Un gravísimo incidente sacudió la frontera entre Argentina y Paraguay cuando la Prefectura Naval Argentina, encargada de la seguridad fluvial, fue atacada mientras patrullaba las aguas del río Paraná en las cercanías del Puerto Faubel, en Eldorado, Misiones. El ataque, perpetrado desde la costa paraguaya, dejó en evidencia una preocupante situación de violencia en la zona de frontera que no puede ni debe ser tolerada.
Los efectivos de la Prefectura, que realizaban sus labores habituales de control y vigilancia, fueron sorprendidos por disparos de armas de fuego de grueso calibre que, sin mediar provocación alguna, fueron dirigidos contra ellos.
Afortunadamente, los prefectos no resultaron heridos, pero el ataque no quedó sin consecuencias. La embarcación de la Fuerza recibió múltiples impactos de bala, dañando gravemente su casco y su superestructura.
Ante esta brutal agresión, los efectivos de la Prefectura solicitaron apoyo inmediato al guardacostas de frontera GC-195 Guaraní, que acudió al lugar del ataque solo para ser también blanco de disparos. La embarcación sufrió siete impactos en su casco, un claro intento de poner en peligro a quienes diariamente arriesgan sus vidas en la protección de nuestras fronteras. Sin embargo, a pesar de la gravedad del ataque, la Prefectura logró repeler la agresión, mostrando su valiente compromiso con la seguridad del país.
Este acto inadmisible genera un malestar profundo, y lo peor: hasta el momento, los responsables no han sido identificados en Paraguay.
¿Cómo es posible que se perpetre un ataque de estas características y no se logre dar con los culpables?. Una escena que se desprende de cualquier thriller de Vietnam, ocurrió dentro del territorio nacional en los confines de la Patria, donde una vez mas, personal capacitado para enfrentar certero ataque pone en riesgo la vida, cumpliendo con el máximo juramento que un soldado hace a la Nación, como «Defender la Patria, hasta perder la vida«, en caso de ser necesario.
La Prefectura ya se ha puesto en contacto con las autoridades paraguayas, incluyendo al jefe jurisdiccional de la Armada de Paraguay, el teniente de fragata Daniel Ayala, con quien se coordinó un patrullaje combinado para intentar dar con los responsables. Asimismo, la Fiscalía Federal y el Juzgado Federal de Eldorado han sido informados del incidente, aunque la impunidad sigue imperando.
Los peritajes balísticos realizados por la Sección Científico Pericial de la Prefectura de Zona Alto Paraná ayudarán a esclarecer el calibre y tipo de armas utilizadas, pero, ¿esto será suficiente? Este ataque no solo daña una embarcación, es un golpe directo a la soberanía argentina, y el país no puede quedarse de brazos cruzados ante hechos que lideran cercanamente al crimen organizado, narcotráfico y presunción de delitos mayores.
La Prefectura Naval Argentina ha sido un pilar fundamental en la seguridad fluvial y marítima, tanto a nivel nacional como internacional, participando activamente en la Organización Marítima Internacional (OMI). Este ataque no solo afecta a una institución, sino a todos los argentinos que confían en su trabajo. Es hora de exigir una respuesta firme y de intensificar los esfuerzos conjuntos para evitar que hechos tan lamentables vuelvan a ocurrir. No se descarta que esta banda de forajidos responda a actividades ilícitas en zona de frontera como contrabando, narcotráfico e ingreso de estupefacientes, además de otros delitos de menor calibre.