En medio de una temporada que ha quedado virtualmente huérfana de buques congeladores tangoneros, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), despues de la reunión plenaria de secretarios regionales realizada ayer, ha alzado la voz con una claridad que no admite dobles lecturas. A través de un comunicado verbal, su Secretario General, Raúl Durdos, refutó enérgicamente las versiones periodísticas que buscaron enfrentar trabajadores con las decisiones del gremio.
El pronunciamiento fue un gesto de autoridad política y sindical. Durdos desmontó con precisión lo que definió como una maniobra orquestada por sectores patronales en connivencia con medios funcionales a sus intereses. “Lo que intentan es socavar la legitimidad de nuestra lucha, sembrando confusión en la opinión pública y desdibujando los verdaderos responsables del conflicto”, deslizó con tono severo el dirigente.
Lejos de aceptar presiones o insinuaciones de cesión, el SOMU reiteró que su propuesta de distribución 70/30 permanece vigente, al tiempo que desmintió categóricamente cualquier supuesto acuerdo que implicara la absorción de los básicos dentro de dicha fórmula. El sindicato dejó en claro que ningún avance podrá lograrse a expensas de los derechos adquiridos, ni bajo el chantaje de quienes paralizan su flota para forzar condiciones regresivas.
En palabras del propio Durdos, lo que se esconde detrás del discurso patronal es el intento de debilitar el poder de negociación colectiva, cercenando no solo los ingresos de los trabajadores, sino el espíritu mismo del Convenio Colectivo de Trabajo, que el gremio se ha comprometido a defender «sin ceder ni un ápice, ni ahora ni nunca«.
La ausencia casi total de buques congeladores tangoneros en aguas nacionales es, en este marco, el resultado directo de una decisión empresarial deliberada y arbitraria, que persigue el objetivo de modificar unilateralmente las condiciones laborales, sin entender que el mercado cambió, el comprador desapareció y no se puede competir con los costos actuales. Durdos apuntó indirectamente contra las formas, ademas del fondo en cuestión.
Desde el sindicato no se desconoce el impacto de esta medida en la actividad pesquera, pero se insiste en que ceder frente a la extorsión sentaría un precedente inaceptable.
Así, el SOMU no solo responde a los embates con lo que cree fuerza de la razón y la legalidad, sino que reafirma su vocación indeclinable de representación, aún en el escenario adverso que impone la intransigencia sectorial. El conflicto, lejos de resolverse, marca un nuevo punto de inflexión. Y en él, la palabra de Durdos resuena como una victoria pírrica ante la advertencia y promesa: que la dignidad del trabajador marítimo no está en venta, ni se negocia bajo extorsión. Un panorama inexplicablemente prejuicioso para todos.
Dejando en claro, que los llamados “medios” de difusión no son, en rigor, forjadores de conocimiento, sino meros canales de conducción, correas de transportes de un flujo informativo que llega ya preformado y decantado por los propios agentes que dominan el sector. La función, por tanto, se limita a transmitir y amplificar aquello que otros han elaborado a su medida, proyectando al espacio público un contenido que, bajo el ropaje de la novedad, carece de autoría intelectual u opinión. No generan sustancia; simplemente transportan la información desayunada, fragmentaria y utilitaria, que los participantes del sistema esgrimen, convirtiéndose así en eco resonante de voluntades ajenas más que en fuente genuina de discernimiento, opinión sesgada y peor aun convirtiéndose en arbitro imparcial de cada evento informado.
Y siempre teniendo en cuenta que ignorar el quebranto operativo en la captura de langostino entero congelado a bordo no las hace desaparecer. Varias empresas ya agotaron sus reservas tras tres ejercicios en rojo en ese segmento de la captura. Nadie puede obligar a sostener un negocio inviable y deficitario. Creer que este Convenio Colectivo de Trabajo puede ser sustentable en el tiempo sería magia; negarse a renegociarlo, un error fatal e inconducente.