidad.
En conclusión, China no solo lidera en términos de volumen de producción, sino que también está a la vanguardia en la aplicación de prácticas sostenibles y tecnológicamente avanzadas. Su enfoque integral podría ser clave para el futuro de la industria global de la cria y comercializacion de langostinos, proporcionando soluciones que equilibren la productividad con la preservación del medio ambiente y la salud de los ecosistemas acuáticos con fuerte impacto en el langostino salvaje, que si bien, son productos distintos, Argentina no se ocupo de marcar esas diferencias en los principales centros de consumo mundial, recibiendo el impacto directo de la competencia del «elaborado» Vannamei.
Vannamei en Ecuador
El resultado de los primeros 7 meses para las exportaciones de Ecuador muestra un retroceso importante para el destino China, en contraprestación de otros segmentos con indicadores en alza. Veamos.
En un vistazo a las exportaciones de langostino ecuatoriano de enero a julio de 2024, se observa una realidad contrastante según los mercados de destino. Aunque en total se exportaron 697,472 toneladas, lo que supone un ligero aumento del 0.95% en volumen, los ingresos en dólares cayeron un 7.9% respecto al mismo periodo de 2023.
China, el mayor comprador, experimentó una disminución tanto en valor (-21.92%) como en volumen (-10.84%). Esto parece compensarse con un aumento en otros destinos. Por ejemplo, Estados Unidos incrementó sus compras en un 12.55% en valor y un 17.4% en volumen, reflejando su creciente apetito por el langostino ecuatoriano.
Europa muestra variaciones interesantes: España, a pesar de ser un mercado importante, redujo sus compras en valor un 5%, pero creció en volumen un 4.34%. Italia y Francia, en cambio, registraron ligeros aumentos en volumen con comportamientos mixtos en valor.
Algunos mercados sorprenden con saltos destacados: Taiwán y Lituania lideran, con incrementos asombrosos del 2429.96% y 294.34% en valor, respectivamente. En términos de volumen, ambos países muestran crecimientos igualmente descollantes y tienen que ver como consecuencia que Taiwán dejó de comprarle a China y lo hizo directo a Ecuador, y Lituania, presumiblemente salió a comprar excedentes que oportunamente compraba en forma directa Rusia, probablemente, incluso sea por cuestiones de logística en el transporte derivado del conflicto bélico que mantiene con Ucrania, cuyo destino final sea el mismo país.
Por otro lado, destinos como Vietnam y Bélgica se contraen significativamente, con caídas en valor del 39.4% y 47.89%, y en volumen del 37.2% y 52.1%, respectivamente.
En resumen, aunque el total exportado en toneladas se mantiene estable, los precios han caído en muchos mercados clave. Esto resalta la complejidad de la dinámica internacional del mercado del langostino, donde algunos destinos compensan las pérdidas de otros, pero no necesariamente al mismo valor por kilo.