En una muestra más de cómo problemas de índole gremial-empresario y la naturaleza pueden aliarse, no precisamente en favor de la pesca, la tan esperada prospección de langostino en aguas nacionales ha quedado, por el momento, en un compás de espera. A pesar de los esfuerzos de la flota y la habilitación oficial, aún no se ha podido desplegar una campaña efectiva de búsqueda del preciado crustáceo.
La Subsecretaría de Pesca de la Nación, tras sortear múltiples escollos que nada tuvieron que ver con la biología del recurso, habilitó el inicio de la prospección en las subáreas 4 y 5 dentro de la Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (ZVPJM). La autorización llegó de manera intempestiva el 17 de junio por la tarde, apenas horas antes del ingreso permitido para tareas de exploración acústica a partir de la medianoche del día siguiente sin contemplar el entorno climático venidero. Esta notificación, casi al filo del calendario y sin margen operativo, dejó a la flota fresquera—principal inscripta en este segundo llamado—a contrarreloj para alistarse y llegar a tiempo.

No obstante, como era de prever, la premura se vio desbordada por las condiciones de mar. Vientos sostenidos de 40 a 50 nudos del sudoeste, sumados a un mar 7, frustraron las primeras intenciones de desplegar redes.
La mayoría de los buques debió buscar resguardo, en Bahía Cracker el BP Mar Sur -único congelador inscripto-, y al norte de la Península Valdés el resto de la flota fresquera, sin haber siquiera mojado sus aparejos. Así, la prospección no solo al momento quedó trunca, técnicamente, aún no ha comenzado; con lo cual la misma se completará cuando se den las condiciones para cumplir con los 3 y 4 días efectivos de pesca a la especie, si antes no se suspende hasta nuevo aviso.
Los informes preliminares tampoco traen optimismo. A pesar que en los muelles de Mar del Plata ingresaron cerca de 6.500 cajas de langostino durante la primera mitad de la semana pasada, producto de capturas al norte y fuera de la ZVPJM; mientras el BP Mar Sur—congelador que opera desde marzo en la zona—reportó rendimientos decrecientes, con apenas 6.000 kilos por día previos al temporal que dio inicio en jueves pasado.


En paralelo, un puñado de fresqueros que alcanzaron la subárea 5 con anticipación no detectaron, a través del eco escaneo, concentraciones significativas de langostino. El recurso, al menos por ahora, no da señales claras de presencia abundante a instancia de un fuerte temporal en todo el perfil marítimo del Atlántico Sur, por lo que no se descarta una suspensión de las operaciones de prospección hasta nuevo aviso.
A todo esto se suma una nueva amenaza meteorológica: se espera que este próximo miércoles un nuevo frente frío de origen antártico vuelva a azotar la zona con fuerza, demorando aún más cualquier posibilidad real de iniciar la prospección en condiciones adecuadas hasta el próximo viernes.
Así, entre la celeridad administrativa que parece ignorar las distancias, tiempos operativos y condiciones para realizar una prospección, y un mar con obstinada severidad, el inicio de la temporada 2025 de langostino se diluye, todavía, en un horizonte incierto. La flota espera, el recurso no aparece y el viento no da tregua; mientras en el segmento congelador, si bien hay algunas posibilidades de comenzar a vislumbrar algún acuerdo, no sería el sector de la marinería quienes den ese paso inicial.