Comienza este martes la Seafood Show Latin America. Será en Sao Paulo, Brasil, hasta el 26 de octubre. Poco interés de empresas marplatenses por intercambio comercial. Precios, mercados deprimidos y dificultad de ingreso de merluza por la frontera, desalientan la presencia marplatense en la mayor exposición latinoamericana de pescados, mariscos y productos del mar.
El evento está diseñado para fortalecer y promover el mercado pesquero de Brasil y el Mercosur, y es organizado por “Francal Feiras”, la mayor promotora brasileña de eventos empresariales del país, pretendiendo acercar innovaciones a un sector que crece año tras año.
De acuerdo a los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, se espera que los países latinoamericanos aumenten la producción pesquera en un 32,8% para 2030, lo que le da mayor relevancia a la propuesta.
De acuerdo a las estimaciones brasileñas sobre el tema, el aumento del consumo de pescado ha ido acompañado del aumento de la producción de pescado, pasando de 2014 al año pasado de 578.800 toneladas a las 860.350 registradas como última cifra.
Lejos quedó lo vivido el año pasado en la misma Feria, donde la Argentina fue uno de los protagonistas donde se pudieron afianzar vínculos con Brasil, promoviendo el consumo de pescados y marisco de origen argentino.
Sin la presencia activa que tuvo en el 2022 el Embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, hoy el panorama es muy distinto, ya que ha sido muy escasa la inscripción de empresas argentinas para participar en la Seafood Show Latin America Brasil 2023.
No solo se trata de falta de motivación, sino también de una forma de protesta por los varios rechazos vividos en casi 21 meses a las empresas procesadoras y exportadoras de merluza.
La llegada de Luis Inácio Lula Da Silva a la presidencia brasileña aún no puso foco en el tema de la exportación de merluza, un tema heredado de la administración de Jair Bolsonaro, por los cuales la venta de merluza entera H&G y filetes, dieron argumentos suficientes para concluir que los impedimentos que aún existen por un tema de calidad de los productos comercializados, es una barrera paraarancelaria para mantener valores de acuicultura competitiva con el producto de nuestro país que es salvaje y natural.
Vale recordar que fueron más de una decena las empresas argentinas que participaron de la feria, pero hoy han hecho prevalecer el destrato de parte de la DIPOA, más allá de las intensas y constantes gestiones que ha realizado SENASA a través de sus autoridades.
La situación evidencia que las gestiones realizadas por Scioli y por el Consejo Federal Pesquero para entusiasmar a las empresas de nuestro país para mostrar sus productos en la feria, no han sido suficientes para hacerles cambiar la voluntad a los potenciales expositores, dolidos sin dudas por el rechazo de sus productos.
“No tiene sentido buscar clientes y cerrar acuerdos comerciales, si después perdemos los cargamentos por los rechazos. La carga se deteriora y muchas veces tiene que volver a las plantas de proceso en Mar del Plata, muchas veces dos meses después que salió. En el medio se tienen que abrir los contenedores y correr el riesgo del corte de la cadena de frío”, le confió una fuente a PESCARE.
“Nosotros entendemos que SENASA nos acompaña, no podemos decir lo contrario, ellos han viajado y tenido decenas de reuniones, presenciales y virtuales, pero el problema no es SENASA Argentina, sino su par brasileño, la DIPOA, que incluso nos hemos reunido en el centro comercial del puerto, acá en Mar del Plata, para hacerles entender que los anisakis son históricos, endémicos al mar argentino brasileño. Nunca hemos tenido inconvenientes, pero ahora Brasil y desde la época de Bolsonaro, busca lo comercial, cuando no les cierra a favor, empieza generar este tipo de situaciones. Para nosotros es un problema, porque además, nos devuelven el contenedor a los dos o tres meses con la cadena de frío cortada. La pérdida es directa, total. Te pasa una vez, dos, tres… y tenés que buscar otro mercado. Nosotros hicimos eso. Ahora se quejan que no van empresas argentinas a Brasil, y bueno, es parte de lo sembrado. Ya encontramos otros mercados, el producto es inocuo y con frío, totalmente inerte. Ninguno participará, ya que no estamos para perder dinero ni tiempo haciendo proyecciones de posibles operaciones y cuando llega el momento de concretar, terminas tirando la mercadería”, dijo días atrás a nuestra Editorial un importante exportador de merluza de Mar del Plata con severos problemas de rechazo.
Por lo pronto, parece no afectarle la situación a Brasil, sabiendo que “el consumo de pescado ha ido aumentando debido a la creciente conciencia sobre los beneficios para la salud asociados al consumo de pescado y mariscos, fenómeno que se ha intensificado durante la pandemia. Además, la industria viene dando grandes pasos, buscando brindar al consumidor final experiencias más significativas a través de empaques, presentaciones y recetas que combinen sabor y facilidad de preparación”, explicó Ricardo Torres, Socio de Seafood Brasil.
No obstante, referentes del sector merlucero de la ciudad están presentes, como el Presidente de la Cámara de Armadores CAABPA, Dr. Diego García Luchetti, donde será invitado especial como miembro integrante de ALPESCAS en los «Avances y Perspectivas en la Lucha Contra la Pesca Ilegal en América Latina«; con un extenso taller, en el cual cerrará el propio Director Nacional de Control y Fiscalización Pesquera de Argentina, Dr. Julian Suarez.
Los pescados más consumidos en Brasil incluyen la tilapia, el salmón, las sardinas, el atún y otros filetes blancos como la merluza, el eglefino, el pangasius y el abadejo de Alaska, especies no tan conocidas estas últimas en nuestro país.